De Corazón a corazón: 2Cor 3,15-4,6 ("Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad… Predicamos a Cristo como Señor"); Mt 5,20-26 ("Vete primero a reconciliarte con tu hermano")

Contemplación, vivencia, misión: Nuestra historia de "comunión" eclesial enraíza en los Apóstoles. El nombre "cristiano" aúna a todos en Cristo, el  único Salvador, que nos hace partícipes de su misma filiación, a quien imitamos, con quien nos relacionamos y por quien compartimos todo con todos. El Espíritu Santo obra siempre en esta línea del amor desinteresado. La comunidad se construye reconciliándonos con los hermanos, buscando el bien de cada uno según el proyecto de Dios.

En el día a día con la Madre de Jesús: Si no se reconoce la propia limitación y los propios defectos, es imposible la reconciliación. María y José recibieron el encargo de dar el nombre a "Jesús" (Salvador), "porque salvará a su pueblos de los pecados" (Mt 1,21; cfr. Lc 1,31).

AÑO DE LA FE: "Pidamos al Señor, de modo especial en este Año de la Fe, que nuestras comunidades y toda la Iglesia, sean cada vez más familias que viven y comunican el calor de Dios". (Papa Francisco 29 mayo 2013)