EVANGELIO DEL DÍA

miércoles, 30 de marzo de 2011

« El reino de Dios ha llegado para vosotros »

EVANGELIO DEL DÍA: 31/03/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Jueves de la III Semana de Cuaresma

Libro de Jeremías 7,23-28. 
Esta fue la orden que les di: Escuchen mi voz, así yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo; sigan por el camino que yo les ordeno, a fin de que les vaya bien.
Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso; se volvieron hacia atrás, no hacia adelante.
Desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy, yo les envié a todos mis servidores los profetas, los envié incansablemente, día tras día.
Pero ellos no me escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que se obstinaron y obraron peor que sus padres.
Tú les dirás todas estas palabras y no te escucharán: los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: "Esta es la nación que no ha escuchado la voz del Señor, su Dios, ni ha recibido la lección. La verdad ha desaparecido, ha sido arrancada de su boca".

Salmo 95(94),1-2.6-7.8-9. 
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!
¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:

"No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras.

Evangelio según San Lucas 11,14-23. 
Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada,
pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 


Leer el comentario del Evangelio por 
Pape Benedicto XVI
Encíclica « Spe Salvi » § 30-31
« El reino de Dios ha llegado para vosotros »
      Los tiempos modernos han hecho aumentar la esperanza de la instauración de un mundo perfecto que, gracias a los conocimientos de la ciencia y a una política científicamente fundada, parecía haber llegado a ser realizable. Así la esperanza bíblica del reino de Dios ha sido remplazada por la esperanza del reino del hombre, por la esperanza de un mundo mejor que sería el verdadero «Reino de Dios». He aquí, en fin de cuentas, lo que parecía ser la esperanza, grande y realista, de la que el hombre tenía necesidad; estaba en condiciones de movilizar–- por un cierto tiempo –- todas las energías del hombre... Pero con el curso del tiempo ha llegado a ser claro que esta esperanza se alejaba siempre más. Se han dado cuenta que era quizás una esperanza para los hombres de pasado mañana, pero no una esperanza para mí. Y aunque el «esperar para todos» fuera parte de la gran esperanza humana-– en efecto,  no puedo llegar a ser feliz contra los otros y sin ellos –-permanece cierto que una esperanza que no me concierne personalmente no es verdadera esperanza. Ha resultado evidente que se trataba de una esperanza contra la libertad...

    Tenemos necesidad de esperanzas –- de las más pequeñas o de las mayores – que, día a día, nos mantienen en camino. Pero sin la gran esperanza, que debe sobrepasar el resto, no bastan. Esta gran esperanza no puede ser más que Dios sólo, que abrazo el universo y que puede proponernos y darnos lo que, solos, no podemos alcanzar. Precisamente, el hecho de ser gratificado por un don forma parte de la esperanza. Dios es el fundamento de la esperanza–- no cualquier dios, sino el Dios que posee un rostro humano y que nos ha amado hasta el final (Jn 13,1) — a cada uno individualmente y a la humanidad entera. Su reino no es un más allá imaginario, colocado en un futuro que no se realiza nunca; su reino está presente allí donde es amado y donde su amor nos alcanza

                    

jueves 31 Marzo 2011

San Renato



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San Renovato (Renato), obispo emeritense, confesor († 633)El obispo Renovato cierra la época gloriosa de santidad y esplendor emeritense: fue un varón ecuánime, justo e ingenioso. Maestro acabado por su doctrina y ejemplaridad de vida.   Después de gobernar la Iglesia durante muchos años murió en la paz de Dios.   Su cuerpo, junto con los de sus obispos predecesores (Masona e Inocente), descansan sepultados con los mayores honores en una misma cripta, no lejos del altar de la santa virgen Eulalia.
Ante sus sepulcros se dieron continuos signos de protección; de aquí que su culto se iniciara por asentimiento o aclamación de la iglesia local en la liturgia, al uso de la época.   Su fiesta se celebra el 31 de Marzo.   Es el último biografiado por el autor de las "Vitas" que dice: El santo Renato, hombre adornado de todas las virtudes; godo de origen, nacido de rancia prosapia e insigne por el lustre de su familia. Era esbelto de cuerpo, de distinguidos modales, de singular estatura... era mayor aún por dentro su hermosura, inundado en la posesión del Espíritu Santo.
Antes había sido abad del monasterio de Cauliana. Se distinguió en las artes y en las ciencias eclesiásticas, especialmente en las Sagradas Escrituras. Su agudo ingenio le hizo maestro de no pocos discípulos.    Su cuerpo fue sepultado en Mérida, en la cripta de la Iglesia martirial de Santa Eulalia.




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Oremos

Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Renato venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.





Calendario    de Fiestas Marianas: Nuestra  Señora de la Santa Cruz, Jerusalén.


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