Mateo 24,37-44

Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada. Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

COMENTARIO

por Mons. Rafael Escudero López-Brea
obispo prelado de Moyobamba

"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé". Tan ignorado es el día del fin de los tiempos, que vendrá de improviso, como vino el diluvio en los días de Noé. Para hacer más gráfica la descripción de lo repentino de la llegada de aquella hora Jesús propone unos ejemplos sacados de la vida ordinaria de los judíos: "Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba", completamente despreocupados de la catástrofe que se avecinaba, "hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos".

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