EVANGELIO DEL DÍA

domingo, 21 de septiembre de 2014

LA ENVIDIA

SOBRE EL PECADO DE ENVIDIA

 

"Dice el Apóstol: Nadie puede decir: Señor Jesús, sino en el Espíritu Santo; y: No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno. Por consiguiente, todo el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice y hace en él, incurre en el pecado de blasfemia, porque envidia al mismo Altísimo, que dice y hace todo bien."

(Adm 8, San Francisco de Asís) 

Pero ¿qué es la envidia? Tristeza del bien ajeno o del cariño que otros disfrutan. Aparece en la lista de los Pecados Capitales y San Pablo la enumera en una de sus listas de pecados (Gal. 5,21). La envidia, fue causa del primer homicidio, sobre la tierra (Gen.4,8), sabiendo San Francisco como la envidia corroe al espíritu y lo llena de tristeza, pues también le dedica su advertencia o aviso para alterar a los hermanos.

Como he venido diciendo, solo el santo, conoce el porqué de la cita bíblica con que inicia su "advertencia" Yo supongo, que quiere llevarnos al autor de toda bondad y santidad de ahí "Nadie puede decir Jesús es el Señor sino el Espíritu Santo" (1ra. Cor.12,5)

La otra cita nos habla del mal que ha invadido al mundo: "No hay quien haga el bien  ni uno solo"(Rom.3,12). Ya que San Francisco, no da la pauta, hemos de movernos teniendo a la vista estos dos conceptos. Como vemos, su catequesis a cerca de la envidia es clara, concreta y sencilla, por lo tanto el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice o hace, incurre en el pecado de blasfemia; porque envidia al Altísimo que es quien hace y dice todo el bien .

Y nos exhorta a que vayamos a San Mateo y nos impregnemos de las enseñanzas en la parábola de los trabajadores invitados a distinta hora a trabajar a la viña. "Si yo quiero darle -concluye- a éste que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, es porque tengo derecho de hacer lo que yo quiera con mi dinero o ¿es que te da envidia que yo sea bondadoso?" (Mat.20,13-16).  Podríamos cerrar aquí nuestro comentario, estando tan manifiesta la enseñanza; pero abundemos un poco más trayendo a colación lo que nos dicen los escritores de hoy en día en el libro de los Salmos encontramos este consejo: "No te acalores por los malvados, no envidies a los que hacen el mal, pues pronto se secan como el heno, como hierba seca que se marchita" (Sal. 31,1).

En una revista leemos:"La envidia, es propia de los que no aman de verdad y se sitúan siempre en perspectiva de poder, ya porque mandan o desean imponerse. Se vive aún desde posturas excluyentes. No se concibe el amor desde el servicio desde la inclusión, desde la comunión. Tampoco se aman así mismos ni se sienten agradecidos por lo que tienen(esto en todos los niveles).

La sabiduría refleja el "sin vivir el envidioso, que vive muriendo de envidia. La envidia puede vencerse si nos ponemos a favor del bien y actuamos desde él. Puede vencerse viviendo el amor y dándose a los demás". Y una de las razones que encuentra de ese defecto es que "no somos seres completos. Nuestra personalidad tiene huecos y vacíos. La envidia es un síntoma de nuestras carencias.


stagduran
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