EVANGELIO DEL DÍA

lunes, 13 de diciembre de 2010

«Juan ha dado testimonio de la verdad...; era la lámpara que ardía y brillaba» (Jn 5, 35)

EVANGELIO DEL DÍA: 14/12/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Martes de la III Semana de Adviento


Libro de Sofonías 3,1-2.9-13.
¡Ay de la rebelde, de la impura, de la ciudad opresora!
Ella no escuchó el llamado, no aprendió la lección, no puso su confianza en el Señor ni se acercó a su Dios.
Entonces, yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre el Señor y lo sirvan con el mismo empeño.
Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas.
Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña.
Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor.
El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.

Salmo 34(33),2-3.6-7.17-18.19.23.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor; que lo oigan los humildes y se alegren.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor: él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos.
Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán castigados.

Evangelio según San Mateo 21,28-32.
"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'.
El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue.
Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue.
¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él. 
Mt 21,28-32
Leer el comentario del Evangelio por 
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad cisterciense
2º sermón para san Juan Bautista, § 2
«Juan ha dado testimonio de la verdad...; era la lámpara que ardía y brillaba» (Jn 5, 35)
     Esta lámpara destinada a iluminar al mundo me da un gozo nuevo, porque es gracias a ella que he reconocido la verdadera Luz que brilla en las tinieblas, pero que las tinieblas no han recibido (Jn 1,5)... Podemos admirarte a ti, Juan, el más grande de todos los santos; pero imitar tu santidad nos es imposible. Puesto que te apresuras a preparar un pueblo perfecto para el Señor con unos publicanos y unos pecadores, es urgente que les hables de una manera más a su alcance que no sea tu vida. Proponles un modelo de perfección que sea, no según tu manera de vivir, sino adaptada a la debilidad de las fuerzas humanas.

     «Producid, dice él, los frutos que pide la conversión» (Mt 3,8). Pero nosotros, hermanos, nos gloriamos de hablar mejor de lo que vivimos. Juan, cuya vida es más sublime de lo que los hombres pueden comprender, pone sus palabras al alcance de su inteligencia: «¡Dad, dice, los frutos que pide la conversión!» Os hablo de manera humana a causa de la debilidad de la carne. Si todavía no podéis practicar el bien plenamente, que por lo menos tengamos un verdadero arrepentimiento de lo que está mal. Si no podéis aún dar frutos de una perfecta justicia, que por lo menos vuestra perfección sea dar los frutos que pide la conversión.  


martes 14 Diciembre 2010

San Juan de la Cruz



A los 21 años fue recibido como religioso en la comunidad de Padres Carmelitas, y obtuvo el permiso de observar los reglamentos con toda la exactitud posible sin buscar excepciones en nada. Al ser ordenado sacerdote en 1567, pidió a Dios como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y sin pecado y que pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase de dolores, penas y enfermedades.

Santa Teresa había fundado la comunidad de las Hermanas Carmelitas Descalzas y deseaba fundar también una comunidad de Padres Carmelitas que se dedicaba a observar los reglamentos con la mayor exactitud posible. Mientras tanto nuestro santo le pedía a Dios que le iluminara un modo de vivir tan fervoroso que lo llevara pronto a la santidad. Y he aquí que al encontrarse los dos santos, descubrió Santa Teresa que este era el indicado para empezar su nueva comunidad y con otros dos frailes fundó su nueva comunidad de Carmelitas descalzos. Los envió a vivir a un convento muy pobre, llamado Duruelo.

Al fundar su nuevo convento en Salamanca, fue nombrado como rector Fray Juan de la Cruz, dedicándose con todas sus fuerzas al apostolado.
Dios le había concedido una cualidad especial: la de saber enseñar el método para llegar a la santidad. Y eso que enseñaba de palabra a personas que dirigía, lo fue escribiendo y resultaron unos libros tan importantes que le han conseguido que el Sumo Pontífice lo haya declarado Doctor de la Iglesia. Algunos de sus libros más famosos son: "La subida del Monte Carmelo", y "La noche oscura del alma".

Como poeta ha sido admirado por siglos a causa de la musicalidad de sus poesías y de la belleza de sus versos. Es muy popular su "Cántico Espiritual".
Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo murió el 14 de diciembre del año 1591. Apenas tenía 49 años.




