De Corazón a corazón: 1Jn 1,1-4 ("Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos"); Jn 20,2-8 ("Entró, vio y creyó"); Jn 21,20-24 ("El discípulo a quien Jesús amaba")

Contemplación, vivencia, misión: La fe y la oración son un cruce de "miradas" entre "dos" que se aman. A Jesús se le "ve" con la fe cuando se le ama. "Sólo los que se abren al amor son cubiertos por la luz de la Navidad" (Benedicto XVI, 25.12.10). Juan, el "discípulo amado" vio el costado abierto de Cristo y su sepulcro vacío: "Vio y creyó" (Jn 20,8). Jesús se manifiesta a los que lo aman (cfr. Jn 14,21). Misión es comunicar a los demás la propia experiencia de Jesús.

En el día a día, con la Madre de Jesús: La "mirada" de una madre, como la de María, es la pauta para ver en cada hermano al mismo Jesús: "Cuando lo da a luz en Belén, sus ojos se vuelven también tiernamente sobre el rostro del Hijo, cuando lo «envolvió en pañales y le acostó en un pesebre» (Lc 2, 7)" (Juan Pablo II).
AÑO DE LA FE: "La gloria de Dios… vive en el vientre de una virgen, se revela en la pobreza de un niño… La fe nos dice, por lo tanto, que el poder inerme de aquel Niño, al final gana al ruido de los poderes del mundo" (Benedicto XVI, 19 diciembre 2012). "¿Quién no escuchará la elocuencia de tu silencio? Quién no se sentirá movi­do a amar más a un Dios que se hace niño, sólo por mi amor? Quién no querrá imitarte en la pobreza que brilla aquí. Yo si quiero Niño mío" (Bta. Mª Inés T. Arias).