De Corazón a corazón: Ez 12,1-12 ("Prepárate un equipo de deportado y sal"); Sal 78,56; Mt 18,21-19,1 (Perdonar: "Como yo me compadecí de ti")

Contemplación, vivencia, misión: Saber perdonar es un don de Dios. No es una conquista de equilibrio ni tampoco una actitud de indiferencia. Sólo sabe perdonar quien en su propia limitación (o pecado) ha experimentado el amor misericordioso de Dios. El perdón se aprende al contemplar el amor del Señor, quien nos ama porque él es bueno y no porque nosotros somos buenos. Perdonar es "salir" de los propios esquemas y entrar en sintonía con los amores del Corazón de Cristo.

* En el día a día con la Madre de Jesús: Perdonar no es propiamente olvidar, sino dejar entrar en el propio corazón el modo de amar de Jesús y ver en todos "al hermano por quien Cristo ha muerto" (Rom 14,15). En el "Magníficat" de María se refleja la misericordia de Jesús en su seno de Madre de "la" Misericordia.