De Corazón a corazón: 1Cor 6,1-11 ("Habéis sido lavados...  justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de Dios"); Lc 6,12-19 ("Se pasó la noche en oración… llamó a sus discípulos… eligió doce… a los que llamó apóstoles… salía de él una fuerza que sanaba a todos")

Contemplación, vivencia, misión: Nadie nos puede suplir en la meditación del evangelio. Las palabras de Jesús son siempre recién salidas de su Corazón: ora al Padre por nosotros, elige, llama, sana… también hoy, aquí y ahora. En cada una de sus palabras y gestos ha dejado huella imborrable de su amor: "Habiendo amado a los suyos"… (Jn 13,1).

*En el día a día con la Madre de Jesús: ¿Para qué buscar soluciones al margen de Jesús que es "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6)? Sólo él puede lavar, justificar, comunicarnos su misma vida divina. La realidad es completa cuando está él, "hijo de María" (Mc 6,3). Sin él, lo que llamamos "realidad" es apariencia engañosa.