EVANGELIO DEL DÍA

martes, 4 de enero de 2011

“Cuando estabas bajo la higuera, te vi”

EVANGELIO DEL DÍA: 05/01/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Miércoles de la II Semana de Navidad


Epístola I de San Juan 3,11-21.
La noticia que oyeron desde el principio es esta: que nos amemos los unos a los otros.
No hagamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas.
No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece.
Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna.
En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?
Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad.
En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios
aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza,

Salmo 100,2.3.4.5.
Sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios: él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

Evangelio según San Juan 1,43-51.
Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme".
Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".
Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre". 
Jn 1,43-51
Leer el comentario del Evangelio por 
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Sermón sobre san Juan, nº 7
“Cuando estabas bajo la higuera, te vi”
     Natanael estaba sentado debajo de una higuera, como si estuviera en la sombra de la muerte. Y es allí donde el Señor le vio, aquél del que se dijo: “Habitaban tierras de sombra, y una luz les brilló” (Is 9,2). ¿Qué le dijo, pues, a Natanael? Me preguntas ¿cómo te he conocido? En este momento tú me hablas porque has sido llamado por Felipe. Pero antes que su apóstol le llamara, ya Jesús había visto que formaba parte de su Iglesia. Tú, Iglesia cristiana, verdadero hijo de Israel…, también tú conoces ahora a Jesucristo por los apóstoles, tal como Natanael conoció a Jesucristo por Felipe. Pero su misericordia te descubrió ya antes que pudieras conocerle, cuando estabas tendida, desecha bajo el peso de tus pecados.

     ¿Acaso, en efecto, somos nosotros los que hemos buscado, los primeros, a Jesucristo? ¿No es acaso él, por el contrario, quien ha sido el primero en buscarnos? ¿Somos nosotros, pobres enfermos, los que hemos venido por delante del médico? ¿No es, acaso, el médico quien ha venido a encontrar a los enfermos? ¿No es la oveja la que se perdió, antes que el pastor, dejando las noventa y nueve restantes, se pusiera a buscarla, la encontró y la trajo, lleno de gozo, sobre sus espaldas? (Lc 15,4). La moneda de plata ¿no se perdió antes de que la mujer encendiera una lámpara y la buscara por toda la casa hasta que la encontró? (Lc 15,8)… Nuestro pastor encontró a su oveja, pero es que él comenzó buscándola; igual que la mujer encontró su moneda de plata, pero sólo después de haberla buscado. Nosotros hemos sido buscados, y es sólo después de haber sido encontrados  que podemos hablar; lejos, pues, de nosotros cualquier sentimiento de orgullo. Estábamos perdidos sin remedio si Dios no nos hubiera buscado para encontrarnos.


miércoles 05 Enero 2011

San Simeón



San Simón
Nace cerca del año 400 en el pueblo de Sisan, en Cilicia, cerca de Tarso, donde nació San Pablo. De pequeño se dedicaba a pastorear ovejas por los campos, pero en su corazón y en su mente su deseo de ser santo y ver al Padre en el cielo comenzó a crecer y cobrar mayor fuerza. A los 15 años entró a un monasterio, donde se dedicó a rezar intensamente y hacer extremas penitencias para la conversión de su alma, alejar las tentaciones y la conversión de las almas pecadoras.

Ante la extremidad de sus penitencias, el Abad le ordenó irse del monasterio por temor a que otros monjes también siguiera su ejemplo. El santo fue a vivir a una caverna donde permaneció hasta el final de sus días. En dicho lugar, fue protagonistas de las más extremas y duras penitencias para lograr la pureza de su alma. Miles de feligreses acudían a visitar al santo, quien predicaba elocuentemente muchos sermones y homilías; también acudían funcionarios reales y hasta el propio emperador para pedirles consejos muy sabios para lograr la convivencia pacífica y armoniosa en su reino.

No comía sino una vez por semana, y la mayor parte del día y la noche la pasaba rezando. Murió el 5 de enero del año 459. Estaba arrodillado rezando, con la cabeza inclinada, y así se quedó muerto, como si estuviera dormido. En su sepulcro se obraron muchos milagros y junto al sitio donde estaba su columna se construyó un gran monasterio para monjes que deseaban hacer penitencia.


