EVANGELIO DEL DÍA

jueves, 31 de marzo de 2011

"Todos los cristianos estamos llamados a la santidad"

EVANGELIO DEL DÍA: 01/04/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Viernes de la III Semana de Cuaresma

Libro de Oseas 14,2-10. 
Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer.
Preparen lo que van decir y vuelvan al Señor. Díganle: "Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios.
Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más "¡Dios nuestro!" a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión".
Yo los curaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos.
Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano;
sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano.
Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano.
Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto.
¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.

Salmo 81(80),6-8.9.10-11.14.17. 
él se la impuso como norma a José, cuando salió de la tierra de Egipto. Oigo una voz desconocida que dice : \"Abre tu boca y la llenaré con mi palabra.
Yo quité el peso de tus espaldas y tus manos quedaron libres de la carga.
Clamaste en la aflicción, y te salvé; te respondí oculto entre los truenos, aunque me provocaste junto a las aguas de Meribá.
Oye, pueblo mío, yo atestiguo contra ti, ¡ojalá me escucharas, Israel!

No tendrás ningún Dios extraño, no adorarás a ningún dios extranjero:
yo, el Señor, soy tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto.
¡Ojalá mi pueblo me escuchara, e Israel siguiera mis caminos!
yo alimentaría a mi pueblo con lo mejor del trigo y lo saciaría con miel silvestre".


Evangelio según San Marcos 12,28-34. 
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor;
y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos".
El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él,
y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios".
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. 



Leer el comentario del Evangelio por 
Concilio Vaticano II
Constitución dogmática sobre la Iglesia « Lumen gentium » §42
"Todos los cristianos estamos llamados a la santidad"
     "Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en El" (1 Jn., 4, 16). "Y Dios derramó su amor en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado" (cfr. Rom., 5, 5). Por consiguiente, el don principal y más necesario es el amor con que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por El.
     Pero a fin de que el amor crezca en el alma como una buena semilla y
fructifique, debe cada uno de los fieles escuchar de buena gana la palabra de Dios y cumplir con obras su voluntad, con la ayuda de su gracia, participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en el de la Eucaristía, y en otras funciones sagradas, y aplicarse de una manera constante a la oración, a la abnegación de sí mismo, a un fraterno y solícito servicio de los demás y al ejercicio de todas las virtudes. Porque el amor, como vínculo de la perfección y plenitud de la ley (Col. 3, 14; Rom., 13, 10), regula todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin[132]. De ahí que el amor hacia Dios y hacia el prójimo sea la característica distintiva del verdadero discípulo de Cristo.


