De Corazón a corazón: Deut 6,2-6 ("Escucha, Israel… Amarás a Señor tu Dios con todo tu corazón"); Heb 7,23-28 (Cristo "posee un sacerdocio… está siempre vivo para interceder en su favor. Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía… con sacrificios… esto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo"); Mc 12,28-34 ("El segundo mandamiento es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo")

Contemplación, vivencia, misión: Nadie nos ama como Cristo. Puede hablar de amor porque su vida es expresión del amor del Padre hacia toda la humanidad y hacia cada ser humano en particular. "Sacerdote" significa "mediador" (Dios hecho hombre), que da la propia vida en sacrificio. Por esto su vivencia permanente, como oración al Padre en el Espíritu Santo, es "intercesión" continua por nosotros. La oración de la Iglesia es una prolongación en el tiempo de esta misma oración sacerdotal de Cristo. La historia se construye orando y amando como Cristo y con él.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Los padres en Palestina (también José y María) enseñaban a sus hijos a aprender de memoria y repetir la "shema": "Escucha, Israel… amarás"… Quien escucha la Palabra de Dios Amor, que es el mismo Jesús, la deja entrar para que transforme el propio corazón y toda la vida.
AÑO DE LA FE: "Obedecer (ob-audire) en la fe es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad es garantizada por Dios que es la misma Verdad… La Virgen María  es la realización más perfecta" (Catecismo IC, n.144)