San Simeón
El extremo oriental del Mediterráneo está sembrado de anacoretas en el siglo V y VI. El más conocido y popular de todos ellos es Simeón, llamado más tarde el Estilita. Nació en Sisán a finales del siglo IV, entre los límites de Cilicia y Siria. Tiene cuando es niño el común oficio de pastor. Es cristiano y su saber contiene lo poco que pudieron enseñarle sus padres. Una nevada le impide salir con el ganado y es la ocasión que Dios le propone; va a una iglesia ese día y el sacerdote -un anciano- está predicando las Bienaventuranzas que él no llega a comprender muy bien; pero pregunta para conocer su camino. Tiene unos catorce años.

Comienza una peregrinación por su vida a la búsqueda cada vez de austeridad más intensa, de penitencia, oración y dedicación a Dios.
En Tedela, hay una colonia de monjes. Allí entra. Le despiden pronto por demasiado penitente al descubrir la cuerda áspera que lleva enterrada en carne cuando intentan limpiar la sangre que mana de la herida. Podría ser un obstáculo para los jóvenes monjes al ver lo desmesurado de su penitencia.

Ahora un monte cercano y una cisterna seca son por cinco días el lugar de ayuno y penitencia.
Otro monte cercano al pueblo de Telaniso le brinda ocasión de penitencia en absoluta soledad y sin reservas en el año 412. Ha decidido otra santa locura: pasar la Cuaresma solo a pan y agua y tapiando su puerta con la aprobación de Baso, el sacerdote que dirige también a otros anacoretas.

Más penitencia cerca de Tedela con la búsqueda tan querida de soledad para la contemplación. Construye un muro, como una cerca que le facilite su clausura. Allí se ata un pie con cadena a una gran roca. Le visita alguna gente que conoce su santa existencia y va a verle Melecio, obispo de Antioquía, que le dice bastarle la inteligencia y que no debe atarse como las irracionales bestias.

Obispos y emperadores piden su consejo y las resoluciones del concilio de Calcedonia se adoptan con su aportación. Incluso la herejía arriana fue combatida desde la columna.
Las piedras que sirvieron de base a la columna y los muros semiderruidos del monasterio que se edificó después de su muerte se conservan aún en el lugar solitario que los beduinos llaman hoy Kal’at Simân (castillo de Simeón).

Terminados los mártires ha comenzado una nueva época de testimonio. Los nuevos testigos son ahora los anacoretas. Una forma incomprensible para nuestro tiempo; falta el sincronismo necesario para entenderlo. Pero el conocimiento de Cristo, los millares de gentes convertidas, los pecadores arrepentidos, los animados a ser fieles, los consolados por la penitencia, los motivados a la oración y a la austeridad es muy importante para despreciar o juzgar como improcedente esta forma de seguir a Cristo y de testimoniarle ante el mundo por el camino de la penitencia pública e integral.




Oremos


Concédenos, Señor todopoderoso, que el ejemplo de San Simeón nos estimule a una vida más perfecta y que cuantos celebran su fiesta sepamos también imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.



Calendario de fiestas marianas: La mayoría de estas fiestas solo se celebran a nivel regional, y también las que se celebran a nivel eclesiástico.

Nuestra Señora de la Abundancia o la Prosperidad, Cursi, Italia(1641).

"About the fourth watch of the night, he came toward them walking on the sea"

DAILY GOSPEL: 05/01/2011
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Wednesday after Epiphany


First Letter of John 4:11-18.
Beloved, if God so loved us, we also must love one another.
No one has ever seen God. Yet, if we love one another, God remains in us, and his love is brought to perfection in us.
This is how we know that we remain in him and he in us, that he has given us of his Spirit.
Moreover, we have seen and testify that the Father sent his Son as savior of the world.
Whoever acknowledges that Jesus is the Son of God, God remains in him and he in God.
We have come to know and to believe in the love God has for us. God is love, and whoever remains in love remains in God and God in him.
In this is love brought to perfection among us, that we have confidence on the day of judgment because as he is, so are we in this world.
There is no fear in love, but perfect love drives out fear because fear has to do with punishment, and so one who fears is not yet perfect in love.

