De Corazón a corazón: Hech 4,33; 5,12.27-33; 12,2 (Martirio de Santiago); 2Cor 4,7-15 ("Llevamos siempre en nuestros cuerpos el morir de Cristo"); Sal 126,1; Mt 20,20-28 ("Mi cáliz, sí lo beberéis")

Contemplación, vivencia, misión: "Beber el cáliz" significa correr la misma suerte, compartir la misma vida. Cristo se comparó a un granito de trigo que, sepultado en la tierra, "muere", aunque, en realidad se transforma en una nueva vida. Santiago fue el primer apóstol de Cristo que dio la vida por él, aunque el primer mártir había sido San Esteban. Aparentemente todo fue por el capricho y las preferencias de los que llevaban las riendas del momento, como Herodes. Es lo que ocurre en todas las épocas y "culturas".

* En el día a día con la Madre de Jesús: Juan y Santiago amaron  y anunciaron a Cristo con pasión. A Santiago le tocó la suerte de ser el primer Apóstol mártir. Y ambos sintieron la presencia activa y materna de María, que sigue acompañando a todos los redimidos y especialmente a quienes lo han dejado todo por Cristo. Cada uno es una historia peculiar e irrepetible de la presencia de María.

Ver miércoles semana 16ª Tiempo Ordinario en Año Litúrgico.