EVANGELIO DEL DÍA

jueves, 30 de diciembre de 2010

«Nacido antes de todos los siglos..., tomó carne de la Virgen María» (Credo)

EVANGELIO DEL DÍA: 31/12/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Día VII dentro de la Octava de Navidad


Epístola I de San Juan 2,18-21.
Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora.
Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros.
Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento.
Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad.

Salmo 96(95),1-2.11-12.13.
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.

Evangelio según San Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo".
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre. 
Jn 1,1-18
Leer el comentario del Evangelio por 
San Máximo de Turín (?-hacia 420), obispo
Sermón 10, sobre la Natividad del Señor, PL 57,24
«Nacido antes de todos los siglos..., tomó carne de la Virgen María» (Credo)
     Leemos, queridos hermanos, que en Cristo hay dos nacimientos; tanto el uno como el otro son expresión de un poder divino que nos sobrepasa absolutamente. Por un lado, Dios engendra a su Hijo a partir de él mismo; por el otro, una virgen lo concibió por intervención de Dios... Por un lado, nace para crear la vida; por el otro, para quitar la muerte. Allí, nace de su Padre; aquí, nace a través de los hombres. Por ser engendrado por el Padre, es el origen del hombre; por su nacimiento humano, libera al hombre. Ni una ni otra forma de nacimiento se pueden expresar propiamente y al mismo tiempo son inseparables...

     Cuando enseñamos que hay dos nacimientos en Cristo, no queremos decir que el Hijo de Dios nace dos veces, sino que afirmamos la dualidad de naturaleza en un solo y único Hijo de Dios. Por una parte, nace lo que ya existía; por otra parte se produce lo que todavía no existía. El bienaventurado evangelista Juan lo afirma con estas palabras: «En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios», y también: «La Palabra se hizo carne».

     Así pues, Dios que estaba junto a Dios salió de él, y la carne de Dios que no estaba en él salió de una mujer. Así el Verbo se hizo carne, no de manera que Dios quede diluido en el hombre, sino para que el hombre sea gloriosamente elevado en Dios. Por eso Dios no nació dos veces, sino que hubo dos géneros de nacimientos – a saber el de Dios y el del hombre- por los cuales el Hijo único del Padre ha querido ser al mismo tiempo Dios y hombre en una sola persona: «¿Quién podría contar su nacimiento?» (Is 53,8 Vulg)



viernes 31 Diciembre 2010

San Silvestre I



Este Santo Padre ejerció su pontificado en la época en la que Constantino decretó la libertad para los cristianos, dando alto a las persecuciones. El emperador Constantino le regaló a San Silvestre el palacio de Letrán en Roma, y desde entonces estuvo allí la residencia de los Pontífices.

También tuvo este Pontífice la suerte de poder construir la antigua Basílica de San Pedro en el Vaticano, y la primera Basílica de Letrán. Durante su Pontificado se reunió en el Concilio de Nicea (año 325), en el cual los obispos de todo el mundo declararon que quien no crea que Jesucristo es Dios, no es católico. Compusieron allí el Credo de Nicea. Dicen que a San Silvestre le correspondió el honor de bautizar a Constantino, el primer emperador cristiano.

El Pontificado de San Silvestre duró 20 años. Murió el 31 de diciembre del año 335.




Oremos


Ven, Señor, en ayuda de éste pueblo, que confía en la intercesión del Papa San Silvestre, y haz que viviendo ésta fugaz vida terrena de acuerdo con tu voluntad, alcancemos, al final de nuestros días, la felicidad de una vida sin fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

«Unigénito del Padre antes de todas las edades ..., que se encarnó de la Virgen María» (Credo de Constantinopla)

DAILY GOSPEL: 31/12/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


The Seventh Day in the Octave of Christmas


First Letter of John 2:18-21.
Children, it is the last hour; and just as you heard that the antichrist was coming, so now many antichrists have appeared. Thus we know this is the last hour.
They went out from us, but they were not really of our number; if they had been, they would have remained with us. Their desertion shows that none of them was of our number.
But you have the anointing that comes from the holy one, and you all have knowledge.
I write to you not because you do not know the truth but because you do, and because every lie is alien to the truth.

