Todo reino dividido contra sí mismo es asolado. J. Ratzinger
La entrevista tocó diversos temas, pero el más interesante de ellos, a mi humilde entender, es el que se refiere a la presencia de intelectuales católicos en la sociedad. A principio del siglo XX hubo una oleada de conversiones que dieron consistencia a la presencia de la Iglesia en la sociedad. Tras el postconcilio y el Mayo del 68, la corriente de conversiones queda truncada, dando lugar a una sensación de vacío intelectual que impide plantear un diálogo fructífero entre la Iglesia y la sociedad moderna y postmoderna.
Desde mi punto de vista, esta sensación de vacío intelectual es más una sensación que un hecho real. Podemos citar a muchos teólogos que han entrado en diálogo con la sociedad, como Castellani, Ratzinger, Küng, Teilhard de Chardin, Urs von Balthasar, entre muchos otros de gran nivel general. Pero estos intelectuales, aunque valorados internacionalmente, no llegan nunca a convertirse en interlocutores de la Iglesia de la misma forma que sucedió a principios de siglo XX ¿Por qué?