De Corazón a corazón: Ex 32,7-14 ("Se han hecho un becerro fundido y se han prostrado ante él"); Jn 5,31-47 ("El Padre, que me ha enviado, da testimonio de mí… No queréis venir a mí para tener vida… No tenéis en vosotros el amor de Dios")
Contemplación, vivencia, misión: Construimos "becerros" de oropel o de chatarra, cuando anteponemos algo o alguien al amor de Cristo. La acusación más seria que hizo el Señor es: "No queréis venir a mí para tener vida… No tenéis en vosotros el amor de Dios". El "ateísmo" verdadero consiste en no dar a Dios el corazón y en hacer de los hermanos una cosa útil y, cuando ya no interesa, desechable. Vivir en Cristo da sentido a la vida personal y comunitaria.
*En el día a día con la Madre de Jesús: María aceptó a su Hijo Jesús, tal como era en el proyecto del Padre (cfr. Lc 2,49). Por esto vivió de sorpresa en sorpresa, con una fe esperanzada y transformada en donación plena.
El Cenáculo, donde siguirá hablando EL SUCESOR DE PEDRO, es la familia eclesial que vive en "comunión" fraterna, con Jesús Resucitado presente…
No hay comentarios:
Publicar un comentario