San Juan 6,51-58

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".

Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".

Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".

 

COMENTARIO

por Mons. Rafael Escudero López-Brea
obispo prelado de Moyobamba

Jesús predica en la sinagoga de Cafarnaúm. En una de sus muchas discusiones con los fariseos ha dicho una frase misteriosa:"Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo". El pan del que Jesús habla es más que un pan material, es más que un simple mensaje espiritual, es más que una idea. Es una persona, Jesucristo mismo, que viene de Dios y que se convierte en alimento que da la vida al mundo. Porque Dios nos ama hasta el punto de dejarse comer por nosotros. Jesús precisa que no está hablando en forma metafórica, que Él es verdaderamente pan y que el que quiera salvarse tendrá que comer su carne. Leer más de este artículo