Psalms 96(95):1-2.11-12.13.
Sing to the LORD a new song; sing to the LORD, all the earth.
Sing to the LORD, bless his name; announce his salvation day after day.
Let the heavens be glad and the earth rejoice; let the sea and what fills it resound;
let the plains be joyful and all that is in them. Then let all the trees of the forest rejoice
before the LORD who comes, who comes to govern the earth, To govern the world with justice and the peoples with faithfulness.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint John 1:1-18.
In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God.
He was in the beginning with God.
All things came to be through him, and without him nothing came to be. What came to be
through him was life, and this life was the light of the human race;
the light shines in the darkness, and the darkness has not overcome it.
A man named John was sent from God.
He came for testimony, to testify to the light, so that all might believe through him.
He was not the light, but came to testify to the light.
The true light, which enlightens everyone, was coming into the world.
He was in the world, and the world came to be through him, but the world did not know him.
He came to what was his own, but his own people did not accept him.
But to those who did accept him he gave power to become children of God, to those who believe in his name,
who were born not by natural generation nor by human choice nor by a man's decision but of God.
And the Word became flesh and made his dwelling among us, and we saw his glory, the glory as of the Father's only Son, full of grace and truth.
John testified to him and cried out, saying, "This was he of whom I said, 'The one who is coming after me ranks ahead of me because he existed before me.'"
From his fullness we have all received, grace in place of grace,
because while the law was given through Moses, grace and truth came through Jesus Christ.
No one has ever seen God. The only Son, God, who is at the Father's side, has revealed him.
 Jn 1,1-18
Comentario del día 
San Máximo de Turín (?-C.420), el obispo 
Sermón 10, sobre la Natividad del Señor, PL 57,24
«Unigénito del Padre antes de todas las edades ..., que se encarnó de la Virgen María» (Credo de Constantinopla)
Leemos, queridos hermanos, que hay dos nacimientos en Cristo: ambos son la expresión de un poder divino que nos supera por completo. Por un lado, Dios genera a su hijo de su propio ser y, por otro, una virgen lo ha concebido por la intervención de Dios ... Por un lado, nace para crear la vida, y por el otro para llevar la muerte. En el primero, que nace de su Padre, en el segundo, que es traído al mundo por los seres humanos. Por su generación del Padre que está en los orígenes del hombre, por su nacimiento humano que establece la humanidad libre. Ambos tipos de nacimiento son, propiamente hablando, inefable y en el momento mismo inseparables ...

En la enseñanza de que hay dos nacimientos en Cristo no pretendemos decir que el Hijo de Dios ha nacido dos veces, pero estamos afirmando la doble naturaleza en un solo y mismo Hijo de Dios. Por un lado, lo que ya existía nace, por el otro, lo que no existe todavía como se lleva adelante. El evangelista Juan afirma bendijo con estas palabras: «En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios» y otra vez: «. La Palabra se hizo carne»

Así que Dios estaba con Dios salió de él y la carne de Dios, que no pertenecía a Dios es fruto de una mujer. Así la Palabra se hizo carne, no de tal manera que Dios se constituyó en el hombre, pero para que el hombre podría ser gloriosamente resucitado a Dios. Por eso Dios no ha nacido dos veces, pero por medio de estos dos tipos de nacimiento - a saber, la de Dios y la del hombre - el Hijo único del Padre desea para ser a la vez Dios y hombre en una sola persona. «¿Quién, entonces, puede decir su nacimiento?» (Is 53,8 Vg.).


Friday, 31 December 2010

St. Sylvester I, Pope, (+ 335)



SAINT SYLVESTER
Pope
(? - 335)
        Sylvester was born in Rome toward the close of the third century.
        He was a young priest when the persecution of the Christians broke out under the tyrant Diocletian. Idols were erected at the corners of the streets, in the market-places, and over the public fountains, so that it was scarcely possible for a Christian to go abroad without being put to the test of offering sacrifice, with the alternative of apostasy or death. During this fiery trial, Sylvester strengthened the confessors and martyrs, God preserving his life from many dangers.
        In 312 a new era set in. Constantine, having triumphed under the " standard of the Cross," declared himself the protector of the Christians, and built them splendid churches. At this juncture Sylvester was elected to the chair of Peter, and was thus the first of the Roman Pontiffs to rule the flock of Christ in security and peace. He profited by these blessings to renew the discipline of the Church, and in two great Councils confirmed her sacred truths. In the Council of Arles he condemned the schism of the Donatists; and in that of Nicæa, the first general Council of the Church, he dealt Arianism its death-blow by declaring that Jesus Christ is the true and very God.
        Sylvester died A. D. 335.

