EVANGELIO DEL DÍA

lunes, 31 de enero de 2011

«Levántate»

EVANGELIO DEL DÍA: 01/02/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Martes de la IV Semana del Tiempo Ordinario

Carta a los Hebreos 12,1-4.
Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos resueltamente al combate que se nos presenta.
Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús, el cual, en lugar del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Piensen en aquel que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento.
Después de todo, en la lucha contra el pecado, ustedes no han resistido todavía hasta derramar su sangre.

Salmo 22(21),26-27.28.30.31-32.
Por eso te alabaré en la gran asamblea y cumpliré mis votos delante de los fieles:
los pobres comerán hasta saciarse y los que buscan al Señor lo alabarán. ¡Que sus corazones vivan para siempre!
Todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor; todas las familias de los pueblos se postrarán en su presencia.
Todos los que duermen en el sepulcro se postrarán en su presencia; todos los que bajaron a la tierra doblarán la rodilla ante él, y los que no tienen vida
glorificarán su poder. Hablarán del Señor a la generación futura,
anunciarán su justicia a los que nacerán después, porque esta es la obra del Señor.

Evangelio según San Marcos 5,21-43.
Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y él se quedó junto al mar.
Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies,
rogándole con insistencia: "Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva".
Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados.
Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias.
Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor.
Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y tocó su manto,
porque pensaba: "Con sólo tocar su manto quedaré curada".
Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal.
Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: "¿Quién tocó mi manto?".
Sus discípulos le dijeron: "¿Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado?".
Pero él seguía mirando a su alrededor, para ver quién había sido.
Entonces la mujer, muy asustada y temblando, porque sabía bien lo que le había ocurrido, fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad.
Jesús le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: "Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando al Maestro?".
Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que creas".
Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago,
fue a casa del jefe de la sinagoga. Allí vio un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba.
Al entrar, les dijo: "¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme".
Y se burlaban de él. Pero Jesús hizo salir a todos, y tomando consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que venían con él, entró donde ella estaba.
La tomó de la mano y le dijo: "Talitá kum", que significa: "¡Niña, yo te lo ordeno, levántate".
En seguida la niña, que ya tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Ellos, entonces, se llenaron de asombro,
y él les mandó insistentemente que nadie se enterara de lo sucedido. Después dijo que le dieran de comer. 
Mc 5,21-43
Leer el comentario del Evangelio por 
San Jerónimo (347-420) presbítero, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el evangelio de Marcos, nº 3
«Levántate»
     «Cogió de la mano a la niña y le dijo: 'Talitha qumi ', que significa: 'contigo hablo, niña, levántate'.» «Puesto que has nacido una segunda vez te llamarán 'muchacha'. Muchacha, levántate para mi, no por tu propio mérito, sino por la acción de mi gracia. Levántate, pues, para mí: tu curación no es debida a tu fuerza». «La niña se puso inmediatamente en pie y echó a andar». Que Jesús nos toque también a nosotros y andaremos inmediatamente. Aunque seamos paralíticos, aunque nuestras obras sean malas y no podamos andar, aunque estemos acostados en el lecho de nuestros pecados..., si Jesús nos toca, inmediatamente quedaremos curados. La suegra de Pedro estaba cogida por la fiebre: Jesús la tocó con la mano, ella se levantó e inmediatamente les sirvió (Mc 1,31)...

     «Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase». ¿Entendéis ahora porqué echó fuera a todos cuando iba a hacer un milagro? No solamente les mandó sino que les insistió en que nadie se enterase. Lo mandó a los tres apóstoles, lo mandó también a los padres de la niña: que nadie se entere. El Señor se lo mandó a todos, pero la niña, a la que había levantado, no podía callarse.

     « Y les dijo que dieran de comer a la niña » para que su resurrección no fuera considerada como la aparición de un fantasma. También él mismo, después de la resurrección, comió pez asado y un postre de miel (Lc 24,42)... Te lo suplico Señor, también a nosotros que estamos acostados, tócanos la mano; levántanos del lecho de nuestros pecados y haznos caminar. Cuando hayamos caminado, haz que nos den de comer. Acostados no podemos comer; si no estamos de pie, no somos capaces de recibir el Cuerpo de Cristo.


martes 01 Febrero 2011

Santa Brígida de Irlanda



Nace: 451 o 452  (+1 de febrero  525 )
Su padre es un jefe irlandés y su madre una sirvienta. Ya de muy joven Brígida respondió a la llamada del Señor a la vida religiosa. Era muy generosa con los pobres. A los 20 años fundó el primer convento de Irlanda en Kildare. Se hizo famoso como lugar de devoción y formación. Santa Brígida vio el necesario vínculo entre lo fe y el intelecto. 
Se le conoce como patrona de los lecheros por un incidente de su juventud:  Su madre le dio dinero para comprar mantequilla. En vez, ella le dio el dinero a un pobre en el camino.  En otra ocasión, ya de mayor, Santa Brígida le dio agua a un pobre y esta se convirtió en leche.
Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.
Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.

También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.

Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.

Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.

Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta. Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.

Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.

También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.

Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y... como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!

Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.





Oremos

Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a Santa Brígida de Irlanda para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


No hay comentarios: