EVANGELIO DEL DÍA

viernes, 23 de abril de 2010

«Las palabras que os he dicho son espíritu y vida»

EVANGELIO DEL DÍA 24/04/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Sábado de la III Semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 9,31-42.
La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo.
Pedro, en una gira por todas las ciudades, visitó también a los santos que vivían en Lida.
Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años.
Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama". El se levantó en seguida,
y al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se convirtieron al Señor.
Entre los discípulos de Jope había una mujer llamada Tabitá, que quiere decir "gacela". Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas.
Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba.
Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, enterados de que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle que acudiera cuanto antes.
Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas.
Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y comenzó a orar. Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: "Tabitá, levántate". Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
El la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas, y se la devolvió con vida.
La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor.

Salmo 116(115),12-17.
¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.
¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos!
Yo, Señor, soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor.

Evangelio según San Juan 6,60-69.
Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?".
Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza?
¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?
El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.
Pero hay entre ustedes algunos que no creen". En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Y agregó: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo.
Jesús preguntó entonces a los Doce: "¿También ustedes quieren irse?".
Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna.
Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios". 
Jn 6,60-69
Leer el comentario del Evangelio por 
San Jerónimo (347-420), presbítero, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia
Carta 53 a Paulino
«Las palabras que os he dicho son espíritu y vida»
     Leemos las Santas Escrituras y entiendo que el Evangelio es el cuerpo de Jesús, y que las Santas Escrituras son su doctrina. Sin duda que el texto «El que come mi carne y bebe mi sangre» tiene una aplicación total en el misterio eucarístico; pero es verdad también que la palabra de las  Escrituras es verdadero Cuerpo de Cristo y su verdadera Sangre, es doctrina divina. Si cuando celebramos los santos misterios cae una partícula, nos inquieta. Si cuando escuchamos la palabra de Dios, mientras entra en nuestros oídos se nos ocurre pensar en otra cosa, ¿a qué responsabilidad no nos exponemos?

     Siendo la carne del Señor una verdadera comida y su sangre una verdadera bebida, nuestro único bien es comer su carne y beber su sangre, pero no sólo en el misterio eucarístico sino también en la lectura de la Escritura.

                    

sábado 24 Abril 2010

San Fidel de Sigmaringa



Presbítero y mártir (1578-1622)    El martirio es una gracia permanente en la Iglesia. La sangre cristiana corrió con abundancia a lo largo de los primeros siglos como testimonio de la nueva fe, y más tarde seria derramada, en tiempos modernos, por las Iglesias jóvenes de Extremo Oriente y del Nuevo Mundo.    Pero, durante la Reforma protestante y el Anglicanismo el martirio cobró una forma nueva, la más dolorosa: en nombre de la fidelidad al Evangelio, unos cristianos llevaban al martirio a otros. Así fue como entregó Fidel su vida por la fe católica.    Marcos Rey, nacido en Sigmaringen (Alemania) en 1578, hijo del burgomaestre de Sigmaringa, era un joven muy inteligente que ya cursando sus estudios de Leyes en Friburgo de Brisgovia llamaba la atención de todos por sus dotes intelectuales.
Recibe el sacerdocio a los treinta y cinco años, el 4 de octubre de 1612. Al imponerle el nombre, el P. Guardián, como queriendo jugar con el significado del nombre, le recordó la frase del Apocalipsis: "Sé fiel - Fidel - hasta la muerte y te daré la corona de la vida".    Se entregó de lleno a su formación teológica pero, sobre todo, a su formación ascética y piadosa: Pasaba horas en la oración y castigaba su cuerpo con rigurosas penitencias. Como superior sucesivamente de varios conventos, se señaló por un amor abrasador y puso sus dotes de orador al Servicio del Evangelio en numerosas misiones populares.    Se le encomendaron misiones de predicación en tierras de protestantes - Suiza, Austria, sur de Alemania -, fue elegido guardián de los conventos de Feldkirch y Friburgo, tuvo rasgos de abnegado heroísmo durante una epidemia de peste, y convirtió a muchos calvinistas con una caridad que desarmaba a sus adversarios.
El Papa Gregorio XV había fundado aquellos días - 1622 - la Sagrada Congregación de Propaganda Fide para extender el conocimiento de la doctrina de Jesús por todos los países del mundo.   El domingo 24 de Abril de 1622 , los herejes Grisones mientras estaba predicando la palabra de Dios, descargaron una espada contra él, pudo ponerse de rodillas y exclamó: "Jesús, María, valedme" y expiró.   Es el Protomártir de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.





Oremos

Señor Dios nuestro, que coronaste con la gloria del martirio a San Fidel de Sigmaringa, cuando, inflamado en tu amor trabajaba por la propagación de la fe, concédenos, por su intercesión, que, arraigados y fundamentados también nosotros en la caridad, experimentemos el poder de la resurrección de Cristo y tengamos parte de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.







Calendario  de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Bonaria, Isla Cerdeña (1370). Declara Patrona de Cerdeña en 1908.

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