De Corazón a corazón: Jer 17,5-10 ("El que se fía  del Señor es como el árbol plantado a las orillas del agua"); Lc 16,19-31("Había un hombre rico… y un pobre llamado Lázaro")

Contemplación, vivencia, misión: Ser árbol seco o árbol fecundo, todo depende de la tierra, del aire y especialmente del "agua". Se trata del "agua viva" (vida nueva en el Espíritu Santo) que brota del Corazón de Cristo, muerto en cruz. "Ricos" y pobres",  es nuestra clasificación artificial. Para Dios sólo es "rico" quien sabe apreciar y compartir los dones recibidos. No vale la pena apoyarse en cosas que pasan; las únicas aguas fecundas son las que brotan del costado de Cristo muerto en cruz.

*En el día a día con la Madre de Jesús: María llevó en su seno "la fuente" del agua viva (Jn 4,14), la compartió y la sigue compartiendo generosamente. Desde el día de la Encarnación, nos llevaba en su seno materno con Cristo.

AÑO DE LA FE: "En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás" (Benedicto XVI, Mensaje Cuaresma 2013). Demos gracias por la herencia de fe viva transmitida por el Papa Benedicto XVI. Con él seguiremos caminando para servir a la Iglesia bajo la guía del próximo nuevo Pastor…