De Corazón a corazón: Ez 24,15-24 ("No te lamentarás… Sabréis que yo soy el Señor"); Deut 32,6: Mt 19,16-22 ("Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, ven y sígueme")

Contemplación, vivencia, misión: Dios nos comunica sus dones como prenda de un don mayor: se nos quiere dar Él mismo. La Providencia es desconcertante sin esta perspectiva. Las flores se marchitan, los dones pasan, pero el amor que Dios puso en ellos no pasa. Por esto no nos pide cosas, sino a nosotros mismos, vida por vida, sin quejas ni añoranzas. El desprendimiento de las cosas significa la propiedad y el uso de las mismas en la perspectiva de amar a Dios y a los hermanos, compartiendo con generosidad los bienes que son de toda la familia humana.

* En el día a día con la Madre de Jesús: Toda vocación cristiana es de entrega sin descuento, porque tiene inicio en un encuentro personal con Cristo, que se hace relación, amistad y seguimiento. Algunos son llamados a compartir su mismo estilo de vida radical, que él vivió y también su Madre con él.

Para San Bernardo, ver Año Litúrgico (Santos, común Doctores)