Psalms 72:2.10-11.12-13.
O God, give your judgment to the king; your justice to the son of kings; That he may govern your people with justice, your oppressed with right judgment,
May the kings of Tarshish and the islands bring tribute, the kings of Arabia and Seba offer gifts.
May all kings bow before him, all nations serve him.
For he rescues the poor when they cry out, the oppressed who have no one to help.
He shows pity to the needy and the poor and saves the lives of the poor.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Mark 6:45-52.
Then he made his disciples get into the boat and precede him to the other side toward Bethsaida, while he dismissed the crowd.
And when he had taken leave of them, he went off to the mountain to pray.
When it was evening, the boat was far out on the sea and he was alone on shore.
Then he saw that they were tossed about while rowing, for the wind was against them. About the fourth watch of the night, he came toward them walking on the sea. He meant to pass by them.
But when they saw him walking on the sea, they thought it was a ghost and cried out.
They had all seen him and were terrified. But at once he spoke with them, "Take courage, it is I, do not be afraid!"
He got into the boat with them and the wind died down. They were (completely) astounded.
They had not understood the incident of the loaves. On the contrary, their hearts were hardened.
Mc 6,45-52
Commentary of the day 
Blessed John Henry Newman (1801-1890), priest, founder of a religious community, theologian
« Lead, kindly Light », Verses on Various Occasions
"About the fourth watch of the night, he came toward them walking on the sea"
Lead, kindly Light, amid the encircling gloom,
Lead Thou me on;
The night is dark and I am far from home,
Lead Thou me on.
Keep Thou my feet; I do not ask to see
The distant scene; one step enough for me.

I was not ever thus, nor prayed that Thou
Shouldst lead me on;
I loved to choose and see my path; but now
Lead Thou me on.
I loved the garish day, and, spite of fears,
Pride ruled my will: remember not past years.

So long Thy power hath blessed me, sure it still
Will lead me on
O'er moor and fen, o'er crag and torrent, till
The night is gone,
And with the morn those angel faces smile,
Which I have loved long since, and lost awhile.

                    

Wednesday, 05 January 2011

St. John N. Neumann, Bishop (1811-1860) - Memorial



SAINT JOHN NEPOMUCENE NEUMANN
Bishop
(1811-1860)
           John neumann was born in Bohemia on March 20, 1811. Since he had a great desire to dedicate himself to the aAmerican missions, he came to the United States as a cleric and was ordained in New York in 1836.
       In  1840, he entered the Congragation of the Most Holy Redeemer (Redemptorists). He labored in Ohio, Pennsylvania, and Maryland.
       In 1852, he was consecrated bishop of Philaldelphia. There he worked hard for the establishment of parish schools and for the erection of many parishes for the numerous immigrants.
        He died on January 5, 1860; he was beatified in 1963 and canonized in 1977.

Seguir al Cordero de Dios

EVANGELIO DEL DÍA: 04/01/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Martes de la II Semana de Navidad


Epístola I de San Juan 3,7-10.
Hijos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él mismo es justo.
Pero el que peca procede del demonio, porque el demonio es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio.
El que ha nacido de Dios no peca, porque el germen de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.
Los hijos de Dios y los hijos del demonio se manifiestan en esto: el que no practica la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.

Salmo 98,1.7-8.9.
Salmo. Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria.
Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes;
aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono.
Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra; él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.

Evangelio según San Juan 1,35-42.
Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos
y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios".
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?".
"Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro. 
n 1,35-42
Leer el comentario del Evangelio por 
San Gregorio Nacianceno (330-390), obispo, doctor de la Iglesia
Discurso teológico 4
Seguir al Cordero de Dios
     Jesús es Hijo del hombre, por ser descendiente de Adán y por ser hijo de Maria... Es el Cristo, el Ungido, el Mesías, por su divinidad; esta divinidad es la que unge su humanidad..., presencia total de Aquel que lo consagra como tal... Es el Camino porque es él mismo quien nos conduce. Es la Puerta porque es él quien nos introduce en el Reino. Es el Pastor porque es él quien conduce el rebaño a las praderas y le hace beber una agua refrescante; le enseña el camino a seguir y le defiende contra los animales salvajes; hace regresar a la oveja errante, encuentra a la oveja perdida, cura a la oveja herida, guarda a las ovejas que gozan de buena salud y, gracias a las palabras que le inspira su sabiduría de pastor, las reúne en el redil de arriba.
     Él es también la Oveja, porque es la víctima. Es el cordero porque no tiene defecto. Es el Gran sacerdote, porque ofrece el sacrificio. Es Sacerdote según Melquisedec, porque es Rey de Salem, Rey de paz, Rey de justicia... Estos son los nombres del Hijo, Jesucristo: «él es el mismo ayer, hoy», corporal y espiritualmente, «y lo será por siempre». Amén