viernes 01 Abril 2011

San Hugo



San Hugo, (significa "el inteligente"), obispo, nació en Francia en el año 1052.
Gregorio VII ordenó de obispo a Hugo cuándo sólo tenía 28 años,  lo envió a dirigir la diócesis de Grenoble, en Francia. Allá estará de obispo por 50 años, aunque intentará renunciar al cargo ante 5 Pontífices, pero ninguno se la aceptará.
El dedicaba largas horas a la oración y a la meditación y recorría su diócesis de parroquia en parroquia corrigiendo abusos y enseñando cómo obrar el bien. Creyéndose un inepto y un inútil para este cargo, se fue a un convento a rezar y a hacer penitencia.    Pero el Sumo Pontífice Gregorio VII, que lo necesitaba muchísimo para que le ayudara a volver más fervorosa a la gente, lo llamó paternalmente y lo hizo retornar otra vez a su diócesis a seguir siendo obispo.
Un día llegó San Bruno con 6 amigos a pedirle a San Hugo que les concediera un sitio donde fundar un convento de gran rigidez, para los que quisieran hacerse santos basado en oración, silencio, ayunos, estudio y meditación. El santo obispo les dio un sitio llamado Cartuja, fue fundada la Orden de los Cartujos, donde el silencio es perpetuo (hablan el domingo de Pascua) y donde el ayuno, la mortificación y la oración llevan a sus religiosos a una gran santidad.    Para San Hugo sus días en la Cartuja eran como un oasis en medio del desierto de este mundo corrompido y corruptor, pero cuando ya llevaba varios días allí, su director San Bruno le avisaba que Dios lo quería al frente de su diócesis, y tenía que volverse otra vez a su ciudad.
Los sacerdotes más fervorosos y el pueblo humilde aceptaban con muy buena voluntad las órdenes y consejos del Santo obispo.    Varias veces fue a Roma a visitar al Papa y a rogarle que le quitara aquel oficio de obispo porque no se creía digno. Pero ni Gregorio VII, ni Urbano II, ni Pascual II, ni Inocencio II, quisieron aceptarle su renuncia porque sabían que era un gran apóstol.    Cuando ya muy anciano le pidió al Papa Honorio II que lo librara de aquel cargo porque estaba muy viejo, débil y enfermo, el Sumo Pontífice le respondió: "Prefiero de obispo a Hugo, viejo, débil y enfermo, antes que a otro que esté lleno de juventud y de salud".    Era un gran orador, y como rezaba mucho antes de predicar, sus sermones conmovían profundamente a sus oyentes.
Era muy frecuente que en medio de sus sermones, grandes pecadores empezaran a llorar a grito entero y a suplicar a grandes voces que el Señor Dios les perdonara sus pecados. Sus sermones obtenían numerosas conversiones.
Al final de su vida la artritis le producía dolores inmensos y continuos pero nadie se daba cuenta de que estaba sufriendo, porque sabía colocar una muralla de sonrisas para que nadie supiera los dolores que estaba padeciendo por amor a Dios y salvación de las almas. Un día al verlo llorar por sus pecados le dijo un hombre: "- Padre, ¿por qué llora, si jamás ha cometido un pecado deliberado y plenamente aceptado?- ". Y él le respondió: "El Señor Dios encuentra manchas hasta en sus propios ángeles. Y yo quiero decirle con el salmista: "Señor, perdóname aun de aquellos pecados de los cuales yo no me he dado cuenta y no recuerdo".  Murió a los 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo declaró santo, dos años después de su muerte.




http://3.bp.blogspot.com/_LOIfYbRO4Ag/SdK2a1qjJ3I/AAAAAAAAB6s/QCM7Tyq23VQ/s320/_hugo.jpg

Oremos

Señor, tú que colocaste a San Hugo en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.



Calendario  de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de las Lágrimas, Sicilia (1953)

All Christians are called to holiness

DAILY GOSPEL: 01/04/2011
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Friday of the Third week of Lent

Book of Hosea 14:2-10. 
Thus says the LORD: Return, O Israel, to the LORD, your God; you have collapsed through your guilt.
Take with you words, and return to the LORD; Say to him, "Forgive all iniquity, and receive what is good, that we may render as offerings the bullocks from our stalls.
Assyria will not save us, nor shall we have horses to mount; We shall say no more, 'Our god,' to the work of our hands; for in you the orphan finds compassion."
I will heal their defection, I will love them freely; for my wrath is turned away from them.
I will be like the dew for Israel: he shall blossom like the lily; He shall strike root like the Lebanon cedar,
and put forth his shoots. His splendor shall be like the olive tree and his fragrance like the Lebanon cedar.
Again they shall dwell in his shade and raise grain; They shall blossom like the vine, and his fame shall be like the wine of Lebanon.
Ephraim! What more has he to do with idols? I have humbled him, but I will prosper him. "I am like a verdant cypress tree"-- Because of me you bear fruit!
Let him who is wise understand these things; let him who is prudent know them. Straight are the paths of the LORD, in them the just walk, but sinners stumble in them.

Psalms 81(80):6-8.9.10-11.14.17. 
Who made it a decree for Joseph when he came out of the land of Egypt. II I hear a new oracle:
"I relieved their shoulders of the burden; their hands put down the basket.
In distress you called and I rescued you; unseen, I spoke to you in thunder; At the waters of Meribah I tested you and said: Selah
'Listen, my people, I give you warning! If only you will obey me, Israel!

