De Corazón a corazón: Is 58,1-9 ("El ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad… partir con el hambriento tu pan"); Mt 9,14-15 ("Cuando les será arrebatado el esposo, entonces ayunarán")Contemplación, vivencia, misión: El "sacrificio" ("ayuno") nos hace experimentar y corregir la "pobreza" de nuestra realidad limitada. La "misericordia" ("limosna") nos hace vivir en sintonía con los hermanos. La humildad y la caridad son las dos alas de una verdadera oración, como actitud filial, por  la que se encuentra siempre tiempo para relacionarse con nuestro Padre Dios. El camino de cuaresma hacia la Pascua se comparte con Cristo "esposo", "consorte" de nuestra existencia. Sólo con él, la "cruz" recobra su sentido.

*En el día a día con la Madre de Jesús: María es la mujer que ponía la levadura en la harina (cfr. Lc 13,21),  para elaborar "el pan nuestro de cada día" (Lc 11,3). Ella nos ayuda compartir nuestro pan con los hermanos.

AÑO DE LA FE: "La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos"… (Benedicto XVI, Mensaje Cuaresma 2013). Dar gracias por la herencia de gracia que nos deja el Papa…