Jn 14,23-29.

Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.
Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.

COMENTARIO

por Mons. Rafael Escudero Lopez-Brea
Obispo prelado de Moyobamba

En el Cenáculo, en el ambiente de la última cena, Jesús abre su corazón a los Apóstoles y les expresa sus sentimientos íntimos, les declara su amor, les comparte sus confidencias y les revela sus promesas: el Espíritu y la paz.

"El que me ama guardará mi palabra." Jesús quiere que se le ame y nos indica cual es el signo del verdadero amor: la unión de voluntades, de sentimientos, de deseos, de proyectos… en definitiva de vida. El amor hace de dos vidas una sola. Leer más de este artículo