There must be no foreign god among you; you must not worship an alien god.
I, the LORD, am your God, who brought you up from the land of Egypt. Open wide your mouth that I may fill it.'
But even now if my people would listen, if Israel would walk in my paths,
But Israel I would feed with the finest wheat, satisfy them with honey from the rock."


Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Mark 12:28-34. 
One of the scribes came to Jesus and asked him, «Which is the first of all the commandments?»
Jesus replied, "The first is this: 'Hear, O Israel! The Lord our God is Lord alone!
You shall love the Lord your God with all your heart, with all your soul, with all your mind, and with all your strength.'
The second is this: 'You shall love your neighbor as yourself.' There is no other commandment greater than these."
The scribe said to him, "Well said, teacher. You are right in saying, 'He is One and there is no other than he.'
And 'to love him with all your heart, with all your understanding, with all your strength, and to love your neighbor as yourself' is worth more than all burnt offerings and sacrifices."
And when Jesus saw that (he) answered with understanding, he said to him, "You are not far from the kingdom of God." And no one dared to ask him any more questions.


Commentary of the day 
Vatican Council II
Dogmatic Constitution on the Church « Lumen gentium » §42 (©Libreria Vaticana editrice)
All Christians are called to holiness
God is love, and he who abides in love, abides in God and God in Him" (1Jn 4,16). But, God «pours out his love into our hearts through the Holy Spirit, Who has been given to us» (Rm 5,5); thus the first and most necessary gift is love, by which we love God above all things and our neighbor because of God. Indeed, in order that love, as good seed may grow and bring forth fruit in the soul (Mt 13,35), each one of the faithful must willingly hear the Word of God and accept His Will, and must complete what God has begun by their own actions with the help of God's grace. These actions consist in the use of the sacraments and in a special way the Eucharist, frequent participation in the sacred action of the Liturgy, application of oneself to prayer, self-abnegation, lively fraternal service and the constant exercise of all the virtues. For charity, as the bond of perfection and the fullness of the law,(Col 3,14; Rm 13,10) rules over all the means of attaining holiness and gives life to these same means. It is charity which guides us to our final end. It is the love of God and the love of one's neighbor which points out the true disciple of Christ.


Friday, 01 April 2011

St Mary of Egypt, Hermit (c.344-421)



SAINT MARY OF EGYPT
Hermit
(c. 344-421)
        At the tender age of twelve, Mary left her father's house that she might sin without restraint, and for seventeen years she lived in shame at Alexandria. Then she accompanied a pilgrimage to Jerusalem, and entangled many in grievous sin.
        She was in that city on the Feast of the Exaltation of the Holy Cross, and went with the crowd to the church which contained the precious wood. The rest entered and adored; but Mary was invisibly held back. In that instant her misery and pollution burst upon her. Turning to the Immaculate Mother, whose picture faced her in the porch, she vowed thenceforth to do penance if she might enter and stand like Magdalen beside the Cross. Then she entered in. As she knelt before Our Lady on leaving the church, a voice came to her which said, "Pass over Jordan, and thou shalt find rest."
        She went into the wilderness, and there, in 420, forty-seven years after, the Abbot Zosimus met her. She told him that for seventeen years the old songs and scenes had haunted her; ever since, she had had perfect peace. At her request he brought her on Holy Thursday the sacred body of Christ.
        She bade him return again after a year, and this time he found her corpse upon the sand, with an inscription sayings "Bury here the body of Mary the sinner."
        The Bollandists place her death on April 1, 421. The Greek Church celebrates her feast on 1 April, while the Roman Martyrology assigns it to 2 April, and the Roman Calendar to 3 April. The Greek date is more likely to be correct; the others may be due to the fact that on those days portions of her relics reached the West.


Lives of the Saints, by Alban Butler, Benziger Bros. ed. [1894]