EVANGELIO DEL DÍA

lunes, 5 de julio de 2010

“Ask the master of the harvest to send out laborers"

DAILY GOSPEL: 06/07/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68



Tuesday of the Fourteenth week in Ordinary Time


Book of Hosea 8:4-7.11-13.
They made kings, but not by my authority; they established princes, but without my approval. With their silver and gold they made idols for themselves, to their own destruction.
Cast away your calf, O Samaria! my wrath is kindled against them; How long will they be unable to attain innocence in Israel?
The work of an artisan no god at all, Destined for the flames-- such is the calf of Samaria!
When they sow the wind, they shall reap the whirlwind; The stalk of grain that forms no ear can yield no flour; Even if it could, strangers would swallow it.
When Ephraim made many altars to expiate sin, his altars became occasions of sin.
Though I write for him my many ordinances, they are considered as a stranger's.
Though they offer sacrifice, immolate flesh and eat it, the LORD is not pleased with them. He shall still remember their guilt and punish their sins; they shall return to Egypt.

Psalms 115(113B):3-4.5-6.7-8.9-10.
Our God is in heaven; whatever God wills is done.
Their idols are silver and gold, the work of human hands.
They have mouths but do not speak, eyes but do not see.
They have ears but do not hear, noses but do not smell.
They have hands but do not feel, feet but do not walk, and no sound rises from their throats.
Their makers shall be like them, all who trust in them.
The house of Israel trusts in the LORD, who is their help and shield.
The house of Aaron trusts in the LORD, who is their help and shield.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Matthew 9:32-38.
As they were going out, a demoniac who could not speak was brought to him,
and when the demon was driven out the mute person spoke. The crowds were amazed and said, "Nothing like this has ever been seen in Israel."
But the Pharisees said, "He drives out demons by the prince of demons."
Jesus went around to all the towns and villages, teaching in their synagogues, proclaiming the gospel of the kingdom, and curing every disease and illness.
At the sight of the crowds, his heart was moved with pity for them because they were troubled and abandoned, like sheep without a shepherd.
Then he said to his disciples, "The harvest is abundant but the laborers are few;
so ask the master of the harvest to send out laborers for his harvest."
 Mt 9,32-38
Commentary of the day 
John-Paul II, Pope from 1978 to 2005
Message for the XXXVIII World Day of Prayer for Vocations, 6th May 2001 - Copyright © Libreria Editrice Vaticana
“Ask the master of the harvest to send out laborers"
Holy Father, eternal source of existence and love,
who, in living man, show the splendour of your glory,
and who put in his heart the seed of your call,
let no-one, by reason of our negligence, ignore or lose this gift,
but may everyone walk, with wholehearted generosity,
towards the realisation of your Love.

Lord Jesus, who in your pilgrimage along the roads of Palestine,
chose and called the apostles and entrusted to them their task
of preaching the Gospel, feeding the faithful and celebrating divine worship,
ensure that today, too, your Church may not lack
numerous holy priests, who can bring to all
the fruits of your death and resurrection.

Holy Spirit, who sanctify the Church
with the constant pouring out of your gifts,
place into the hearts of those called to the consecrated life
a deep-rooted and resolute passion for the Kingdom,
so that with a generous and unconditioned "yes",
they may place their entire existences at the service of the Gospel.

Most holy Virgin, who without hesitation
offered yourself to the Almighty
for the carrying out of his plan of salvation,
pour trust into the hearts of young people
so that there may always be zealous pastors
who are able to guide the Christian people on the way of life,
and consecrated souls who may know how to witness,
in chastity, poverty, and obedience,
to the freeing presence of your risen Son.
Amen.


Tuesday, 06 July 2010

St. Maria Goretti, Virgin and Martyr (1890-1902)



SAINT MARIA GORETTI
Virgin and Martyr
(1890-1902)
        Born in 1890 at Ancone in Italy, of a poor Italian family. She was satabbed to death by a youth who was attempting to rape her.
        Befor she died, in hospital, she declared: "I forgive him for the love of Jesus, and I pray that he may come with me to Paradise."
        She was canonised in 1950.



«Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»

EVANGELIO DEL DÍA: 06/07/2010

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



Martes de la XIV Semana del Tiempo Ordinario


Libro de Oseas 8,4-7.11-13.
Entronizaron reyes pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi aprobación. Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio.
Yo rechazo tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo no podrán recobrar la inocencia?
Porque ese ternero proviene de Israel: lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el ternero de Samaría quedará hecho pedazos.
Porque siembran vientos, recogerán tempestades. Tallo sin espiga no produce harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros.
Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido sólo para pecar.
Por más que escriba para él mil prescripciones de mi Ley se las tendría por una cosa extraña.
En cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, él se acordará de sus culpas y pedirá cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto.

Salmo 115(113B),3-4.5-6.7-8.9-10.
Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra, él hace todo lo que quiere.
Los ídolos, en cambio, son plata y oro, obra de las manos de los hombres.
Tienen boca, pero no hablan, tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen, tienen nariz, pero no huelen.
Tienen manos, pero no palpan, tienen pies, pero no caminan; ni un solo sonido sale de su garganta.
Como ellos serán los que los fabrican, los que ponen en ellos su confianza.
Pueblo de Israel, confía en el Señor: él es tu ayuda y tu escudo;
familia de Aarón, confía en el Señor: él es su ayuda y su escudo;

Evangelio según San Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." 
Mt 9,32-38
Leer el comentario del Evangelio por 
Juan Pablo II
Mensaje para la 38 Jornada de oración por las vocaciones, 6 de mayo 2001
«Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»
     Padre santo, fuente inagotable de la existencia y del amor,
que en el hombre viviente das a conocer el esplendor de tu gloria,
y que pones en su corazón la semilla de tu llamada,
haz que nadie, por nuestra negligencia, ignore o pierda este don,
sino que todos puedan caminar con generosidad
hacia la realización de tu Amor.

     Señor Jesús, que a lo largo de tu peregrinaje
por los caminos de Palestina,has escogido y llamado a los apóstoles
y les has confiado el encargo de predicar el Evangelio,                
de apacentar a los fieles, de celebrar el culto divino,
haz que, tampoco hoy, falten en tu Iglesia
sacerdotes santos que lleven a todos
los frutos de tu muerte y de tu resurrección.

     Espíritu Santo, tú que santificas a la Iglesia
con la constante efusión de tus dones,
mete en el corazón de los llamado(a)s a la vida consagrada
una íntima y fuerte pasión por el Reino,
a fin de que con un «sí» generoso e incondicional
pongan su existencia al servicio del Evangelio.

     Virgen Santísima, tú que sin dudar
tú misma te has ofrecido al Todopoderoso
para la realización de su designio de salvación,
suscita en el corazón de los jóvenes la confianza
a fin de que haya siempre pastores celosos
que guíen al pueblo cristiano por el camino de la vida,
y almas consagradas capaces de dar testimonio,
a través de la castidad, la pobreza y la obediencia,
de la presencia liberadora de tu Hijo resucitado.
Amén



martes 06 Julio 2010

San Isaías (Profeta)



