De Corazón a corazón: Os 14,2-10 ("Vuelve, Israel, al Señor… Los amaré generosamente"); Mt 10,16-23 ("Os entregarán… por mi causa… El Espíritu de mi Padre hablará en vosotros")

Contemplación, vivencia, misión: La vida es un entramado de sorpresas, no siempre agradables. La mejor sorpresa es la de encontrarse con algún signo sencillo (¡y hay tantos!) de la presencia y amor de Señor. Si el corazón se abre a él (conversión significa abrirse a su amor), entonces se descubre que todo es "mensaje" suyo para nosotros y para todos.

* En el día a día con la Madre de Jesús: Sólo guiados por el Espíritu de amor sabremos vivir las sorpresas sin transformarlas en sustos y fantasmas. María nos enseña a ser portadores de la gran sorpresa: Jesús.