EVANGELIO DEL DÍA

sábado, 31 de julio de 2010

«Ser rico ante Dios»

EVANGELIO DEL DÍA: 01/08/2010

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



XVIII Domingo del Tiempo Ordinario


Libro de Eclesiastico, de Sirac 1,2.2,21-23.
¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad!
Porque un hombre que ha trabajado con sabiduría, con ciencia y eficacia, tiene que dejar su parte a otro que no hizo ningún esfuerzo. También esto es vanidad y una grave desgracia.
¿Qué le reporta al hombre todo su esfuerzo y todo lo que busca afanosamente bajo el sol?
Porque todos sus días son penosos, y su ocupación, un sufrimiento; ni siquiera de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.

Salmo 90(89),3-4.5-6.12-13.14.17.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: "Vuelvan, seres humanos".
Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores.
Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos.

Carta de San Pablo a los Colosenses 3,1-5.9-11.
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.
Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.
Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.
Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría.
Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras
y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador.
Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos.

Evangelio según San Lucas 12,13-21.
Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia".
Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?".
Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas".
Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho,
y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'.
Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes,
y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'.
Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios". 
Lc 12,13-21
Leer el comentario del Evangelio por 
San Basilio (hacia 330-379), monje y obispo de Cesarea de Capadocia, doctor de la Iglesia
Homilía 6, sobre las riquezas; PG 31, 261 s.
«Ser rico ante Dios»
     «¿Qué haré? ¿Qué comeré? ¿Con qué me vestiré?» Eso es lo que dice este rico. Sufre su corazón, la inquietud le devora, porque lo que a los demás les alegra, al avaro lo hunde. Que todos sus graneros estén llenos no le da la felicidad. Lo que atormenta a su alma es tener demasiadas riquezas al rebosar sus graneros...

     Considera bien, hombre, quién te ha llenado de sus dones. Reflexiona un poco sobre ti mismo: ¿Quién eres? ¿Qué es lo que se te ha confiado? ¿De quién has recibido ese encargo? ¿Por qué te ha preferido a muchos otros? El Dios de toda bondad ha hecho de ti su intendente; te ha encargado preocuparte de tus compañeros de servicio: ¡no vayas a creer que todo se ha preparado para tu estómago solamente! Dispón de los bienes que tienes en tus manos como si fueran de otros. El placer que te procuran dura muy poco, muy pronto van a escapársete y desaparecer, y sin embargo te pedirán cuenta rigurosa de lo que has hecho con ellos. Luego lo guardas todo, puertas y cerraduras bien cerradas; pues aunque lo hayas cerrado todo, la ansiedad no te deja dormir...

     «¿Qué haré?» Tenía una respuesta a punto: «Llenaré las almas de los hambrientos; abriré mis graneros e invitaré a todos los que pasan necesidad... Haré que oigan una palabra generosa: Venid a mí todos los que no tenéis pan, tomad la parte que os corresponde de los dones que Dios ha concedido, cada uno según su necesidad».



domingo 01 Agosto 2010

San Alfonso María Ligorio



San Alfonso María de Ligorio
Obispo y doctor (1696-1787).   Casi todos los Santos traen un "mensaje" para la Iglesia y surgen cuando el pueblo de Dios los necesita. San Alfonso María de Ligorio ha legado a la Iglesia un mensaje que no pasa de moda y que siempre es de palpitante actualidad:     
1) Profunda vida y sabia doctrina sobre la oración.    
 2) Devoción tierna y transformante a la Sagrada Eucaristía.    
3) Filial devoción a la Virgen María.    Mensajes todos estos prolongados hasta nosotros por dos conductos: Su vida y sus preciosas Obras, y por medio de sus hijos los Redentoristas que heredaron su espíritu. Perteneció a una familia noble napolitana. A los siete años ya lo ponen a estudiar las letras clásicas. A los doce se matricula en la universidad y a los dieciséis ya es investido con la toga de doctor en ambos Derechos.    Estudia las lenguas modernas, esgrima, arte, música y pintura que después le servirá todo esto para su apostolado.
Su padre le había preparado un ventajoso y lujoso matrimonio, pero Alfonso abrazó el camino de seguimiento de Cristo en el sacerdocio. Se ordenó sacerdote en el año 1726. Aquel mismo día hizo este propósito: "La Iglesia me honra concediéndome este don, yo procuraré honrar a la Iglesia trabajando incansablemente por ella, con mi pureza, con mi santidad".
Se entregó a recorrer toda Italia predicando Misiones populares y escribiendo preciosos tratados sobre todos los temas que sabía interesaban al pueblo fiel: Moral, Catecismos, Sermones, Visitas al Santísimo, Tratados sobre la Virgen María. Las Glorias de María será su obra inmortal juntamente con sus tratados de Teología Moral en la que hasta ahora goza de una gran autoridad.    El año 1732 funda la Congregación de los Redentoristas para que sigan su obra.
A sus 66 años el Papa Clemente XIII le obliga a aceptar ser obispo de Santa Águeda de los Godos. Es un padre y un Pastor maravilloso. No pierde un instante por formar a los demás y por santificarse él. El Padre bueno le llama a sus 91 años, el 1 de agosto de 1787.




