EVANGELIO DEL DÍA

miércoles, 27 de octubre de 2010

La unidad de los Doce, unidad de la Iglesia

EVANGELIO DEL DÍA:28/10/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


San Simón y San Judas, apóstoles - Fiesta


Carta de San Pablo a los Efesios 2,19-22.
Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo.
En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor.
En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.

Salmo 19(18),2-3.4-5.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. Allí puso una carpa para el sol,

Evangelio según San Lucas 6,12-19.
En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles:
Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote,
Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,
para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados;
y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. 
Lc 6,12-19
Leer el comentario del Evangelio por 
Papa Benedicto XVI
Audiencia general del 11/10/2006
La unidad de los Doce, unidad de la Iglesia
     A los apóstoles Simón, el Cananeo, y Judas (Tadeo) –que no debemos confundir con Judas Iscariote- los consideramos juntos no tan sólo porque en la lista de los Doce se citan siempre uno detrás del otro (cf Mt 10,4; Mc 3,18; Lc 6,15; Hch 1,13) sino también porque los detalles que nos han llegado de ellos son muy pocos, a parte del hecho que en el Nuevo Testamento se conserva una carta atribuida a Judas.

     Simón recibe un epíteto variable según las cuatro listas; así, mientras Mateo y Marco lo llaman «el cananeo», Lucas lo llama «celotes». En realidad los dos calificativos son equivalentes porque tienen el mismo significado. En efecto, en hebreo el verbo «kana» quiere decir «ser celoso, apasionado»... Es, pues, muy posible que ese Simón, si no pertenecía propiamente al movimiento nacionalista de los celotes, por lo menos se haya caracterizado por un ardiente celo por la identidad judía, así pues, también por Dios, por su pueblo y por la ley divina. Si esto es así, Simón queda situado en las antípodas de Mateo, el cual, por el contrario y en tanto que publicano, ejercía una actividad considerada como del todo impura. Ello es un signo evidente de que Jesús llama como discípuos y colaboradores suyos a personas de las clases sociales y religiosas más diversas si ninguna clase de prejuicios. ¡Lo que le interesa son las personas y no las categorías sociales o las etiquetas!  

     Y lo bueno es que, en el grupo de sus discípulos, a pesar de ser tan diferentes, todos coexistían y superaban todas las dificultades imaginables; en efecto, era él mismo Jesús la razón de su cohesión y quien hacia que todos se encontraran unidos. Esto contituye una clara lección para nosotros, a menudo inclinados a subrayar las diferencias, y posiblemente las oposiciones, olvidando que, en Cristo Jesús, se nos da la fuerza para resolver nuestros conflictos. En nuestro interior no olvidemos que el grupo de los Doce es la prefiguración de la Iglesia en la que deben encontrar su lugar, todos los carismas, todos los pùeblos y razas y todas las cualidades humanas, su identidad y su unidad en la comunión con Jesús


jueves 28 Octubre 2010

San Simón



Santos Simón y Judas 
San Simón y San Judas aparecen siempre juntos en las relaciones de los Doce. Al Apóstol Simón se le denomina el Cananeo (Mc. 3, 18) o Celotes (Lc. 6, 15), probablemente porque había pertenecido al partido extremista de los Celotes, que preconizaba la resistencia activa ante la dominación romana y llevaba a cabo de tiempo en tiempo ciertas operaciones de guerrilla.   Semejante pormenor revela la diversidad de opciones temporales a que habían podido estar adheridos los Apóstoles antes de ser elegidos por Jesús. Ahora bien, el Señor llama así y agrupa dentro de un mismo conjunto a unos hombres tan distintos como el publicano Mateo el nacionalista Simón: su reino no es de este mundo.    Pedirá a todos sin discriminación que sean sus testigos delante de los nombres. En cuanto a judas, a quien Lucas llama «judas, hijo de Santiago» (Lc. 6, 18), y, tanto Marcos como Mateo, le añaden el sobrenombre de Tadeo (Mc 18), es aquel que, en la última cena declaró a Jesús:  «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?», cosa que le valió el recibir la gran promesa de la inhabitación divina en el alma de los fieles «El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él».   Porque este Judas de tan ingrata homonimia es el patrón de las causas desesperadas. Durante la antigüedad y casi toda la Edad Media fue un santo ignorado, quizá porque repelía su nombre funesto, pero en el siglo XIV santa Brígida de Suecia contó en sus revelaciones que el Salvador le había instado a dirigirse con confianza a san Judas, y desde entonces pasó a tener una grande y dramática veneración.   Muy poco se sabe de él por la Escritura; que fue uno de los Doce, tal vez hermano de Santiago el Menor, citado en la lista apostólica en penúltimo lugar, inmediatamente antes del traidor. Se supone que tras la muerte de Jesús predicó el cristianismo en Siria y Mesopotamia, y quizá murió en Persia con san Simón, martirizado a golpes de maza.   Siglos atrás sus reliquias se veneraban en Reims y Toulouse, y su culto llegó a ser muy popular en Polonia, donde abundaban los Tadeos, pero san Judas, es sobre todo la última tabla de salvación para los que ya no esperan nada, más allá de la esperanza aún está él   ...............................................................................................................................   Epístola de San Judas  San Judas Tadeo, hermano de Santiago el Menor, compuso la carta entre los años 62 y 67, con el fin de fortalecer en la fe a los judío-cristianos y prevenirlos, como San Pedro ( II Pedr. 2 );San Juan (I Juan 2, 18 ss; II Juan 7) San Pablo ( I Tim. 3, 1 s., etc ) y también Santiago ( Sant. 3, 1 ), contra las doctrinas de los falsos doctores. En muchos pasajes tiene marcada semejanza con II Pedr. 2.   Tanto en los Evangelios como en otros escritos pasa enteramente si ser notado, sólo conocido por las listas de los Apóstoles. Sin embargo, hemos de creer que respondió à los designios del Señor al elegirle para el Colegio Apostólico.




