De Corazón a corazón: Is 2,1-5 ("Confluirán a él todas las naciones… Vayamos, caminemos a la luz del Señor");  / Is 4,2-6  ("Venid, subamos al monte del Señor… que él nos enseñe sus caminos"); Mt 8,5-11 (Sobre el Centurión: "En Israel no he encontrado una fe tan grande")

Contemplación, vivencia, misión: Adviento es un camino de fe hacia el encuentro y adhesión a Cristo que quiere nacer en nuestro modo de pensar, de valorar y de actuar. Él se nos hace "camino", "Emmanuel" (Dios con nosotros). Se le encuentra de verdad cuando se le acepta como compartiendo la misma vida. La felicidad sólo es posible aceptando su persona y su mensaje. San Francisco Javier llevó la luz de Cristo al extremo Oriente.

*En el día a día, con María hacia la Navidad: «Dichosa tú, que has creído» (Lc 1,45). "María es dichosa porque tiene fe, porque ha creído, y en esta fe ha acogido en el propio seno al Verbo de Dios para entregarlo al mundo" (Benedicto VI, Verbum Domini, n.124)
AÑO DE LA FE: Adviento es itinerario de fe, camino hacia la Luz ("caminemos a la luz del Señor": Isaías 2,5). El centurión pagano de Cafarnaún recibió el don de la fe (Mt 8,5-11). La "fe" no es sólo reflexionar sobre la fe, sino vivirla como opción fundamental, es decir, como "conocimiento de Cristo vivido personalmente" (Juan Pablo II). Para San Francisco Javier, ver Año Litúrgico (Santos)