Esta Familia Religiosa, nació en el año 1860, en Ciudadela (Menorca, Islas Baleares de España). En el año 1862, el Fundador estableció en Vallcarca (Barcelona) la primera comunidad de la Península, declarándola "Casa Madre" de la futura Congregación

La Congregación ha sido fundada por el Padre Francisco Palau y Quer, carmelita descalzo, quien el 25 de julio de 1835 fue expulsado violentamente del convento de Barcelona, junto con todos los demás religiosos, por los revolucionarios. El no pudo volver a la vida claustral porque estaba suprimida por el Gobierno, pero continuó manteniéndose fiel a su vocación religiosa carmelitana. Fue voluntad expresa suya el injertar su Familia en el tronco secular del Carmelo Teresiano.

La inquietud por revivir su vocación religiosa llevó a Francisco Palau, a realizar algunas iniciativas ocasionales, primeramente en Francia y después el Lérida y Aytona, que precedieron a la primera fundación. No tuvieron continuidad por la situación política de España. También la primera comunidad de Ciudadela dio los primeros pasos, en estilo contemplativo, por motivos de las circunstancias de su tiempo.

El Fundador orientó rápidamente todas las otras casas a la actividad apostólica porque así lo requería la situación concreta de la Iglesia. La nueva congregación debía reunir armónicamente la vida contemplativa del Carmelo Teresiano y la vida apostólica.

Las distintas comunidades se han ido estableciendo por el impulso y dinamismo misionero de la Congregación, y las peticiones y ofrecimientos de Obispos, Padres Carmelitas Descalzos, diversas Congregaciones Religiosas y otras entidades civiles. En la actualidad son 250 comunidades presentes en 39 naciones. Una de ellas está presente en nuestra Prelatura de Moyobamba, en la Parroquia de Santa Rosa de Bellavista, concretamente en Nuevo Lima.

El 7 de Noviembre, día en que la Iglesia recuerda al Beato Francisco Palau, la comunidad de Bellavista invitó a los sacerdotes de los alrededores para una jornada de compartir que comenzaba con un momento de lectura y reflexión con textos de la carta Porta Fidei del Papa Benedicto XVI y la celebración de la Santa Misa. Tras celebración, las hermanas invitaron a los presentes a un rico almuerzo.

Rezamos a Dios por las carmelitas misioneras, para que fieles al carisma de su fundador sean luz de Dios en medio de nuestro pueblo.