No todos los Profetas nos dejaron sus visiones en forma de escritos. De Elías y Eliseo, por ejemplo, sólo sabemos lo que nos narran los libros históricos del Antiguo Testamento, principalmente los libros de Samuel y de los Reyes.
Entre los vates cuyos escritos poseemos es, sin duda, el mayor Isaías, hijo de Amós, de la tierra de Judá, quien fue llamado al duro cargo de profeta en el año 738 a.C., y cuya muerte ocurrió probablemente bajo el rey Manasés (693-639). Según una antigua tradición judía, murió aserrado por la mitad, a manos de verdugos de este impío rey. En 442 d. C. su restos fueron transportados a Contantinopla. La Iglesia celebre su memoria el 6 de julio.
Isaías es el primero de los Profetas del Antiguo Testamento, desde luego por lo acabado de su lenguaje que representa el siglo de oro de la literatura hebrea, mas sobre todo por la importancia de los vaticinios que se refieren al pueblo de Israel, a los pueblos paganos y a los tiempos mesiánicos y escatológicos. Ningún oto profeta vio con tanta claridad al futuro Redentor, y nadie, como él, recibió tantas ilustraciones acerca de la salud mesiánica, de manera que San Jerónimo no vacila en llamarlo "el Evangelista entre los Profetas".
Distínguense en el Libro de Isaías un Prólogo (cap. 1) y dos partes principales. La primera (cap. 2 a 35) es una colección de profecías, exhortaciones y amonestaciones, que tienen como punto de partida el peligro asirio, y contiene vaticinios sobre Judá e Israel (2, 1 a 12, 6), oráculos contra las naciones paganas (13, 1 a 23, 18); profecías escatológicas (24, 1 a 27, 13); amenazas contra la falsa seguridad (28, 1 a 33, 24), y la promesa de salvación de Israel (34, 1 a 35, 10). Entre los profetas descuellan las consignadas en los capítulos 7 a 12. Fueron pronunciadas en tiempo de Acaz y tienen por tema la encarnación del Hijo de Dios, por lo cual son también llamadas El Libro de Emmanuel.
Entre la primera y segunda parte media un trozo de cuatro capítulos (36 - 39), que forma algo así como un bosquejo histórico.
El capítulo 40 da comienzo a la parte segunda del libro (cap. 40 a 66), que trae veintisiete discursos, cuyo fin inmediato es consolar con las promesas divinas a los que iban a ser desterrados a Babilonia, como expresa El Eclesiástico (48, 27 s.).
Fuera de eso, su objeto principal es anunciar el misterio de la Redención y de la salud mesiánica, a la cual precede la pasión del siervo de Dios, que se describe proféticamente con la más sorprendente claridad.
No es de extrañar que la crítica racionalista haya atacado la auntenticidad de esta segunda parte, atribuyéndola a otro autor posterior al cautiverio babilónico. Contra tal teoría, que se apoya casi exclusivamente en criterios internos y linguísticos, se levanta no sólo la tradición judía, cuyo primer testigo es Jesús, hijo de Sirac, (Ecli. 48, 25 ss.), sino también toda la tradición cristiana.
Para la interpretación del profeta Isaías y de todos los profetas hay que tener presente el decreto de la Pontificia Comisión Bíblica, del 29 de junio de  1908, que establece los siguientes principios:
1. No es lícito considerar las profecías como productos de la historiografía post eventum, es decir, compuestos después de los acontecimientos que se pretende vaticinar.
2. La opinión de que Isaías y los demás Profetas sólo anunciaron cosas fáciles de conjeturar, no se compagina con las profecías, especialmente con las mesiánicas y escatológicas; ni con la opinión general de los Santos Padres.
3. No se puede admitir que los Profetas debieran hablar siempre en forma inteligible, y que por esto la segunda parte del libro, en la cual el profeta consuela a las futuras generaciones, como si viviese en medio de ellas, no pueda tener por autor a Isaías.
4. La prueba filológica, sacada del lenguaje y estilo, para combatir la identidad del autor del libro de Isaías, no es de tal índole que obligue a reconocer la pluralidad de autores.
El creyente que lea este divino libro con espíritu de oración, no tardará en descubrir que las profecías no son simples anuncios, sino que contienen ricas enseñanzas de vida espiritual, preciosas para anunciar nuestra fe y esperanzas. 





Himno

¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas! ¡Profetas de Dios, grito del Verbo! Benditos vuestros pies, porque han llegado para anunciar la paz al mundo entero.

De pié en la encrucijada de la vida, del hombre peregrino y de los pueblos, llevais agua de Dios a los cansados, hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

De puerta en puerta va vuestro mensaje, que es verdad y es amor y es Evangelio. No temáis, pecadores, que sus manos son caricias de paz y consuelo.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra nos llega por tu amor, pan verdadero; gracias, Señor, que el pan de vida nueva nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén

Cristo ha constituído a unos, apóstoles; a otros profetas, a otros, evangelistas; a otros pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. (Ef. 4, 11-13 )