EVANGELIO DEL DÍA

lunes, 28 de febrero de 2011

Dejarlo todo para seguirle

EVANGELIO DEL DÍA: 01/03/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Martes de la VIII Semana del Tiempo Ordinario

Libro de Eclesiástico 35,1-12.
Observar la Ley es como presentar muchas ofrendas y ser fiel a los mandamientos es ofrecer un sacrificio de comunión;
devolver un favor es hacer una oblación de harina y hacer limosna es ofrecer un sacrifico de alabanza.
La manera de agradar al Señor es apartarse del mal, y apartarse de la injusticia es un sacrificio de expiación.
No te presentes ante el Señor con las manos vacías, porque todo esto lo prescriben los mandamientos.
Cuando la ofrenda del justo engrasa el altar, su fragancia llega a la presencia del Altísimo.
El sacrificio del justo es aceptado y su memorial no caerá en el olvido.
Glorifica al Señor con generosidad y no mezquines las primicias de tus manos.
Da siempre con el rostro radiante y consagra el diezmo con alegría.
Da al Altísimo según lo que él te dio, y con generosidad, conforme a tus recursos,
porque el Señor sabe retribuir y te dará siete veces más.
No pretendas sobornarlo con un don, porque no lo aceptaría, y no te apoyes en un sacrificio injusto.
Porque el Señor es juez y no hace distinción de personas:

Salmo 50(49),5-6.7-8.14.23.
"Reúnanme a mis amigos, a los que sellaron mi alianza con un sacrificio".
¡Que el cielo proclame su justicia, porque el Señor es el único Juez!
"Escucha, pueblo mío, yo te hablo; Israel, voy a alegar contra ti: yo soy el Señor, tu Dios.
No te acuso por tus sacrificios: ¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza y cumple tus votos al Altísimo;
El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios".

Evangelio según San Marcos 10,28-31.
Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros". 
Mc 10,28-31
Leer el comentario del Evangelio por 
Tomas de Celano (v. 1190-v. 1260)
Biografía de San Francisco y Santa Clara, §25-28
Dejarlo todo para seguirle
     Pasados 40 años, Clara, según la comparación empleada por san Pablo (1Co 9,24) ha corrido la carrera en el estadio de la suma pobreza. Clara, cercana ya a la meta de su vocación celestial y de la recompensa prometida al vencedor... la divina providencia se apresura en llevar a cabo aquello que le tenía destinado: Cristo se dispone a introducir en su palacio real a la «pobre» por excelencia al final de su peregrinaje. En cuanto a ella, deseaba con todas sus fuerzas...... contemplar, reinando en su gloria, al Cristo que había imitado en la tierra en su pobreza.
     Todas sus hijas estaban reunidas alrededor de la  cama de la madre..... Clara dirigiéndose a sí misma, dice a su alma:<< Ve segura, porque llevas buena escolta para el viaje. Ve, porque aquel que te creó, también te santificó; y, guardándote siempre, como una madre a su hijo, te ha amado con amor tierno. Tú, Señor -prosigue-, seas bendito porque me creaste>> Preguntándole una de las hermanas que a quién hablaba, Clara respondió: «Hablo a mi alma bendita». No estaba ya lejano su glorioso tránsito, pues, dirigiéndose luego a una de sus hijas, le dice: « ¿Ves tú, ¡oh hija!, al Rey de la gloria a quien estoy viendo?»...
     Bendito sea este éxodo del valle de la miseria que para ella fue la entrada en la vida bienaventurada. Ahora, a cambio de sus austerísimos ayunos, se alegra en la mesa de los ciudadanos del cielo; y desde ahora, a cambio de la vileza de las cenizas, es bienaventurada en el reino celeste, condecorada con la estola de la eterna gloria.

                    

martes 01 Marzo 2011

San Rosendo



Obispo y abad   Nació Rosendo el 26 de noviembre del 907. Lo bautizó Sabarico, tío paterno del recién nacido. Ante el acontecimiento, agradecidos los padres, intensifican las buenas obras construyendo y dotando monasterios.
Es nombrado Obispo cuando sólo tiene dieciocho años, en el 925. Sucede a su tío Sabarico en la sede de Mondoñedo. Pide al Señor la paz que buena falta hacía entre su pueblo. Se gana la confianza de los abades del entorno, dirime contiendas entre los nobles, soluciona pleitos, reconcilia penitentes y aconseja en las dudas; también apaga rencores, cura las heridas de la envidia tan presente en todos los tiempos, pacifica matrimonios, sofoca conspiraciones y serena ánimos inquietos.
Abundando en el influjo social, contribuye poderosamente en la abolición de la esclavitud.      Pero en el año 955 le llega una orden un tanto extraña del rey Ordoño III. Ahora comienza a ser, además de obispo, militar y político de su tiempo. Luego, los normandos invadieron, en el 968 y por mar, las costas de su territorio; los expulsa de sus feudos mandándoles a don Gonzalo.
La sede de Santiago queda vacante en ese tiempo y es la infanta Margarita, tutora del rey don Ramiro III, quien le insta para que la acepte. Cuida de nuevo del clero, rehace monasterios, atiende a los fieles, asegura aspectos civiles de los bienes eclesiásticos, asiste al concilio de León acompañado por san Pedro de Mezonzo e impregna de dinamismo apostólico a los a los clérigos y a los monjes. Pudo pasar los tres últimos años de su vida en el monasterio de Celanova, rezando, predicando y dando ejemplo.  Murió el 1 de marzo del 977.




http://www.santamarianai.org/Imagenes/2/san%20rosendo_3.jpg

Oremos

Señor, tú que por la predicación de san Rosendo llamaste a nuestros padres a la luz admirable del Evangelio, te pedimos que, por su intercesión, nosotros crezcamos también en tu gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo. 


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