Oremos

Oh Dios, que inspiraste a San Juan un amor extraordinario a la cruz y a la renuncia de sí mismo, concédenos seguir intensamente su ejemplo, para alcanzar la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

« John testified to the truth...; he was a burning and shining lamp» (Jn 5,33.35)

DAILY GOSPEL: 14/12/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Tuesday of the Third week of Advent


Book of Zephaniah 3:1-2.9-13.
Woe to the city, rebellious and polluted, to the tyrannical city!
She hears no voice, accepts no correction; In the LORD she has not trusted, to her God she has not drawn near.
For then I will change and purify the lips of the peoples, That they all may call upon the name of the LORD, to serve him with one accord;
From beyond the rivers of Ethiopia and as far as the recesses of the North, they shall bring me offerings.
On that day You need not be ashamed of all your deeds, your rebellious actions against me; For then will I remove from your midst the proud braggarts, And you shall no longer exalt yourself on my holy mountain.
But I will leave as a remnant in your midst a people humble and lowly, Who shall take refuge in the name of the LORD;
the remnant of Israel. They shall do no wrong and speak no lies; Nor shall there be found in their mouths a deceitful tongue; They shall pasture and couch their flocks with none to disturb them.

Psalms 34(33):2-3.6-7.17-18.19.23.
I will bless the LORD at all times; praise shall be always in my mouth.
My soul will glory in the LORD that the poor may hear and be glad.
Look to God that you may be radiant with joy and your faces may not blush for shame.
In my misfortune I called, the LORD heard and saved me from all distress.
The LORD'S face is against evildoers to wipe out their memory from the earth.
When the just cry out, the LORD hears and rescues them from all distress.
The LORD is close to the brokenhearted, saves those whose spirit is crushed.
The LORD redeems loyal servants; no one is condemned whose refuge is God.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Matthew 21:28-32.
What is your opinion? A man had two sons. He came to the first and said, 'Son, go out and work in the vineyard today.'
He said in reply, 'I will not,' but afterwards he changed his mind and went.
The man came to the other son and gave the same order. He said in reply, 'Yes, sir,' but did not go.
Which of the two did his father's will?" They answered, "The first." Jesus said to them, "Amen, I say to you, tax collectors and prostitutes are entering the kingdom of God before you.
When John came to you in the way of righteousness, you did not believe him; but tax collectors and prostitutes did. Yet even when you saw that, you did not later change your minds and believe him.
 Mt 21,28-32
Commentary of the day 
Blessed Guerric of Igny (c.1080-1157), Cistercian abbot
Sermon 1 pour Saint John Baptist, §4-5 (©Cistercian Father series)
« John testified to the truth...; he was a burning and shining lamp» (Jn 5,33.35)
To me certainly the birth of the world's Lamp brings fresh joy, for it enabled me to recognize the true Light shining in the darkness but not mastered by the darkness... We can wonder at your holiness, O John, most holy among the saints, but we cannot imitate it. It is altogether necessary that, as you hasten to prepare for the Lord a perfect people out of publicans and sinners, you should speak to them more accommodatingly than you live and define the measure of perfection not in accordance with your own rule of life but in accordance with the possibilities of the common run of men.

"Bring forth worthy fruits of repentance, "he says. Our boast, brethren, is that we speak more perfectly than we live; whereas John, though living on a higher level than men can even understand, speaks to them in accordance with what they can take in. "Bring forth worthy fruits of repentance," he says. "l speak to you humanely because of the weakness of your nature. If there is no room in you as yet for the plenitude of all good things, at least be truly sorry for all your evils. If you are unable as yet to bring forth the fruits of perfect justice, let this be your perfection for the moment, to bring forth worthy fruits of repentance.»


Tuesday, 14 December 2010

St. John of the Cross, Doctor of the Church (1542-1591)



SAINT JOHN OF THE CROSS
Doctor of the Church
(1542-1591)
        The father of St. John was discarded by his kindred for marrying a poor orphan, and the Saint, thus born and nurtured in poverty, chose it also for his portion. Unable to learn a trade, he became the servant of the poor in the hospital of Medina, while still pursuing his sacred studies.
        In 1563, being then twenty-one, he humbly offered himself as a lay-brother to the Carmelite friars, who, however, knowing his talents, had him ordained priest. He would now have exchanged to the severe Carthusian Order, had not St. Teresa, with the instinct of a Saint, persuaded him to remain and help her in the reform of his own Order. Thus he became the first prior of the Barefooted Carmelites.
        His reform, though approved by the general, was rejected by the elder friars, who condemned the Saint as a fugitive and apostate, and cast him into prison, whence he only escaped, after nine months' suffering, at the risk of his life.
        Twice again, before his death, he was shamefully persecuted by his brethren, and publicly disgraced. But his complete abandonment by creatures only deepened his interior peace and devout longing for heaven.