EVANGELIO DEL DÍA

viernes, 22 de junio de 2012

Fwd: [Unosmomentos] Lecturas del 22-6-12 (Viernes de la Semana 11)



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De: "Unos momentos" <unosmomentos@fibertel.com.ar>
Fecha: 22 de junio de 2012 05:26:05 GMT+02:00
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Asunto: [Unosmomentos] Lecturas del 22-6-12 (Viernes de la Semana 11)
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Unos Momentos con Jesús y María
 

Lecturas del 22-6-12 (Viernes de la Semana 11)

 
SANTORAL:
  San Paulino de Nola
 
Lectura del segundo libro de los Reyes 11, 1-4. 9-18. 20
 
Atalía, la madre de Ocozías, al ver que había muerto su hijo, empezó a exterminar a todo el linaje real. Pero Josebá, hija del rey Jorám y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, lo sacó secretamente de en medio de los hijos del rey que iban a ser masacrados, y lo puso con su nodriza en la sala que servía de dormitorio. Así lo ocultó a los ojos de Atalía y no lo mataron. El estuvo con ella en la Casa del Señor, oculto durante seis años, mientras Atalía reinaba sobre el país.
El séptimo año, Iehoiadá mandó buscar a los centuriones de los carios y de la guardia, y los hizo comparecer ante él en la Casa del Señor. Hizo con ellos un pacto, comprometiéndolos bajo juramento, y les mostró al hijo del rey.
Los centuriones ejecutaron exactamente todo lo que les había ordenado el sacerdote Iehoiadá. Cada uno de ellos tomó a sus hombres -los que entraban de servicio y los que eran relevados el día sábado- y se presentaron ante el sacerdote Iehoiadá. El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del rey David que estaban en la Casa del Señor. Los guardias se apostaron, cada uno con sus armas en la mano, desde el lado sur hasta el lado norte de la Casa, delante del altar y delante de la Casa, para formar un círculo alrededor del rey. Entonces Iehoiadá hizo salir al hijo del rey y le impuso la diadema y el Testimonio. Se lo constituyó rey, se lo ungió, y todos aplaudieron, aclamando: «¡Viva el rey!»
Atalía oyó el griterío de la gente que corría, y se dirigió hacia la Casa del Señor, donde estaba el pueblo. Y al ver al rey de pie sobre el estrado, como era costumbre, a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo del país que estaba de fiesta y tocaba las trompetas, rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Traición!»
Entonces el sacerdote Iehoiadá impartió órdenes a los centuriones encargados de la tropa, diciéndoles: «¡Háganla salir de entre las filas! Si alguien la sigue, que sea pasado al filo de la espada.» Porque el sacerdote había dicho: «Que no lo maten en la Casa del Señor.» La llevaron a empujones, y por el camino de la entrada de los Caballos llegó a la casa del rey; allí la mataron.
Iehoiadá selló la alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, comprometiéndose este a ser el pueblo del Señor; y también selló una alianza entre el rey y el pueblo. Luego, todo el pueblo del país se dirigió al templo de Baal, lo derribó y destrozó por completo sus altares y sus imágenes. Y a Matán, el sacerdote de Baal, lo mataron delante de los altares.
El sacerdote estableció puestos de guardia en la Casa del Señor.
Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. A Atalía la habían pasado al filo de la espada en la casa del rey.
 
Palabra de Dios.
 

SALMO Sal 131, 11. 12. 13-14. 17-18 (R.: 13)
 
R. El Señor eligió a Sión para que fuera su morada.
 
 El Señor hizo un juramento a David,
 una firme promesa, de la que no se retractará:
 «Yo pondré sobre tu trono
 a uno de tus descendientes.  R.
 
 Si tus descendientes observan mi alianza
 y los preceptos que yo les enseñaré,
 también se sentarán sus hijos
 en tu trono para siempre.»  R.
 
 Porque el Señor eligió a Sión,
 y la deseó para que fuera su Morada.
 «Este es mi Reposo para siempre;
 aquí habitaré, porque lo he deseado.  R.
 
 Allí haré germinar el poder de David:
 yo preparé una lámpara para mi Ungido.
 Cubriré de vergüenza a sus enemigos,
 y su insignia real florecerá sobre él.»  R.
 
 
X Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23
 
Jesús dijo a sus discípulos:
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los
consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo
estará iluminado. Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
 
Palabra del Señor.

 
 
Reflexión    
 
La prédica del Evangelio de hoy es también una constante en el pensamiento de Jesús...., como el perdón.
Sin cesar y de diversos modos, el Señor insiste en esta idea: "no se apeguen a las riquezas". No acumulen tesoros en la tierra, acumulen tesoros en el cielo.
 
Un tesoro es algo precioso, siempre codiciado. No consiste sólo en objetos materiales sino en todas esas cosas que son valiosas para nosotros.
 
Por eso hoy deberíamos preguntarnos: "qué es lo más valioso para mí? ¿qué busco con mayor afán?.
 
Jesús nos invita a no contentarnos con lo efímero. Nuestra existencia en la tierra es una existencia amenazada, frágil.
Jesús utiliza la imagen inolvidable: la pequeña carcoma roe y con eso estropea un hermoso mueble... y la minúscula polilla agujerea el mejor de los vestidos de lana o seda...
 