«Hablaba del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén»

EVANGELIO DEL DÍA: 30/12/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Día VI dentro de la Octava de Navidad


Epístola I de San Juan 2,12-17.
Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús.
Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno.
Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno.
No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la ostentación de la riqueza.- Todo esto no viene del Padre, sino del mundo.
Pero el mundo pasa, y con él, sus deseos. En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente.

Salmo 96(95),7-8.9.10.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor. Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad: ¡que toda la tierra tiemble ante él!
Digan entre las naciones: "¡El Señor reina! El mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud".

Evangelio según San Lucas 2,36-40.
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él. 
Lc 2,36-40
Leer el comentario del Evangelio por 
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
2ª homilía sobre el Cantar de los Cantares, §8
«Hablaba del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén»
     Oh tronco de Jesé, tú que eres una señal para todos los pueblos «cuántos reyes y profetas han deseado verte y no te han visto». ¡Dichoso el que en su vejez ha sido colmado con el don divino de verte! Tembló en deseos de ver la señal; «la vio y se regocijó». Habiendo recibido el beso de paz, dejó este mundo con la paz en el corazón, pero no sin antes haber proclamado que Jesús había nacido para ser una señal de contradicción. Y se cumplió así: justo acabado de nacer, fue contradicha la señal de paz –pero por aquellos que tienen el odio por paz. Porque él es «la paz para los hombres que ama el Señor», pero para los malintencionados es «piedra de tropiezo». El mismo Herodes «se turbó y toda Jerusalén con él». El Señor vino a él «pero los suyos no le recibieron». ¡Dichosos los pobres pastores que, velando de noche, han sido dignos de ver la señal!

     Ya en aquel tiempo, se escondía a los pretendidos sabios y prudentes, pero se revelaba a los humildes. El ángel dijo a los pastores: «He aquí una señal para vosotros». Es para vosotros, los humildes y obedientes, para vosotros que no alardeáis de orgullosa ciencia sino que veláis «día y noche meditando la ley del Señor». ¡Ésta es vuestra señal! La que prometían los ángeles, la que reclamaban los pueblos, la que habían predicho los profetas... ahora Dios la ha cumplido y os la muestra...

     Ésta es vuestra señal, pero ¿señal de qué? De perdón, de gracia, de paz, de una «paz que no tendrá fin». «Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Pero Dios está en él reconciliando al mundo consigo.... Es el beso de Dios, el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, viviendo y reinando por los siglos.

(Referencias bíblicas: Is 11,10; Lc 10,24; Lc 2,30; Jn 8,56; Lc 2,14; Lc 2,34; Jn 1,11; Mt 11,25; Lc 2,12; Sl 1,2; Is 9,6; 1Tm 2,5)


jueves 30 Diciembre 2010

Traslado del cuerpo de Santiago Apóstol



http://es.catholic.net/catholic_db/imagenes_db/celebraciones/santiago_apostol.jpg
En la predicación del Evangelio por todo el mundo, tocóle á Santiago el Mayor venir á España, donde predicó la doctrina del divino Maestro, y regresó con siete discípulos á Jerusalén, donde sufrió martirio y murió el año 42. Sus discípulos recogieron sus restos, y en una nave providencial arribaron al puerto de Iria Flavia, hoy día el Padrón, en Galicia, y se dirigieron á Compostela, donde depositaron, en un sepulcro construido al efecto, los restos del apóstol Santiago, con un ara y una columna de piedra traídas de Jerusalén.
Las guerras y revoluciones que sufrió España después hicieron desaparecer la memoria de este sepulcro, hasta que se descubrió milagrosamente en tiempo de Alfonso II el Casto, rey de Asturias, viendo por algunas noches estrellas resplandecientes, que les sirvieron de guía para la invención del cuerpo de nuestro Santo Patrón. Luego se construyó, un gran templo, tan famoso que en todos los siglos se ve visitado por piadosas peregrinaciones.

"She spoke about the child to all who were awaiting the redemption of Jerusalem"

DAILY GOSPEL: 30/12/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


The Sixth Day in the Octave of Christmas


First Letter of John 2:12-17.
I am writing to you, children, because your sins have been forgiven for his name's sake.
I am writing to you, fathers, because you know him who is from the beginning. I am writing to you, young men, because you have conquered the evil one.
I write to you, children, because you know the Father. I write to you, fathers, because you know him who is from the beginning. I write to you, young men, because you are strong and the word of God remains in you, and you have conquered the evil one.
Do not love the world or the things of the world. If anyone loves the world, the love of the Father is not in him.
For all that is in the world, sensual lust, enticement for the eyes, and a pretentious life, is not from the Father but is from the world.
Yet the world and its enticement are passing away. But whoever does the will of God remains forever.

