De Corazón a corazón: Tit 3,1-7 ("Se manifestó la bondad de Dios… por medio del baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo… por medio de Jesucristo"); Lc17,11-19 ("Diez leprosos… Ten compasión de nosotros")

Contemplación, vivencia, misión: La bondad de Dios es más allá de nuestros cálculos: se nos da él mismo, tal como es, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Su vida íntima se ha derramado en nuestros corazones, especialmente desde el bautismo. Nuestra "lepra" (de debilidad y de miseria) se ha sanado con una sola mirada de Jesús, que hace posible nuestra oración, nuestra fe agradecida y nuestra renovación. Jesús se nos hace encontradizo en los signos "pobres" del hermano necesitado y de la Iglesia.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Lo importante es reconocerle y recibirle tal como es. La "fe" consiste también en agradecer su mirada y su visita. María experimentó la "mirada" misericordiosa del mismo Dios hecho carne en su seno virginal (Lc 1,48).
AÑO DE LA FE: "La Iglesia… es el lugar de la fe, el lugar de transmisión de la fe… Estamos inmersos en comunión con los demás hermanos y hermanas en la fe, con todo el Cuerpo de Cristo, sacándonos fuera de nuestro aislamiento" (Benedicto XVI, 31 octubre 2012