De Corazón a corazón: Gen 14,18-20 ("Mequisedec presentó pan y vino… era sacerdote del Altísimo"); 1Cor 11,23-26 ("Este es mi cuerpo que se da… Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre… Haced esto en memoria mía"); Lc 9,11-17 ("dadles vosotros de comer")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús es el "Sacerdote" nuevo y definitivo, para siempre, porque es Dios hecho hombre ("Mediador"), que se ofrece a sí mismo en oblación (sacrificio), para comunicar una vida nueva a toda la humanidad. Por esta "obediencia" a los planes del Padre, es Sacerdote del amor a Dios y a toda la humanidad, Víctima y Altar. Esta realidad sacrificial la hace presente en la Eucaristía. El sacerdote ministro continúa el encargo del Señor ("haced esto"), transmite lo que ha recibido, hace presente y comunica al mismo Jesús para hacerlo vida propia, personal y comunitaria.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Jesús está presente e inmolado en la Eucaristía, para hacernos partícipes de su misma vida. "Allí está aquel que tanto nos ama ¿por qué, pues, no habremos de amarle nosotros?" (Cura de Ars).

AÑO DE LA FE: "Cosa nunca oída ni vista, que hallase Dios manera cómo, subiéndose al cielo, se quedase acá su misma persona por presencia real" (S. Juan de Ávila, Sermón 35). "Seguimiento… comunión (de hermanos)… compartir… Jesús se nos da en la Eucaristía, comparte nuestro mismo camino" (Papa Francisco, Corpus Christi 2013). Para el domingo noveno, ver Año Litúrgico, Tiempo Ordinario.