Psalms 96(95):7-8.9.10.
Give to the LORD, you families of nations, give to the LORD glory and might;
give to the LORD the glory due his name! Bring gifts and enter his courts;
bow down to the LORD, splendid in holiness. Tremble before God, all the earth;
say among the nations: The LORD is king. The world will surely stand fast, never to be moved. God rules the peoples with fairness.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 2:36-40.
There was also a prophetess, Anna, the daughter of Phanuel, of the tribe of Asher. She was advanced in years, having lived seven years with her husband after her marriage,
and then as a widow until she was eighty-four. She never left the temple, but worshiped night and day with fasting and prayer.
And coming forward at that very time, she gave thanks to God and spoke about the child to all who were awaiting the redemption of Jerusalem.
When they had fulfilled all the prescriptions of the law of the Lord, they returned to Galilee, to their own town of Nazareth.
The child grew and became strong, filled with wisdom; and the favor of God was upon him. 
Lc 2,36-40
Commentary of the day 
Saint Bernard (1091-1153), Cistercian monk and doctor of the Church
2nd. sermon on the Song of Songs, §8 (©Classics of Western spirituality)
"She spoke about the child to all who were awaiting the redemption of Jerusalem"
O Root of Jesse, who stand as a sign to the peoples (Is 11: 10), «how many kings and prophets wanted to see you and did not» (Lk 10:24)? Simeon is the happiest of them all because by God's mercy he was still bearing fruit in old age. For he rejoiced to think that he would see the sign so long desired. He saw it and was glad (Lk 8:56). When he had received the kiss of peace he departed in peace, but first he proclaimed aloud that Jesus was born, a sign that would be rejected (Lk 2:25-34). And so it was. The sign of peace arose and was rejected, by those who hate peace (Ps 119:7). For what is peace to men of goodwill (Lk 2:14) is a stone to make men stumble, a rock for the wicked to fall over (l Pt 2:8). "Herod was troubled, and all Jerusalem with him" (Mt 2:3). He came to his own and his own did not receive him (Jn 1:11). Happy those shepherds keeping watch at night who were found worthy to be shown the sign of this vision (Lk 23:8)!

For even at that time he was hiding himself from the wise and prudent and revealing himself to the simple (Mt 11:25; Lk 10:21)... The angel said to the shepherds, "This is a sign for you" (Lk 2: 12), you who are humble, you who are obedient, you who are not haughty (Rom 12: 16), you who are keeping vigil and meditating on God's law day and night (Ps 1:2). "This is a sign for you," he said. What is this sign? The sign the angels promised, the sign the people asked for, the sign the prophets foretold, the Lord Jesus has now made, and he shows it to you...

This is your sign.What is it a sign of? Indulgence, grace, peace, «the peace which will have no end» (Is 9:7). It is this sign: "You will find a baby wrapped in swaddling clothes and lying in a manger" (Lk 2: 12). But this baby is God himself, reconciling the world to himself in him (2 Cor 5: 19)... He is the kiss of God, the Mediator between God and men, the man Christ Jesus (1Tm 2,5), who with the Father and the Holy Spirit lives and reigns world without end.

                    

Thursday, 30 December 2010

St. Sabinus, Bishop, and his Companions, Martyrs († c. 303)



SAINT SABINUS
Bishop
and his Companions
Martyrs
(† c. 303)
        The cruel edicts of Diocletian and Maximin against the Christians being published in the year 303, Sabinus, Bishop of Assisium, and several of his clergy, were apprehended and kept in custody till Venustianus, the Governor of Etruria and Umbria, came thither. Upon his arrival in that city he caused the hands of Sabinus, who had made a glorious confession of his Faith before him, to be cut off; and his two deacons, Marcellus and Exuperantius, to be scourged, beaten with clubs, and torn with iron nails, under which torments they both expired.
        Sabinus is said to have cured a blind boy, and a weakness in the eyes of Venustianus himself, who was thereupon converted, and afterward beheaded for the Faith. Lucius, his successor, commanded Sabinus to be beaten to death with clubs at Spoleto. The martyr was buried a mile from that city, but his relics have been since translated to Faënza.