Oremos 
Dios nuestro, que quisiste que te conociéramos por la predicación de los apóstoles, concédenos, por la intercesión de los Santos Simón y Judas, que tu Iglesia siga creciendo en el mundo, acogiendo continuamente en su seno a nuevos pueblos que vengan a la fe en ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Unity of the Twelve, unity of the Church

DAILY GOSPEL: 28/10/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Saint Simon and Saint Jude, apostles - Feast


Letter to the Ephesians 2:19-22.
So then you are no longer strangers and sojourners, but you are fellow citizens with the holy ones and members of the household of God,
built upon the foundation of the apostles and prophets, with Christ Jesus himself as the capstone.
Through him the whole structure is held together and grows into a temple sacred in the Lord;
in him you also are being built together into a dwelling place of God in the Spirit.

Psalms 19(18):2-3.4-5.
The heavens declare the glory of God; the sky proclaims its builder's craft.
One day to the next conveys that message; one night to the next imparts that knowledge.
There is no word or sound; no voice is heard;
Yet their report goes forth through all the earth, their message, to the ends of the world. God has pitched there a tent for the sun;

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 6:12-19.
Jesus departed to the mountain to pray, and he spent the night in prayer to God.
When day came, he called his disciples to himself, and from them he chose Twelve, whom he also named apostles:
Simon, whom he named Peter, and his brother Andrew, James, John, Philip, Bartholomew,
Matthew, Thomas, James the son of Alphaeus, Simon who was called a Zealot,
and Judas the son of James, and Judas Iscariot, who became a traitor.
And he came down with them and stood on a stretch of level ground. A great crowd of his disciples and a large number of the people from all Judea and Jerusalem and the coastal region of Tyre and Sidon
came to hear him and to be healed of their diseases; and even those who were tormented by unclean spirits were cured.
Everyone in the crowd sought to touch him because power came forth from him and healed them all. 
 Lc 6,12-19
Commentary of the day 
Pope Benedict XVI
General audience 11/10/2006 (coyright Libreria vaticana editrice)
Unity of the Twelve, unity of the Church
Today, let us examine two of the Twelve Apostles: Simon the Cananaean and Jude Thaddaeus (not to be confused with Judas Iscariot). Let us look at them together, not only because they are always placed next to each other in the lists of the Twelve (cf. Mt 10: 3, 4; Mk 3: 18; Lk 6: 15; Acts 1: 13), but also because there is very little information about them, apart from the fact that the New Testament Canon preserves one Letter attributed to Jude Thaddaeus.


Simon is given a nickname that varies in the four lists: while Matthew and Mark describe him as a "Cananaean", Luke instead describes him as a "Zealot". In fact, the two descriptions are equivalent because they mean the same thing: indeed, in Hebrew the verb qanà' means "to be jealous, ardent"... Thus, it is highly likely that even if this Simon was not exactly a member of the nationalist movement of Zealots, he was at least marked by passionate attachment to his Jewish identity, hence, for God, his People and divine Law. If this was the case, Simon was worlds apart from Matthew, who, on the contrary, had an activity behind him as a tax collector that was frowned upon as entirely impure. This shows that Jesus called his disciples and collaborators, without exception, from the most varied social and religious backgrounds. It was people who interested him, not social classes or labels!

And the best thing is that in the group of his followers, despite their differences, they all lived side by side, overcoming imaginable difficulties: indeed, what bound them together was Jesus himself, in whom they all found themselves united with one another. This clearly constitutes a lesson for us who are often inclined to accentuate differences and even contrasts, forgetting that in Jesus Christ we are given the strength to get the better of our continual conflicts. Let us also bear in mind that the group of the Twelve is the prefiguration of the Church, where there must be room for all charisms, peoples and races, all human qualities that find their composition and unity in communion with Jesus. 


Thursday, 28 October 2010

Sts. Simon and Jude, apostles - Feast



SAINTS SIMON AND JUDE
Apostles
(Feast)

         The name of Saint Simon usually appears eleventh in the list of the apostles. Nothing is known of him except that he was born at Cana and is surnamed "The Zealot".
         Saint Jude, also called Thaddeus, was the apostle who asked the Lord at the Last Supper why he has manifested himself only to his disciples and not to the whole world (John 12:22).