EVANGELIO DEL DÍA

sábado, 9 de junio de 2012

[Nueva entrada] Corpus Christi (10 junio 2012, año B)


Fwd: [devocional-sabado] Junio 09 de 2012 — Una Tumba Vacía.



Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras; y fue sepultado, y…
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.

1 Corintios 15:3-4.





Una Tumba Vacía
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        Cuando estuve en el Extremo Oriente me mostraron, en un monasterio, un diente de Buda colocado cuidadosamente en un relicario y expuesto para la devoción de la gente. Para los bonzos, en su vestido de color amarillo, esa minúscula reliquia confirmaba la existencia histórica del fundador de su religión. Para mí era prueba de otra cosa, es decir, de la muerte de su dios.

       El Señor Jesús no dejó ninguna reliquia en la tierra. Si el cuerpo del Señor, o el más pequeño de sus elementos, pudiese ser mostrado a los hombres, ¿Qué quedaría de la fe cristiana? ¿Cómo sabemos, en efecto, que Jesús es el Hijo de Dios? Porque fue "declarado Hijo de Dios con poder… por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:4). ¿Cómo sabemos que somos justificados? Porque Jesús, habiendo vencido a la muerte, "fue resucitado para nuestra justificación" (Romanos 4:25). Dios aceptó su sacrificio. ¿Cómo sabemos que nosotros mismos resucitaremos? Porque "Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho" (1 Corintios 15:20).

       Ése es para nosotros, amados creyentes, el lenguaje glorioso de la tumba vacía. Sí, el Señor Jesús resucitó realmente (Lucas 24:34). Él es ese Dios vivo a quien necesitamos. "Yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 1:17-18).

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• La Biblia Anual Audio ® : Junio 09 — Proverbios 29-31.


  


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       El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) ©Copyright: Todos los derechos reservados. El texto enviado hoy es del día correspondiente al año pasado.  El texto del día de hoy puede leerse en nuestra página: www.LaBuenaSemilla.net   

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      Recuerde que estamos para servirle con el fin de que usted consolide día a día mucho mas su relación con Su Señor y Salvador Jesucristo, como a la vez ayudarle a usted a llevar el evangelio a todas las naciones.

       Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud,  
así como prospera tu alma. 
- Tercera carta de Juan, versículo 2.   


[Nueva entrada] Mes del Corazón de Jesús, 9 de junio


Fwd: [Unosmomentos] Lecturas del 9 y 10-6-12 (Sábado de la Novena Semana y Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo)



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De: "Unos momentos" <unosmomentos@fibertel.com.ar>
Fecha: 9 de junio de 2012 03:08:20 GMT+02:00
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Asunto: [Unosmomentos] Lecturas del 9 y 10-6-12 (Sábado de la Novena Semana y Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo)
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Lecturas del 9 y 10-6-12 (Sábado de la Novena Semana y Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo)
 

 
Unos Momentos con Jesús y María
 

Lecturas del 9-6-12 (Sábado de la Novena Semana)

 
SANTORAL:
Santa María Teresa Soubirán
 
 
Lectura de la segunda carta a Timoteo, 4, 1 al 8
 
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.
 
Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.
 
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación.
 
Palabra de Dios.
 

SALMO Sal Tob 13, 28
 
R. ¡Bendito sea Dios,
que vive eternamente!
 
¡Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y bendito sea su reino!
Porque él castiga y tiene compasión,
hace bajar hasta el Abismo
y hace subir de la gran Perdición,
sin que nadie escape de su mano. R.

¡Celébrenlo ustedes, israelitas,
delante de todas las naciones!
Porque él los ha dispersado
en medio de ellas,
pero allí les ha mostrado su grandeza.
Exáltenlo ante todos los vivientes
porque él es nuestro Señor, nuestro Dios
y nuestro Padre,
él es Dios por todos los siglos. R.

El los castiga por sus iniquidades,
pero tendrá compasión de todos ustedes.
y los congregará de entre todas
las naciones
por donde han sido dispersados.
Si vuelven a él
de todo corazón y con toda el alma,
practicando la justicia,
él volverá a ustedes
y ya no les esconderá su rostro.
R.
 
 
X Lectura del Santo Evangelio según San Marcos  12, 38-44
 
 Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad".
 
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba,
pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir" 
 
Palabra del Señor.
 
 
Reflexión    

En el arca del tesoro del templo había trece alcancías, una de las cuales estaba destinada a las donaciones voluntarias.

El evangelio nos muestra que los ricos daban mucho y seguramente lo hacían notar. Seguramente se sentían complacidos y buscaban ser vistos.

En cambio llegó una viuda y colocó dos pequeñas monedas. Y Jesús hace notar a sus discípulos que la escasa ofrenda de la viuda, superó a las ofrendas de los ricos.

El Señor les muestra que los ricos daban de su abundancia, en cambio la mujer daba lo que necesitaba para vivir, por eso ante Dios, su entrega fue mayor y más auténtica.

Y Jesús, valora la intención, no la cantidad. Lo que Dios mide es la intensidad del amor con que le ofrecemos nuestra ofrenda, y no la magnitud de la ofrenda.

Por eso el elogio que Jesús hoy hace de la ofrenda de la viuda, debe servirnos a nosotros para ver cómo es nuestra disposición de ofrenda a Dios.

Dios valora nuestra disposición de corazón cuando le ofrecemos algo, por eso, cuando ofrecemos limosna, no importa objetivamente la cantidad, que a los ojos de los demás puede ser mucho o insignificante sino nuestra disposición al ofrecerla.

La ofrenda la hacemos a Dios, y él ve detrás de la acción, nuestro corazón, generoso o egoísta en la entrega.

Hoy también hay muchas personas humildes como la viuda, que rebuscan en sus bolsillos una moneda para ofrecerla en la colecta en la misa. El Señor, resalta la ofrenda de la viuda, y nos muestra que por más dificultades que tengamos, por muy pobres que seamos siempre tenemos algo que ofrecer a Dios, y que si ofrecemos a Dios todo, confiando en su providencia divina, el Señor lo ve. El Señor nunca está distraído, ve sobre todo la disposición de nuestro corazón en el ofrecimiento que le hacemos, y el Señor nos se deja ganar en generosidad.

El Evangelio de hoy nos invita en primer lugar a ser generosos, pero también nos invita a valorar las cosas pequeñas pero ofrecidas con amor.

Nada de lo que nosotros ofrezcamos a Dios es digno de él, sin embargo, cuando el ofrecimiento está hecho con el corazón, Dios lo valora.

Hoy deberíamos tratar de valorar en nuestra comunidad los gestos sinceros y las ideas simples de mucha gente, a veces sin medios, sin instrucción, pero que expresan con esos gestos el amor a Dios.

Así como los judíos daban de su dinero para el templo, nosotros los católicos, tenemos la obligación de contribuir al sostenimiento de nuestra Iglesia, pero Dios quiere que nuestra disposición de ayuda sea generosa y que no busquemos llamar la atención y merecer las alabanzas de los hombres.

Hoy vamos a pedirle a nuestra Madre, María, que sepamos ser generosos. Todo lo que somos y todo lo que tenemos viene de Dios, y son sólo medios que Dios puso en nuestras manos y espera de nosotros que sepamos compartirlo

 
Cuando el gallo, tres veces
negaste a tu Maestro;
y él tres veces te dijo:
"¿Me amas más que éstos?"
 
Se te puso muy triste
tu llanto y tu silencio:
pero la Voz te habló
de apacentar corderos.
 
Tu pecado quemante
se convirtió en incendio,
y abriste tus dos brazos
al madero sangriento.
 
La cabeza hacia abajo
y el corazón al cielo:
porque, cuando aquel gallo,
negaste a tu Maestro. Amén.
 
Himno de la Liturgia de las Horas

 

 

 

 

 

SANTORAL: Santa María Teresa Soubirán

 
Su lema fue "Confiar en Dios". Confiar y ser confidente de Dios. He aquí el seguro procedimiento para no equivocarse.
Nacida en 1854 en el castillo de Castelnaudary, cerca de Carcasonne, la bautizaron con los nombres de Sofía Teresa Agustina María. Su padre era el barón de Soubirán, también noble, descendía de la familia de Urbano V, papa santo.
Niña todavía, María Teresa ingresó en la congregación de las Hijas de María, de la cual su tío, el sacerdote Luis Soubirán, era director. Reconociendo éste la gran devoción e inteligencia de la joven, decidió enviarla a Bélgica. Allí, bajo al dirección de una experta  y devotísima madre de novicias, María Teresa se inició en una vida de perfección religiosa.
Muere su padre. La religiosa regresa a Francia. Su cometido es ayudar a las jóvenes indigentes y desamparadas, para restituirlas sanamente a la sociedad. La casa que funda con este fin se llama Del Buen Socorro.
Con la herencia que acaba de cobrar, construye un nuevo instituto: La Preservación, que apenas terminado, es destruido por el fuego. Sin inmutarse, recomienza su trabajo, organizado la congregación de María del auxilio, siempre en favor de las jóvenes pobres.
Corre el año 1870. Se inicia la guerra franco-prusiana. Las tropas germanas irrumpen en Francia. La fundadora ve, por el momento, como lugar seguro la ciudad de Londres y allí se refugia con sus religiosas. Cuando llega la paz, regresa a su patria.
Crueles momentos de prueba la esperaban. Alrededor de ella surgen crítica, intrigas y maledicencias. Se habla de poca inteligencia que emplea para llevar adelante sus fundaciones. Lo correcto -juzga María Teresa- es renunciar, y se aleja.
Ya sin dinero y muy triste, acepta la voluntad de Dios que así se le expresa y se encamina a París, donde busca refugio en las Damas de la Caridad, ofreciéndose para los más humildes quehaceres. Confía en Dios mientras trabaja y obedece. Un día le notifican que su congregación ya no tiene el espíritu de religiosidad con el cual se había iniciado. "Nunca mayor dolor", dice a su confesor. Pero confía en Dios y espera todo de él, porque sabe que él dispone las cosas con sabiduría.
María Teresa Soubirán murió el 7 de junio de 1889, lejos de sus religiosas. Sin embargo, un año después se eligió como superiora de la congregación a una religiosa fiel a la fundadora; pronto su memoria fue rehabilitada. En el año 1946, María Teresa fue canonizada por el papa Pío XII.
De ella desconfiaron en la tierra, pero ella no desconfió del cielo, y por eso encontró su triunfo. Dice san Pablo, en la epístola a los romanos, que "los sufrimientos de la vida presente no son comparables con la gloria benidera". Para María Teresa Soubirán, el sufrimiento se transformó en alegría eterna.
 

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Pablo, Cándido, Venancio, obispos; Licarión, presbítero; Pedro, presbítero y mártir; Walabanso, diácono y mártir; Isaac, Habencio, Jeremías, Sabiniano, Wistremundo, monjes y mártires; Acacio, Alderico, Eugenia, Valentín, Juan, Tarasio, Sancho, mártires; Antonio María Gianelli, confesor; Roberto, abad.

.

 
 

 


 

 
Unos Momentos con Jesús y María
 

Lecturas del Domingo 10-6-12 (Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo)

 
SANTORAL:
 Beato Juan Dominici
 
Lectura del libro del Exodo 24, 3-8
 
 Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: «Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor.»
 Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: «Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho.»
 Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas.»
 
Palabra de Dios.
 

SALMO Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18 (R.: 13)
 
R. Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.
 
 
 ¿Con qué pagaré al Señor
 todo el bien que me hizo?
 Alzaré la copa de la salvación
 e invocaré el nombre del Señor.  R.
 
 ¡Qué penosa es para el Señor
 la muerte de sus amigos!
 Yo, Señor, soy tu servidor,
 tu servidor, lo mismo que mi madre:
 por eso rompiste mis cadenas.  R.
 
 Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
 e invocaré el nombre del Señor.
 Cumpliré mis votos al Señor,
 en presencia de todo su pueblo.  R.
 
 
Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15
 
 Hermanos:
 Cristo, en cambio, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. El, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua -no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado- entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna.
 Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!
 Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida.
 
Palabra de Dios.
 

SECUENCIA
 
 Glorifica, Sión, a tu Salvador,
 aclama con himnos y cantos
 a tu Jefe y tu Pastor.
 
 Glorifícalo cuanto puedas,
 porque él está sobre todo elogio
 y nunca lo glorificarás bastante.
 
 El motivo de alabanza
 que hoy se nos propone
 es el pan que da la vida.
 
 El mismo pan que en la Cena
 Cristo entregó a los Doce,
 congregados como hermanos.
 
 Alabemos ese pan con entusiasmo,
 alabémoslo con alegría,
 que resuene nuestro júbilo ferviente.
 
 Porque hoy celebramos el día
 en que se renueva la institución
 de este sagrado banquete.
 
 En esta mesa del nuevo Rey,
 la Pascua de la nueva alianza
 pone fin a la Pascua antigua.
 
 El nuevo rito sustituye al viejo,
 las sombras se disipan ante la verdad,
 la luz ahuyenta las tinieblas.
 
 Lo que Cristo hizo en la Cena,
 mandó que se repitiera
 en memoria de su amor.
 
 Instruidos con su enseñanza,
 consagramos el pan y el vino
 para el sacrificio de la salvación.
 
 Es verdad de fe para los cristianos
 que el pan se convierte en la carne,
 y el vino, en la sangre de Cristo.
 
 Lo que no comprendes y no ves
 es atestiguado por la fe,
 por encima del orden natural.
 
 Bajo la forma del pan y del vino,
 que son signos solamente,
 se ocultan preciosas realidades.
 
 Su carne es comida, y su sangre, bebida,
 pero bajo cada uno de estos signos,
 está Cristo todo entero.
 
 Se lo recibe íntegramente,
 sin que nadie pueda dividirlo
 ni quebrarlo ni partirlo.
 
 Lo recibe uno, lo reciben mil,
 tanto éstos como aquél,
 sin que nadie pueda consumirlo.
 
 Es vida para unos y muerte para otros.
 Buenos y malos, todos lo reciben,
 pero con diverso resultado.
 
 Es muerte para los pecadores y vida para los justos;
 mira como un mismo alimento
 tiene efectos tan contrarios.
 
 Cuando se parte la hostia, no vaciles:
 recuerda que en cada fragmento
 está Cristo todo entero.
 
 La realidad permanece intacta,
 sólo se parten los signos,
 y Cristo no queda disminuido,
 ni en su ser ni en su medida.
 
 * Este es el pan de los ángeles,
 convertido en alimento de los hombres peregrinos:
 es el verdadero pan de los hijos,
 que no debe tirarse a los perros.
 
 Varios signos lo anunciaron:
 el sacrificio de Isaac,
 la inmolación del Cordero pascual
 y el maná que comieron nuestros padres.
 
 Jesús, buen Pastor, pan verdadero,
 ten piedad de nosotros:
 apaciéntanos y cuídanos;
 permítenos contemplar los bienes eternos
 en la tierra de los vivientes.
 
 Tú, que lo sabes y lo puedes todo,
 tú, que nos alimentas en este mundo,
 conviértenos en tus comensales del cielo,
 en tus coherederos y amigos,
 junto con todos los santos.
 
 
X Lectura del santo Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26
 
 El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?»
 El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: "¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?" El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario.»
 Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
 Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo.»
 Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.»
 
Palabra del Señor.
 
 
Reflexión   
 
En  este 2do domingo después de Pentecostés, celebramos la solemnidad del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
 
Y este día, nos invita a la meditación, para que descubramos la necesidad que tenemos en nuestras vidas de alimentarnos.
De recibir el Pan de Vida, en que es el propio Jesús que nos alimenta en cada Eucaristía.
 
El sentido de esta fiesta, que se instituyó en el año 1264, es la consideración y el culto a la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
 
 
 Se cuenta en una vieja leyenda oriental que había un rey que entregaba a su hijo los víveres necesarios para vivir cómodamente los doce meses del año. En esta oportunidad, que coincidía con la primera luna del año, el hijo le veía el rostro a su padre, el rey. Pero un día, el rey cambió de parecer y decidió entregar al príncipe, todos los días, los alimentos que debía consumir en esa jornada. ... De esta forma podía saludar todos los días a su hijo, y el príncipe podía ver todos los días la cara del rey.
 
Algo parecido ha querido hacer nuestro Padre Dios con nosotros. Jesús nos enseñó a pedir: Danos hoy nuestro pan de cada día. Pedir solamente para hoy significa tener la certeza de que tendremos un nuevo encuentro con Dios, mañana.
 
Y cuando pedimos este pan, no solo estamos pidiendo al Señor por nuestras necesidades básicas,... por el alimento material,... por lo que necesitamos todos los días para nuestra vida como hombres.
También estamos pidiendo por nuestras necesidades espirituales. Por el alimento de nuestra alma. Ningún Padre se contenta con haber dado la vida a sus hijos, sino que les da también loa alimentos y los medios para que puedan llegar a la madurez.  
 
Por eso también pedimos a nuestro Padre el Pan de Vida, la Sagrada Eucaristía, de que nos habla Jesús en el pasaje del Evangelio que acabamos de leer.
Jesús nos dice: "Yo soy el Pan de Vida. Vuestros padres comieron del maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del cielo para que si alguien come de él, no muera."
Las palabras de Jesús son su promesa de la Institución de la Eucaristía.
 
El realismo de las palabras de Jesús es tan fuerte que excluye cualquier interpretación que se pretenda hacer en sentido figurado. El maná del Exodo, del que nos habla la primera lectura, era la figura de este Pan, que es el mismo Jesucristo, y que se constituye en el alimento de los cristianos en la tierra. La Comunión es el banquete en el que Cristo se dá a sí mismo.
 
Los discípulos que escuchaban al Señor durante este pasaje, entendieron correctamente el sentido literal de las palabras de Jesús, y por eso es que les costaba aceptar que lo que El les revelaba pudiera ser verdad. Si hubiesen tomado el mensaje en sentido figurado, o como una metáfora, no se hubiera producido ninguna discusión.
Pero, San Juan nos dice que Los judíos discutían entre sí, diciendo «¿Cómo puede éste darnos a comer carne?».
Porque Jesús afirma claramente que su Cuerpo y su Sangre son verdadero alimento del alma, prenda de la vida eterna y garantía de la resurrección corporal.
 
Incluso, al decir el Señor: "El que come mi carne" en su lengua natal, emplea una expresión más fuerte que el mero "comer", ya que el verbo original podría traducirse por masticar, expresando así el realismo de la Comunión: se trata de una verdadera comida, en la que el mismo Jesús se nos de como alimento. No cabe una interpretación simbólica, como si participar de la Eucaristía fuera tan solo una comparación, y no el comer y beber realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
 
El efecto más importante de la Sagrada Eucaristía es la íntima unión con Jesucristo. El mismo nombre de Comunión indica esta participación unitiva en  la vida del Señor. Si en todos los sacramentos, por medio de la gracia que nos confieren, se consolida nuestra unión con Jesús, esta es más intensa en al Eucaristía, puesto que no sólo nos da la gracia, sino al mismo Autor de la gracia: "Participando realmente del Cuerpo del Señor en la fracción del pan eucarístico, somos elevados a una comunión con El y entre nosotros".
Porque, como dice S. Pablo en la carta a los conrintios,  "el pan es uno, nosotros somos muchos que formamos un solo cuerpo, y todos participamos de un único pan". Precisamente, por ser la Eucaristía el sacramento que mejor significa y realiza nuestra unión con Cristo, es a la vez donde toda la Iglesia muestra y lleva a cabo su unidad.
 
En esta fiesta de Corpus Christi, tratemos de aprender a valorar el alimento que se nos ofrece en cada misa, y hagamos el propósito de recibir con más frecuencia y mejor preparados, a Jesús que se nos ofrece en la Comunión.
 
 
 
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor.
¡Dios está aquí! Venid, adoradores;
adoremos a Cristo Redentor.
 
¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra,
bendecid al Señor.
¡Honor y gloria a ti, Rey de la gloria;
amor por siempre a ti, Dios del amor!
 
¡Oh Luz de nuestras almas!
¡Oh Rey de las victorias!
¡Oh Vida de la vida
y Amor de todo amor!
 
¡A ti, Señor cantamos,
oh Dios de nuestras glorias;
tu nombre bendecimos,
oh Cristo Redentor!
 
¿Quién como tú, Dios nuestro?
Tú reinas y tu imperas;
aquí te siente el alma;
la falta te adora aquí.
 
¡Señor de los ejércitos,
bendice tus banderas!
¡Amor de los que triunfan,
condúcelos a ti! Amén.

Himno de la Liturgia de las Horas
 
 
 

SANTORAL:  Beato Juan Dominici

 
Juan había nacido en Florencia en 1376 y quería ser sacerdote, pero al intentar llevar a la práctica su proyecto, fue rechazado. Insistió, pues no podía concebir para él otra forma de vida, y los padres dominicos de Santa María Novella  acabaron por aceptarlo. Tenía entonces dieciocho años.
Su poca instrucción quedó compensada por una extraordinaria memoria. Se entregó por completo al estudio y la oración; extremó sus austeridades y fue siempre amable con todos, aun con los que le hacían burla. En poco tiempo se ganó el respeto y la consideración de sus semejantes.
Su aguda inteligencia y su pasión por el conocimiento, aliadas a una intensa piedad, hicieron de Juan Dominici un prestigioso teólogo.
Al recibir la ordenación sacerdotal, intentó dedicarse a la predicación, pero su lengua era torpe. Durante una estancia en la ciudad de Siena, se arrodilló y lloró desesperadamente ante la imagen de santa Catalina, bajo cuya protección se había puesto. Poco después salvó milagrosamente aquel impedimento y se convirtió en un orador elocuente y de gran éxito, que cautivaba a los feligreses. Es fama que un mismo día tenía que subir al púlpito varias veces. Se destacó también como escritor sagrado; son muy estimados sus comentarios sobre las Sagradas Escrituras y su colección de himnos. Sus dos trabajos sobre educación se consideran de gran importancia en la historia de las ideas pedagógicas.
Dedicado a al predicación, recorrió las principales ciudades de Italia; cuando volvió a Florencia, se lo nombró prior de Santa María Novella. En todos estos viajes fundó varias casas para los frailes y en Venecia estableció un convento para monjas dominicas.
La peste que asoló la región en 1348 despobló los monasterios. Aquello relajó la disciplina eclesiástica. Juan empieza entonces su tarea de restaurador, en medio de resistencias y conflictos. Comprende por último que la renovación debe hacerse desde los inicios y funda una casa para la formación de nuevos sacerdotes.
Tuvo una notable intervención en el llamado cisma de Occidente. Gregorio XII habían nombrado a Juan Dominici arzobispo de Ragusa y cardenal, y a su pedido le entregó su renuncia escrita como sumo pontífice. El 11 de noviembre de 1417, en la segunda convocatoria del concilio de Constanza, se dio solución al cisma con la elección de Martín V.
El nuevo papa le encargó misionar en Bohemia y Hungría, después de nombrarlo legado pontificio. No pudiendo hacer nada en Bohemia, por estar el país convulsionado a consecuencia de  la ejecución de Juan Huss, viajó a Hungría. A poco de llegar enfermó, para morir el 10 de junio  de 1420.
Hay un retrato de él, pintado por Fra' Angélico, en una de las paredes de la catedral de San Marcos.
 

 

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Timoteo, Máximo, Asterio, Alejandro, Aureliano, Bardón, obispos; Blanco, Diosdado, Arecio, Rogato, mártires; Críspulo, Restituto, Zacarías, Getulio, Cereal, Amancio, Primitivo, Trípodes, Benjamín, Félix, Victoriano, diáconos; Maurino, abad.


Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: Hablar con Dios del P. Fernández-Carvajal, Cinco Minutos con Dios del P. A. Milagros, Meditaciones del Pueblo de Dios del P. E. López Rosas, Buenas Noticias para cada día del P. J.M.Garuza, Encuentros Bíblicos del P. M. Wiechs, Por los Caminos del Señor del Card. C. Martini, Palabra de Dios para cada día del P. N Quesson, Pensar por Libres del P. E. Monasterio, etc.. y los comentarios de la Biblia Latinoamericana y de EUNSA.  También se han incluido Himnos y Salmos de la Liturgia de las Horas y se han utilizado las biografías de Amigos de Dios y de los Hombres, de Esther Pizzariello de Leoz, y 365 Historias de Clovis Bovo, para la preparación del Santoral.

Los realizadores de esta recopilación de textos no pretenden en ningún caso atribuirse la autoría de los mismos, ni persiguen ningún fin de lucro ni otro, que no sea la propagación de la Palabra de Dios y la doctrina católica.


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