De Corazón a corazón: Is 7,1-9 ("Ha dicho el Señor… si no os afirmáis en mí, no seréis firmes"); Mt 11,20-24 ("Cafarnaún… Si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy")

Contemplación, vivencia, misión: Tenemos la manía de construir castillos de naipes o de arena. Lo de "Sodoma" se repite con frecuencia. Nos falta el punto de apoyo y de referencia, para descifrar el sentido de la vida: quién somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Cuando Jesús pasó haciendo el bien por aquellos lugares "turísticos" del lago de Galilea, los hombres vivían tan distraídos como nosotros. Ahora se hacen esfuerzos titánicos para encontrar detalles arqueológicos de lo poco que ha quedado. Pero Él ha dejado huellas imborrables en la historia, que no sabemos leer. La gran pena de Jesús, expresada en compasión de Buen Pastor, consistía en constatar que no querían abrirse a los nuevos planes de Dios Amor. Se quedaban en sus preferencias "religiosas". La "conversión", como disponibilidad para la sorpresa de Dios, es un don del mismo Dios que hace posible y autentifica nuestra respuesta libre.

* En el día a día con la Madre de Jesús: A Jesús, a veces, lo tenemos como el gran ausente; pero él nos lleva a todos en su Corazón y nos acompaña para dejar en la vida huellas imborrables de su amor. María de Nazaret es la Virgen de nuestra vida ordinaria siempre trascendente.