De Corazón a corazón: 1Cor 3,1-9 ("Fue Dios quien dio el crecimiento… Somos colaboradores de Dios"); Lc 4,38-44 ("Los curaba… También tengo que anunciar la Buena Nueva a otras ciudades… para esto he sido enviado")

Contemplación, vivencia, misión: Es hermoso saber que Cristo continúa pasando y haciendo el bien. Su misión no tiene fronteras geográficas ni sociológicas. Sigue acompañando a todos, enseñando, curando, sembrando la paz en los corazones. Pero quiere necesitar de nuestra colaboración para ser su visibilidad y su instrumento vivo y responsable. Le "completamos", en el sentido de que le dejamos vivir en nosotros para asegurar a todos que son amados por él: Dios te ama, Jesús ha venido por ti.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La enfermedad más difícil de curar es la autosuficiencia, cuando nos apropiamos egoísticamente de los dones que Dios nos ha dado para compartir. El corazón dividido siembra la división; el corazón unificado siembra la paz. En los santuarios marianos María sana los corazones y siembra la paz entre los pueblos.