De Corazón a corazón: Prov 21,1-6.10-13 ("Es el Señor quien pesa los corazones"); Lc 8,19-21 ("Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen")

Contemplación, vivencia, misión: Las obras externas son necesarias, pero tienen el valor del amor con que se hacen. El ser humano se realiza amando. La túnica de Jesús, "de una sola pieza" y que se rifaron en el Calvario, con toda seguridad fue tejida por manos de su Madre. La túnica desapareció, pero ha quedado el amor y cariño con que se tejió. No valdría la pena ir construyendo andamios que otros irán derrocando por el hecho de pensar de otra manera. Lo importante es construir el templo de "piedras vivas" en el propio corazón y en la comunidad de hermanos.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Somos "un pedazo de sus entrañas", decía San Juan de Ávila refiriéndose a María. Así lo entendió Ella cuando oyó: "mi madre", "mis hermanos", "mis ovejas", "mi Iglesia", "mis amigos"… Somos "con-sortes" ("esposa") de Cristo Esposo, su mismo "Cuerpo", su "complemento", su otro "yo".