EVANGELIO DEL DÍA

domingo, 9 de mayo de 2010

«Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la Verdad, él dará testimonio de mí»

EVANGELIO DEL DÍA: 10/05/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Lunes de la VI Semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 16,11-15.
Nos embarcamos en Tróade y fuimos derecho a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis.
De allí fuimos a Filipos, ciudad importante de esta región de Macedonia y colonia romana. Pasamos algunos días en esta ciudad,
y el sábado nos dirigimos a las afueras de la misma, a un lugar que estaba a orillas del río, donde se acostumbraba a hacer oración. Nos sentamos y dirigimos la palabra a las mujeres que se habían reunido allí.
Había entre ellas una, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara las palabras de Pablo.
Después de bautizarse, junto con su familia, nos pidió: "Si ustedes consideran que he creído verdaderamente en el Señor, vengan a alojarse en mi casa"; y nos obligó a hacerlo.

Salmo 149(148),1-2.3-4.5-6.9.
¡Aleluya! Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su Rey.
Celebran su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara,
porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes.
Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas.
Glorifiquen a Dios con sus gargantas y empuñen la espada de dos filos:
Así se les aplicará la sentencia dictada: esta es la victoria de todos tus fieles. ¡Aleluya!

Evangelio según San Juan 15,26-27.16,1-4.
Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Les he dicho esto para que no se escandalicen.
Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios.
Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes. 
Jn 15,26-27#Jn 16,1-4
Leer el comentario del Evangelio por 
Pablo VI, papa de 1963 a 1978
Exhortación apostólica « Evangelii nuntiandi », c.7, §75
«Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la Verdad, él dará testimonio de mí»
     Es gracias a la ayuda del Espíritu Santo que la Iglesia crece, Él es el alma de esta Iglesia. Es Él quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y de su misterio. Es Él el que, hoy como a los principios de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por Él, y pone en su boca las palabras que él solo no podría encontrar, predisponiendo al mismo tiempo el alma del que escucha para hacer que se abra y acoja la Buena Nueva y el Reino anunciado.

     Las técnicas de evangelización son buenas pero las más perfeccionadas no podrían reemplazar la discreta acción del Espíritu. La más refinada preparación del evangelizador no puede hacer nada sin Él. Sin Él es del todo impotente sobre el espíritu de los hombres la dialéctica más convincente. Sin Él, los esquemas sociológicos o psicológicos más elaborados, pronto se revelan del todo desprovistos de valor.

     En la Iglesia vivimos un momento privilegiado del Espíritu. Por todas partes se busca conocerle mejor, tal como nos lo revela la Escritura. Se es dichoso poniéndose bajo sus mociones. Nos reunimos en torno a Él. Queremos dejarnos conducir por Él. Ahora bien, si es verdad que el Espíritu de Dios ocupa un lugar eminente en toda la vida de la Iglesia, es en su misión evangelizadora que actúa de manera primordial. No es por casualidad que el gran despliegue de evangelización de la Iglesia tuvo lugar la mañana de Pentecostés, bajo el soplo del Espíritu.

     Se puede decir que el Espíritu es el agente principal de la evangelización... Pero igualmente se puede decir que es el término de la evangelización: solo Él suscita la nueva creación, la nueva humanidad que es adonde debe encaminarse la nueva evangelización, hacia la unidad en la diversidad que se debería provocar en la comunidad cristiana. Es a través de Él que el Evangelio penetra en el corazón del mundo porque es Él el que nos hace discernir los signos de los tiempos –signos de Dios- que la evangelización descubre y da valor en el interior de la historia.


lunes 10 Mayo 2010

San Juan de  Ávila



Sacerdote (1500-1569)  Nació en Almodóvar del Campo. Hizo estudios de Teología y Derecho en Salamanca y Alcalá. Ya sacerdote en 1525, mira como posibilidad la difusión del Evangelio en las Indias y mantiene contacto con los dominicos -principalmente con Garcés.   Pero el sur de España fue su parcela de siembra.
En Écija comienza su predicación y a leer públicamente las epístolas de san Pablo, reúne niños en la misma casa donde se hospeda para enseñarles el catecismo, a los mayores les comenta la Pasión y junta a un grupo de sacerdotes celosos, predicadores y austeros.    Lo mismo hizo en Alcalá de Guadaira.
Su actividad poco común, y la claridad en la doctrina conjugada con la ascética personal más dura le valieron la envidia; por eso no pudo publicar con su firma el conjunto de libros espirituales, entre ellos uno sobre el modo de rezar el rosario; la traducción del Kempis que por largo tiempo se atribuyó al también dominico Luis de Granada.    Su actividad se traslada a Córdoba y luego a Granada donde, ya como maestro, tiene sitio y parte apostólica activa en la universidad recién creada por el arzobispo don Gaspar de Ávalos.
Es ya todo un movimiento sacerdotal de predicadores y confesores cuyo director es el Maestro Ávila que les inculca frecuencia en la confesión, amor a la Eucaristía, oración, contemplación de la Pasión de Cristo y familiaridad con las Sagradas Escrituras.   Tan popular es su figura, tan evangélico su mensaje, tan claro su ejemplo, tan sincera su entrega y tan cargado de frutos su celo que el jesuitismo incipiente se plantea seriamente incorporarlo a sus filas para el bien de la Iglesia y del Reino.   Llegaron las enfermedades con su compañía de achaques, limitación y dolores que ya no desaparecerán hasta la muerte.
Entonces se plantea Juan dejar a la Compañía la herencia de hombres y colegios, pero la persecución del cardenal Silíceo, obliga a tomar precauciones a la Compañía ante los conversos y cristianos nuevos.
Murió Juan de Ávila el 10 de mayo de 1569 con humildad y piedad ejemplar, repitiendo los nombres de Jesús y María. Fue beatificado en 1894; Pío XII lo proclama patrón del clero español y lo canoniza Pablo VI en 1970, el 31 de mayo.





Oremos

Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a San Juan de Ávila para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.





Calendario  de  Fiestas Marianas: Dedicaclión de Constantinopla a Nuestra Señora por Constantino el Grande (Siglo IV)

No hay comentarios: