EVANGELIO DEL DÍA

domingo, 27 de junio de 2010

«Maestro, te seguiré dondequiera que vayas»

EVANGELIO DEL DÍA: 28/06/2010


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



Lunes de la XIII Semana del Tiempo Ordinario


Libro de Amós 2,6-10.13-16.
Así habla el Señor: Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque ellos venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias;
pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles y desvían el camino de los humildes; el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo Nombre;
se tienden sobre ropas tomadas en prenda, al lado de cualquier altar, y beben en la Casa de su Dios el vino confiscado injustamente...
¡Y pensar que yo destruí ante ellos al amorreo, cuya altura era igual a la de los cedros y que era fuerte como las encinas: arranqué su fruto por arriba y sus raíces por debajo!
Y a ustedes, los hice subir del país de Egipto y los conduje cuarenta años por el desierto, para que tomaran en posesión el país del amorreo.
Por eso, yo los voy a aplastar, como aplasta un carro cargado de gavillas.
El hombre veloz no tendrá escapatoria, el fuerte no podrá valerse de su fuerza ni el valiente salvará su vida;
el arquero no resistirá, el de piernas ágiles no escapará, el jinete no salvará su vida,
y el más valeroso entre los valientes huirá desnudo aquel día -oráculo del Señor-.

Salmo 50(49),16-17.18-19.20-21.22-23.
Dios dice al malvado: "¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza y te despreocupas de mis palabras?
Si ves a un ladrón, tratas de emularlo; haces causa común con los adúlteros;
hablas mal sin ningún reparo y tramas engaños con tu lengua;
te sientas a conversar contra tu hermano, deshonras al hijo de tu propia madre.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar? ¿Piensas acaso que soy como tú? Te acusaré y te argüiré cara a cara.
Entiendan bien esto, los que olvidan a Dios, no sea que yo los destruya sin remedio.
El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; y al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios".

Evangelio según San Mateo 8,18-22.
Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos". 
Mt 8,18-22
Leer el comentario del Evangelio por 
Santa Clara (1193-1252), monja franciscana
1ª Carta a Inés de Praga, §15-23
«Maestro, te seguiré dondequiera que vayas»
     ¡Bienaventurada pobreza, que prodiga riquezas eternas a los que la aman y la abrazan! ¡Santa pobreza! A aquellos que la poseen, y la desean Dios promete, con seguridad,  el Reino de los cielos que dan la gloria eterna y la vida bienaventurada. Estimada pobreza, que el Señor Jesucristo se ha dignado preferir a toda otra cosa, él que reinaba y reina en el cielo y en la tierra y «por su palabra todo se ha hecho» (Sal 32, 9). En efecto, dice: «los zorros tienen su madriguera y su nido los pájaros del cielo, pero el Hijo del hombre (es decir, Cristo) no ha encontrado donde reclinar su cabeza». Cuando, en fin, ha dejado reclinar su cabeza [sobre la cruz], ha entregado el espíritu. (Jn 19,30).
     Puesto que un tan gran Señor ha querido descender al seno de la Virgen, puesto que ha querido presentarse al mundo despreciado, indigente y pobre, a fin de que los hombres indigentes, pobres y hambrientos de manjar celestial, lleguen a ser ricos en él entrando en posesión del Reino de los cielos, exultad de gozo. Regocijaos con gran felicidad y alegría espiritual. Si preferís el desprecio antes que los honores, y la pobreza antes que las riquezas de este mundo, si no confiáis vuestros tesoros a la tierra sino al cielo, donde «no hay polilla ni carcoma que los roan, ni ladrones que abran boquetes y roben» (Mt 6,20), «vuestra recompensa será grande en el cielo» (Mt 5,12).




lunes 28 Junio 2010

San Irineo




San Ireneo
Obispo y mártir (c. a. 130-c. a. 200). 
Nació hacia el año 130 y fue educado en Esmirna; fue discípulo de san Policarpo, obispo de aquella ciudad.    
El año 177 era presbítero en Lyon (Francia), y poco después ocupó la sede episcopal de dicha ciudad.   
 Escribió en defensa de la fe católica contra los errores de los gnósticos.   
 Recibió la palma del martirio, según se cuenta, alrededor del año 200




Oremos  

Señor, tú que quisiste que el obispo san Ireneo hiciera triunfar la verdadera doctrina y lograra afianzar la paz de tu Iglesia, haz que nosotros, renovados, por su intercesión, en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

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