EVANGELIO DEL DÍA

domingo, 5 de diciembre de 2010

«¿Qué pensáis en vuestro interior?»

EVANGELIO DEL DÍA: 06/12/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Lunes de la II Semana de Adviento


Libro de Isaías 35,1-10.
¡Regocíjese el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa!
¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes;
digan a los que están desalentados: "¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!".
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;
entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa;
el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros.
Allí habrá una senda y un camino que se llamará "Camino santo". No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él;
no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos,
volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.

Salmo 85(84),9-10.11-12.13-14.
Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz, la paz para su pueblo y sus amigos, y para los que se convierten de corazón.
Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra.
El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo.
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

Evangelio según San Lucas 5,17-26.
Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar.
Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús.
Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
Al ver su fe, Jesús le dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados".
Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: "¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?".
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Qué es lo que están pensando?
¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados están perdonados', o 'Levántate y camina'?.
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa".
Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.
Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: "Hoy hemos visto cosas maravillosas". 
Lc 5,17-26
Leer el comentario del Evangelio por 
San Pedro Crisólogo (hacia 406-450), obispo de Rávena, doctor de la Iglesia
Sermon 50 ; PL 52, 339
«¿Qué pensáis en vuestro interior?»
     El alma del paralítico, gracias a la fe de otro, iba a ser curada antes que su cuerpo. «Viendo la fe de esa gente» dice el evangelio. Fijaos hermanos, que aquí Dios no se preocupa de lo que quieren los hombres disparatados, no espera encontrar fe en los ignorantes..., en los de mala salud. Sino al contrario, no rechaza ir a ayudar la fe de los demás. Esta fe es un regalo de la gracia y concuerda con la voluntad de Dios... Por su bondad divina, este médico que es Cristo, procura atraer a la salvación, aun aquellos que no son conscientes de ello, a los que están afectados de enfermedades del alma, a los que el peso de sus pecados y sus faltas los agota hasta el mismo delirio. Pero ellos no se dejan llevar.

     ¡Oh hermanos míos, si quisiéramos, si quisiéramos todos ver hasta el fondo la parálisis de nuestra alma! Nos daríamos cuenta que, privada de sus fuerzas, yace sobre un lecho de pecados. La acción de Cristo en nosotros sería fuente de luz. Comprenderíamos cómo cada día mira nuestra falta de fe tan perjudicial, nos arrastra hacia los remedios saludables y fuerza vivamente nuestras voluntades rebeldes. «Hombre, dice, tus pecados te son perdonados».


lunes 06 Diciembre 2010

San Nicolás



San Nicolás de Bari
El célebre y milagroso santo oriental, San Nicolás, nació en Pátara, ciudad de Licia, Asia Menor. Elegido obispo de Mira, en Licia, actual Turquía, asistió al concilio de Nicea, donde fue condenado el arrianismo.

Muy dado a la limosna, la historia consigna el hecho de haber arrojado discretamente por una ventana gran cantidad de dinero para librar de la deshonra a tres doncellas; hecho que recuerda la fiesta infantil que atribuye a San Nicolás los regalos efectuados a escondidas.

No hay certeza absoluta del año de su muerte, pero diversos autores sostienen que fue en el 326 ó 327. Sus reliquias fueron trasladadas el año 626 a la ciudad de Bari, Italia. Desde entonces su culto se hizo muy popular en Occidente. Al llegar a los países nórdicos su nombre se transformó en Santa Claus, y en Francia en el tan popular Papá Noel, que precede a las fiestas navideñas distribuyendo regalos, vestido con ropas que remedan las rojas vestiduras episcopales.

San Nicolás, cuyo nombre significa "protector y defensor de los pueblos" fue tan popular en la antigüedad que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado por los fieles en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, consiguiendo éstos favores admirables por parte del santo.

Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.

De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos, pero su biografía fue escrita por el Arzobispo de Constantinopla, San Metodio.

Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Unos de sus tíos era obispo y fue éste quien lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, el santo repartió todas sus riquezas entre los pobres e ingresó a un monasterio.

Según la tradición, en la ciudad de Mira, en Turquía, los obispos y sacerdotes se encontraban en el templo reunidos para la elección del nuevo obispo, ya que el anterior había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". En ese momento sin saber lo que ocurría, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Fue muy querido por la cantidad de milagros que concedió a los fieles.

En la época del Licino, quien decretó una persecución contra los cristianos, Nicolás fue encarcelado y azotado. Con Constantino fueron liberados él y los demás prisioneros cristianos. Se dice que el santo logró impedir que los herejes arrianos entrasen a la ciudad de Mira.

El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.

En esta ciudad se obtuvieron tan admirables milagros por su intercesión, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.




Oremos

Te pedimos, Señor, por la intercesión de obispo San Nicolás, que seas misericordioso con nosotros y nos libres de todos los peligros, para que podamos caminar con seguridad por la senda de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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