(referencias bíblicas: Mt 24,27; Mt 1,16; Jn 14,6; Jn 10,9; Jn 11; Sl 22; Is 53,7; Jn 1,29; Heb 6,20; Heb 6,20; Heb 7,3; Is 53,8; Heb 7,2; Heb 13,8)



martes 04 Enero 2011

Santa Isabel Ana Seton



En la ciudad de Emmitsburg, del estado de Maryland, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Isabel Ana Seton, que al quedar viuda abrazó la fe católica y trabajó denodadamente para fundar la Congregación de la Hermanas de la Caridad de San José, con el fin de educar a niñas y atender a niños pobres.
Isabel Ana nació en la ciudad de Nueva York el 28 de agosto de 1774, hija de Catalina Charlton y del Dr. Richard Bayley, Episcopalianos devotos. Fue bautizada y llegó a su madurez en la fe episcopaliana. Su padre, cirujano distinguido y médico, fue el primer funcionario de la salud del Puerto de Nueva York y después profesor de anatomía en la Universidad de King’s College (en la Universidad de Columbia). Isabel Ana creció en la Ciudad de Nueva York y Nueva Rochelle, Nueva York. El 25 de enero de 1794 se casó con Guillermo Magee Seton, de una familia naviera adinerada y la nueva pareja vivió en la Calle del Estado en Manhattan.

Su matrimonio fue bendecido con tres hijas y dos hijos. Poco tiempo después de su matrimonio, Guillermo enfermó de tuberculosis. En un esfuerzo para restaurar su salud Isabel, Guillermo y su hija mayor, Annina, embarcaron hacia Italia pero él murió el 27 de diciembre de 1803 dejándola viuda con 5 niños cuando tenía sólo 29 años.

La familia Fellicchi, de Livorno, Italia, íntimos colaboradores en los negocios y amigos de la familia -– le ofrecieron hospitalidad y consuelo. A Isabel, profundamente espiritual, le impactó su devoción y su fe católica.

Un año después de su retorno a Nueva York se convirtió a la fe católica. Esta conversión le costó muy caro a Isabel en las relaciones con su familia y amigos.

Vuda y sin dinero, con cinco niños que alimentar, los años siguientes fueron muy duros debido a la quiebra del negocio naviero antes de la muerte de Guillermo, intentando ganar su sustento sin el apoyo de su familia y amigos.

En el verano de 1808, el P. Guillermo Luis Dubourg, sacerdote de San Sulpicio, de Maryland, cuando visitó Nueva York conoció a Isabel y la invitó a ir a Baltimore con la promesa de abrir allí una escuela.

Por la generosidad de un bienhechor, la escuela se trasladó a la zona rural de Emmitsburgo, Maryland. Este nuevo trabajo y estilo de vida empezó el 31 de julio de 1809 en Stone House en el Valle de San José. Tuvo éxito y a ella se unieron otras mujeres que establecieron la primera orden religiosa de mujeres fundada en Norte América, las Hermanas de la Caridad de San José.

El 17 de enero de 1812 las Reglas y Constituciones de las Hermanas de Caridad de San José en los Estados Unidos recibieron la aprobación oficial. (Estas Reglas se basaban en las Reglas Comunes de las Hijas de Caridad fundadas por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac en Francia en 1633). Así nació la primera Comunidad Religiosa para mujeres americanas.

Isabel Ana vio a Cristo en el pobre, sobre todo en las mujeres y niños necesitados, incluso antes de ser recibida en la Iglesia católica. Ella es Santa por el modo en que buscó y respondió a la voluntad de Dios en su vida.

Su santidad se desplegó de su fe Episcopaliana. Ella era feligresa de la Iglesia de la Santísima Trinidad episcopaliana y, antes y después de su conversión al Catolicismo, le gustaba pasar tiempo ante el Santísimo Sacramento en la cercana Iglesia Católica de San Pedro.

Isabel murió el 4 de enero de 1821 a la edad de 46 años en Emmitsburgo, Maryland.

El 25 de marzo de 1850 las Hermanas de la Caridad de San José de Emmitsburgo se unieron a la Compañía francesa de las Hijas de Caridad de San Vicente de Paúl. Isabel Ana Seton fue beatificada por Juan XXIII el 17 de marzo de 1963 y canonizada por Pablo VI el 14 de septiembre de 1975.




Oremos

Todo lo que para mí era ganancia lo he estimado pérdida comparado con Cristo. Más, aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él, lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo. Flp.3, 7-8

http://es.catholic.net/catholic_db/imagenes_db/santoral/isabel_ana_bayley.jpg



Tú, Señor, que todos los años nos alegras con la fiesta de Santa Isabel Ana Seton, concede a los que estamos celebrando su memoria imitar también los ejemplos de su vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.




Calendario de fiestas marianas: La mayoría de estas fiestas solo se celebran a nivel regional, y también las que se celebran a nivel eclesiástico.

Nuestra Señora Treves, Italia (746). Se le apareció a San Jerónimo Emiliani, 1530.

"Jesus took the loaves... and looking up to heaven, he said the blessing, broke them , and gave them to (his) disciples"

DAILY GOSPEL: 04/01/2011
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Tuesday after Epiphany

First Letter of John 4:7-10.
Beloved, let us love one another, because love is of God; everyone who loves is begotten by God and knows God.
Whoever is without love does not know God, for God is love.
In this way the love of God was revealed to us: God sent his only Son into the world so that we might have life through him.
In this is love: not that we have loved God, but that he loved us and sent his Son as expiation for our sins.

Psalms 72:2.3-4.7-8.
O God, give your judgment to the king; your justice to the son of kings; That he may govern your people with justice, your oppressed with right judgment,
That the mountains may yield their bounty for the people, and the hills great abundance,
That he may defend the oppressed among the people, save the poor and crush the oppressor.
That abundance may flourish in his days, great bounty, till the moon be no more.
May he rule from sea to sea, from the river to the ends of the earth.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Mark 6:34-44.
When he disembarked and saw the vast crowd, his heart was moved with pity for them, for they were like sheep without a shepherd; and he began to teach them many things.
By now it was already late and his disciples approached him and said, "This is a deserted place and it is already very late.
Dismiss them so that they can go to the surrounding farms and villages and buy themselves something to eat."
He said to them in reply, "Give them some food yourselves." But they said to him, "Are we to buy two hundred days' wages worth of food and give it to them to eat?"
He asked them, "How many loaves do you have? Go and see." And when they had found out they said, "Five loaves and two fish."
So he gave orders to have them sit down in groups on the green grass.
The people took their places in rows by hundreds and by fifties.
Then, taking the five loaves and the two fish and looking up to heaven, he said the blessing, broke the loaves, and gave them to (his) disciples to set before the people; he also divided the two fish among them all.
They all ate and were satisfied.
And they picked up twelve wicker baskets full of fragments and what was left of the fish.
Those who ate (of the loaves) were five thousand men. 
Mc 6,34-44
Commentary of the day 
Pope Benedict XVI
Homily for the Italian Eucharistic Congress, 29/05/05 (cf DC 2339, p. 634 ©Libreria Editrice Vaticana)
"Jesus took the loaves... and looking up to heaven, he said the blessing, broke them , and gave them to (his) disciples"
"Without Sunday we cannot live" - takes us back to the year 304, when the Emperor Diocletian forbade Christians, on pain of death, from possessing the Scriptures, from gathering on Sundays to celebrate the Eucharist and from building places in which to hold their assemblies. In Abitene, a small village in present-day Tunisia, 49 Christians were taken by surprise one Sunday while they were celebrating the Eucharist... They were arrested and taken to be interrogated... There they replied to the charges: "Sine dominico non possumus": that is, we cannot live without joining together on Sunday to celebrate the Eucharist. We would lack the strength to face our daily problems and not to succumb.

In taking flesh, the Son of God could become Bread and thus be the nourishment of his people, of us, journeying on in this world towards the promised land of Heaven. We need this Bread to face the fatigue and weariness of our journey. Sunday, the Lord's Day, is a favourable opportunity to draw strength from him, the Lord of life. The Sunday precept is not, therefore, an externally imposed duty, a burden on our shoulders. On the contrary, taking part in the Celebration, being nourished by the Eucharistic Bread and experiencing the communion of their brothers and sisters in Christ is a need for Christians, it is a joy; Christians can thus replenish the energy they need to continue on the journey we must make every week. 


