EVANGELIO DEL DÍA

jueves, 4 de noviembre de 2010

«Llenad la tierra y sometedla» (Gn 1,28)

EVANGELIO DEL DÍA: 05/11/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Viernes de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario


Carta de San Pablo a los Filipenses 3,17-21.4,1.
Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado.
Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo.
Su fin es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo.
El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.

Salmo 122(121),1-5.
Canto de peregrinación. De David. ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la Casa del Señor"!
Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus, las tribus del Señor -según es norma en Israel- para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.

Evangelio según San Lucas 16,1-8.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'.
Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz. 
 Lc 16,1-8
Leer el comentario del Evangelio por 
Concilio Vaticano II
Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual « Gaudium et spes », § 34
«Llenad la tierra y sometedla» (Gn 1,28)
     Creado el hombre a imagen de Dios, recibió el mandato de gobernar el mundo en justicia y santidad, sometiendo a sí la tierra y cuanto en ella se contiene, y de orientar a Dios la propia persona y el universo entero, reconociendo a Dios como Creador de todo, de modo que con el sometimiento de todas las cosas al hombre sea admirable el nombre de Dios en el mundo.

     Esta enseñanza vale igualmente para los quehaceres más ordinarios. Porque los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para sí y su familia, realizan su trabajo de forma que resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razón pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia.

     Los cristianos, lejos de pensar que las conquistas logradas por el hombre se oponen al poder de Dios y que la criatura racio¬nal pretende rivalizar con el Creador, están, por el contrario, persuadidos de que las victorias del hombre son signo de la grandeza de Dios y consecuencia de su inefable designio.


viernes 05 Noviembre 2010

Santa Silvia



Santa Silvia


(También escrito "Sylvia")
Madre del Papa San Gregorio Magno, nacida alrededor del 515 (525?); muerta alrededor del 592.


Todo lo que existe concerniente a la vida de ella son unas pocas y escasas noticias. Su lugar de nacimiento se localiza a veces en Sicilia a veces en Roma. Era de una familia distinguida como la de su marido, el  romano Gordiano.


Además de Gregorio, ella tuvo un segundo hijo. Silvia fue notoria por su gran piedad, y dio a sus hijos una excelente educación. Después de la muerte de su esposo se dedicó enteramente a la religión en la "nueva celda, al lado de la puerta del beato Pablo" (cella nova juxta portam beati Pauli).


El Papa San Gregorio Magno tenía un retrato en mosaico de sus padres, ejecutado en el monasterio de San Andrés, que es descrito minuciosamente por Juan Diacono (Johannes Diaconus ) (P.L., LXXV, 229-30). Silvia fue retratada sentada con la cara a la vista, y en la cual las arrugas de la edad no pudieron extinguir su belleza; los ojos eran grandes y azules, y la expresión graciosa y animada.


La veneración de Santa Silvia es de edad temprana. En el siglo IX se erigió un oratorio sobre su antigua vivienda, cercana a la Basílica de San Saba. El Papa Clemente VIII (1592 - 1605) inscribió su nombre el 3 de Noviembre en el Martirologio Romano. Es invocada por las embarazadas para un parto seguro.



Oremos




Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes a los que diste a Santa Silvia, para que así, sirviéndote con sinceridad  y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra fe y con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

"Fill the earth and subdue it" (Gn 1,28)

DAILY GOSPEL: 05/11/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Friday of the Thirty-first week in Ordinary Time


Letter to the Philippians 3:17-21.4:1.
Join with others in being imitators of me, brothers, and observe those who thus conduct themselves according to the model you have in us.
For many, as I have often told you and now tell you even in tears, conduct themselves as enemies of the cross of Christ.
Their end is destruction. Their God is their stomach; their glory is in their "shame." Their minds are occupied with earthly things.
But our citizenship is in heaven, and from it we also await a savior, the Lord Jesus Christ.
He will change our lowly body to conform with his glorified body by the power that enables him also to bring all things into subjection to himself.
Therefore, my brothers, whom I love and long for, my joy and crown, in this way stand firm in the Lord, beloved.

Psalms 122(121):1-5.
A song of ascents. Of David. I rejoiced when they said to me, "Let us go to the house of the LORD."
And now our feet are standing within your gates, Jerusalem.
Jerusalem, built as a city, walled round about.
Here the tribes have come, the tribes of the LORD, As it was decreed for Israel, to give thanks to the name of the LORD.
Here are the thrones of justice, the thrones of the house of David.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 16:1-8.
Jesus said to his disciples, "A rich man had a steward who was reported to him for squandering his property.
He summoned him and said, 'What is this I hear about you? Prepare a full account of your stewardship, because you can no longer be my steward.'
The steward said to himself, 'What shall I do, now that my master is taking the position of steward away from me? I am not strong enough to dig and I am ashamed to beg.
I know what I shall do so that, when I am removed from the stewardship, they may welcome me into their homes.'
He called in his master's debtors one by one. To the first he said, 'How much do you owe my master?'
He replied, 'One hundred measures of olive oil.' He said to him, 'Here is your promissory note. Sit down and quickly write one for fifty.'
Then to another he said, 'And you, how much do you owe?' He replied, 'One hundred kors of wheat.' He said to him, 'Here is your promissory note; write one for eighty.'
And the master commended that dishonest steward for acting prudently. "For the children of this world are more prudent in dealing with their own generation than are the children of light.
Lc 16,1-8
Commentary of the day 
Vatican Council II
Constitution on the Church in the modern world, «Gaudium et spes», §34 (©Libreria Vaticana editrice)
"Fill the earth and subdue it" (Gn 1,28)
Man, created to God's image, received a mandate to subject to himself the earth and all it contains, and to govern the world with justice and holiness; a mandate to relate himself and the totality of things to Him Who was to be acknowledged as the Lord and Creator of all. Thus, by the subjection of all things to man, the name of God would be wonderful in all the earth.

This mandate concerns the whole of everyday activity as well. For while providing the substance of life for themselves and their families, men and women are performing their activities in a way which appropriately benefits society. They can justly consider that by their labor they are unfolding the Creator's work, consulting the advantages of their brother men, and are contributing by their personal industry to the realization in history of the divine plan.

Thus, far from thinking that works produced by man's own talent and energy are in opposition to God's power, and that the rational creature exists as a kind of rival to the Creator, Christians are convinced that the triumphs of the human race are a sign of God's grace and the flowering of His own mysterious design.

                    

Friday, 05 November 2010

St. Bertilla, Abbess (7th century)



SAINT BERTILLA
Abbess
(7th century)
        St. Bertilla was born of one of the most illustrious families in the territory of Soissons (France), in the reign of Dagobert I. As she grew up she learned perfectly to despise the world, and earnestly desired to renounce it. Not daring to tell this to her parents, she first consulted St. Ouen, by whom she was encouraged in her resolution.
        The Saint's parents were then made acquainted with her desire, which God inclined them not to oppose. They conducted her to Jouarre, a great monastery in Brie, four leagues from Meaux, where she was received with great joy and trained up in the strictest practice of monastic perfection.
        By her perfect submission to all her sisters she seemed every one's servant, and acquitted herself with such great charity land edification that she was chosen prioress to assist the abbess in her administration.
        About the year 646 she was appointed first abbess of the abbey of Chelles, which she governed for forty-six years with equal vigor and discretion, until she closed her penitential life in 692.