Si nuestro objetivo en esta tierra se contenta con ese nivel elemental, estamos despilfarrando. Los bienes de consumo no son los verdaderos bienes del hombre. El verdadero bien del hombre, es el "cielo".
 
El corazón del hombre busca siempre la seguridad y la felicidad. Pero se equivoca cuando supone que esa felicidad está en las cosas de la tierra: en las riquezas..., en los negocios..., en el bienestar..., en el confort..., o incluso en el prestigio..., el trabajo..., la salud.
Este tipo de tesoros son fuente de continuas preocupaciones y disgustos, porque continuamente están en peligro de perderse.
Por mucho que lográramos acumular durante una vida, no vale la pena. Ninguna cosa de la tierra merece que pongamos en ella el corazón en forma absoluta y definitiva.
 
El corazón está hecho para Dios. Y por Él, de modo ordenado, a los demás quehaceres nobles que por nuestro estado tenemos.
 
Jesús nos enseña aquí que el verdadero tesoro son las obras buenas y la conducta recta, que serán premiadas por Dios eternamente. Ese es un tesoro que no se pierde y en el cual debemos poner el corazón.
 
Jesús no quiere que nos despreocupemos de las cosas de la tierra. Pero nos enseña que ninguna cosa creada puede ser considerada el "fin último". Que no podemos depositar todo nuestro interés en ellas, porque su valor y su seguridad son relativos.
 
Tantas veces ponemos desvelos exagerados en cosas que de por sí son buenas, pero que no merecen ocupar el primer lugar. Pensemos en aquellos que viven exclusivamente dedicados a su trabajo, a su negocio, a un deporte, a una dieta.
Pensemos en los sacrificios, tiempo y esfuerzo que se dedican a estos valores. Sin embargo, en ellos, la polilla y el óxido con frecuencia hacen estragos.
 
El Señor no prohibe un prudente cuidado y una moderada preocupación por las cosas materiales; la prudencia en la prevención del futuro, para nosotros y nuestras familias, es una virtud humana y cristiana.
Pero debemos dar el justo valor a nuestras realizaciones y ambiciones, sabiendo que ellas carecen de un valor absoluto, y deben estar ordenadas hacia Dios. No debemos basar nuestra confianza y esperanzas en cuestiones materiales.
Pongamos nuestro tesoro allí donde esperamos que resida nuestro corazón.
   
Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.
 
Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para seguirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
 
Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.
 
Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, del los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.
 
 
Himno de la Liturgia de las Horas

 

SANTORAL: San Paulino de Nola

 
Nació en el año 353, en las cercanías de Burdeos. Hijo de nobles tuvo una educación esmerada distinguiéndose entre sus maestros Ausonio Galo, famoso poeta del Imperio romano.
A los 20 años recibió una gran fortuna y se dedicó a la política ocupando un cargo en el senado. Fue designado cónsul en el 378 y luego gobernador de Campania.
Viajó a España y allí conoció a la que sería su esposa, Teresa. Por esta época conoció a san Martín de Tours, san Ambrosio, san Agustín, san Jerónimo y Sulpicio Severo.
Gracias a la influencia de san Ambrosio, inició su instrucción espiritual y fue bautizado en el año 389.
Junto con su esposa se instaló cerca de barcelona, llevando allí una vida de virtud y sobriedad.
San Paulino persistió en el estudio y la oración y compuso poemas alabando la vida de los santos.
Tuvo un hijo que vivió sólo 8 días, desde ese momento se dedicó junto a su esposa a practicar con mayor empeño la caridad y a entregar su vida a Dios.
En el año 393 fue ordenado sacerdote en Barcelona y junto a dos amigos se trasladó a Nápoles y erigió una ermita y luego dos basílicas. Allí estuvo quince años.
Fue designado obispo de Nola en el 409, cargo en el que estuvo hasta su muerte. Murió en el año 431 en aquella ciudad.

Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Paulino de Nola, Adán, Nicetas, Liberto, obispos; Juan Fisher, cardenal; Tomás Moro, Canciller y mártir; Pompiano, Galación, Heraclio, Saturnino, Albano, Flavio, Clemente, mártires; Inocencio V, papa; Consorcia, virgen; Lamberto, abad; Arón, eremita; Domiciano, monje.

 

Aclaración: Se han utilizado para la preparación de las reflexiones que acompañan las lecturas, textos de distintos autores: Hablar con Dios del P. Fernández-Carvajal, Cinco Minutos con Dios del P. A. Milagros, Meditaciones del Pueblo de Dios del P. E. López Rosas, Buenas Noticias para cada día del P. J.M.Garuza, Encuentros Bíblicos del P. M. Wiechs, Por los Caminos del Señor del Card. C. Martini, Palabra de Dios para cada día del P. N Quesson, Pensar por Libres del P. E. Monasterio, etc.. y los comentarios de la Biblia Latinoamericana y de EUNSA.  También se han incluido Himnos y Salmos de la Liturgia de las Horas y se han utilizado las biografías de Amigos de Dios y de los Hombres, de Esther Pizzariello de Leoz, y 365 Historias de Clovis Bovo, para la preparación del Santoral.

Los realizadores de esta recopilación de textos no pretenden en ningún caso atribuirse la autoría de los mismos, ni persiguen ningún fin de lucro ni otro, que no sea la propagación de la Palabra de Dios y la doctrina católica.
 
Unos Momentos con Jesús y María
 
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