De Corazón a corazón: Deut 31,1-8;32,3 (Moisés no pudo entrar en la Tierra Prometida; pero Dios acompaña a su pueblo: "Tu Dios marcha contigo"); Mt 18,1-14 ("Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos")

Contemplación, vivencia, misión: La "infancia espiritual" es la actitud de humildad y confianza que se aprende mirando al mundo con los ojos de Jesús. Si Dios tiene un proyecto de amor sobre todos y cada uno, la vida es hermosa y sencilla: basta con hacerlo todo con amor y convivir con los hermanos compartiendo con ellos "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias" (GS 1). Para Dios, todo lo pequeño puede reflejar la grandeza del amor de Dios. Basta con ser humildes, sencillos, prudentes, moldeables. Josué sucedió a Moisés; pero la historia humana, también a nivel de historia de salvación, siguió con sus luces y sombras. Sólo Jesús, el nuevo Josué, transformará las limitaciones humanas en instrumentos de salvación y de perdón.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Los santos que han querido seguir este "caminito" (como Teresa de Lisieux), lo han aprendido con María: "Tu dulce Niño, Madre, quiere que seas tú el ejemplo vivo del alma que le busca a oscuras, en la noche de la fe... Vivir contigo quiero, Madre amada... Tu maternal mirada desvanece mis miedos" (Poesía 44).

AÑO DE LA FE: "La juventud tiene que ser fuerte, alimentarse de su fe, y no empacharse de otras cosas. ¡"Pon a Cristo" en tu vida, pon tu confianza en él y no vas a quedar defraudado!" (Papa Francisco, JMJ 25 julio 2013)