Tuesday, 04 January 2011

St. Elizabeth Ann Seton, Foundress of the Sisters of Charity of Saint Joseph's (1774-1821) -Memorial



Saint Elizabeth Ann Seton
Foundress of the Sisters of Charity of Saint Joseph's
(1774-1821)
        Yes, Venerable Brothers and beloved sons and daughters! Elizabeth Ann Seton is a Saint! We rejoice and we are deeply moved that our apostolic ministry authorizes us to make this solemn declaration before all of you here present, before the holy Catholic Church, before our other Christian brethren in the world, before the entire American people, and before all humanity.
        Elizabeth Ann Bayley Seton is a Saint! She is the first daughter of the United States of America to be glorified with this incomparable attribute! But what do we mean when we say: «She is a Saint»? We all have some idea of the meaning of this highest title; but it is still difficult for us to make an exact analysis of it. Being a Saint means being perfect, with a perfection that attains the highest level that a human being can reach. A Saint is a human creature fully conformed to the will of God. A Saint is a person in whom all sin-the principle of death-is cancelled out and replaced by the living splendor of divine grace. The analysis of the concept of sanctity brings us to recognize in a soul the mingling of two elements that are entirely different but which come together to produce a single effect: sanctity. One of these elements is the human and moral element, raised to the degree of heroism: heroic virtues are always required by the Church for the recognition of a person's sanctity. The second element is the mystical element, which express the measure and form of divine action in the person chosen by God to realize in herself-always in an original way-the image of Christ (Cfr. Rom. 8, 29).
        The science of sanctity is therefore the most interesting, the most varied, the most surprising and the most fascinating of all the studies of that ever mysterious being which is man. The Church has made this study of the life, that is, the interior and exterior history, of Elizabeth Ann Seton. And the Church has exulted with admiration and joy, and has today heard her own charism of truth poured out in the exclamation that we send up to God and announce to the world: She is a Saint! (...). This will be one of the most valuable fruits of the Canonization of the new Saint: to know her, in order to admire in her an outstanding human figure; in order to praise God who is wonderful in his saints; to imitate her example which this ceremony places in a light that will give perennial edification; to invoke her protection, now that we have the certitude of her participation in the exchange of heavenly life in the Mystical Body of Christ, which we call the Communion of Saints and in which we also share, although still belonging to life on earth. (...)  
        Saint Elizabeth Ann Seton was born, brought up and educated in New York in the Episcopalian Communion. To this Church goes the merit of having awakened and fostered the religious sense and Christian sentiment which in the young Elizabeth were naturally predisposed to the most spontaneous and lively manifestations. We willingly recognize this merit, and, knowing well how much it cost Elizabeth to pass over to the Catholic Church, we admire her courage for adhering to the religious truth and divine reality which were manifested to her therein. And we are likewise pleased to see that from this same adherence to the Catholic Church she experienced great peace and security, and found it natural to preserve all the good things which her membership in the fervent Episcopalian community had taught her, in so many beautiful expressions, especially of religious piety, and that she was always faithful in her esteem and affection for those from whom her Catholic profession had sadly separated her.  (...)
        And then we must note that Elizabeth Seton was the mother of a family and at the same time the foundress of the first Religious Congregation of women in the United States. (...)The Church renders the greatest honor possible to Elizabeth Ann Bayley Seton and extols her personal and extraordinary contribution as a woman a wife, a mother, a widow, and a religious.
        May the dynamism and authenticity of her life be an example in our day-and for generations to come-of what women can and must accomplish, in the fulfillment of their role, for the good of humanity. And finally we must recall that the most notable characteristic of our Saint is the fact that she was, as we said, the foundress of the first Religious Congregation of women in the United States. It was an offspring of the religious family of Saint Vincent de Paul, which later divided into various autonomous branches-five principal ones-now spread throughout the world. And yet all of them recognize their origin in the first group, that of the Sisters of Charity of Saint Joseph's, personally established by Saint Elizabeth Seton at Emmitsburg in the Archdiocese of Baltimore. The apostolate of helping the poor and the running of parochial schools in America had this humble, poor, courageous and glorious beginning. (...)
        Yes, brethren, and sons and daughters: the Lord is indeed wonderful in his saints. Blessed be God for ever!
[ Canonization of Elisabeth Ann SetonHomily of Pope Paul VI - September 14, 1975]