Oremos

Dios nuestro, que propones constantemente a tu Iglesia nuevos modelos de vida cristiana, apropiados a todas las circunstancias en que puedan vivir tus  hijos, concédenos imitar el celo apostólico que desplegó el santo obispo Alfonso María de Ligorio por la salvación de sus hermanos, para que, como él, lleguemos también a recibir el premio reservado, a tus servidores fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Precursor in life and death

DAILY GOSPEL: 31/07/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68



Saturday of the Seventeenth week in Ordinary Time


Book of Jeremiah 26:11-16.24.
The priests and prophets said to the princes and to all the people, "This man deserves death; he has prophesied against this city, as you have heard with your own ears."
Jeremiah gave this answer to the princes and all the people: "It was the LORD who sent me to prophesy against this house and city all that you have heard.
Now, therefore, reform your ways and your deeds; listen to the voice of the LORD your God, so that the LORD will repent of the evil with which he threatens you.
As for me, I am in your hands; do with me what you think good and right.
But mark well: if you put me to death, it is innocent blood you bring on yourselves, on this city and its citizens. For in truth it was the LORD who sent me to you, to speak all these things for you to hear."
Thereupon the princes and all the people said to the priests and the prophets, "This man does not deserve death; it is in the name of the LORD, our God, that he speaks to us."
But Ahikam, son of Shaphan, protected Jeremiah, so that he was not handed over to the people to be put to death.

Psalms 69(68):15-16.30-31.33-34.
Rescue me from the mire; do not let me sink. Rescue me from my enemies and from the watery depths.
Do not let the floodwaters overwhelm me, nor the deep swallow me, nor the mouth of the pit close over me.
But I am afflicted and in pain; let your saving help protect me, God,
That I may praise God's name in song and glorify it with thanksgiving.
"See, you lowly ones, and be glad; you who seek God, take heart!
For the LORD hears the poor, does not spurn those in bondage.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Matthew 14:1-12.
At that time Herod the tetrarch heard of the reputation of Jesus
and said to his servants, "This man is John the Baptist. He has been raised from the dead; that is why mighty powers are at work in him."
Now Herod had arrested John, bound (him), and put him in prison on account of Herodias, the wife of his brother Philip,
for John had said to him, "It is not lawful for you to have her."
Although he wanted to kill him, he feared the people, for they regarded him as a prophet.
But at a birthday celebration for Herod, the daughter of Herodias performed a dance before the guests and delighted Herod
so much that he swore to give her whatever she might ask for.
Prompted by her mother, she said, "Give me here on a platter the head of John the Baptist."
The king was distressed, but because of his oaths and the guests who were present, he ordered that it be given,
and he had John beheaded in the prison.
His head was brought in on a platter and given to the girl, who took it to her mother.
His disciples came and took away the corpse and buried him; and they went and told Jesus. 
 Mt 14,1-12
Commentary of the day 
Saint Peter Damian (1007-1072), hermit then Bishop, Doctor of the Church
Sermons 24-25
Precursor in life and death
            Forerunner of Christ, John became so by his birth, his preaching, his baptism and his death... Can we find a single virtue or a single form of holiness that the Forerunner did not possess in the highest degree? Who among the holy hermits ever imposed on himself the rule of taking nothing as food but wild honey or that inedible dish - locusts! There are some who renounce the world and fly from men to live a holy life, but John was no more than a child... when he buried himself in the desert and determined to inhabit its solitudes. He renounced his right to succeed his father in the priestly office so that he could freely proclaim the true and supreme High Priest. The prophets preached beforehand the coming of the Savior; the apostles and other teachers of the Church testify this coming to have truly taken place; but John shows it to be present among us. There are many who have preserved their virginity and kept unsullied the whiteness of their garment (cf. Rv 14,4), but John has forsaken all human company that he might root out the lusts of the flesh by their roots and, full of spiritual zeal, might dwell with wild beasts.

            John is at the very heart of the scarlet choir of martyrs as leader of them all: bravely he fought and died for the truth. He has become the leader of all who fight for Christ and was the first to plant the triumphal standard of martyrdom in heaven.


Saturday, 31 July 2010

St. Ignatius of Loyola, Priest (1491-1556)



SAINT IGNATIUS OF LOYOLA
Priest

(1491-1556)
        St. Ignatius was born at Loyola in Spain, in the year 1491. He served his king as a courtier and a soldier till his thirtieth year. At that age, being laid low by a wound, he received the call of divine grace to leave the world. He embraced poverty and humiliation, that he might become more like to Christ, and won others to join him in the service of God.
        Prompted by their love for Jesus Christ, Ignatius and his companions made a vow to go to the Holy Land, but war broke out, and prevented the execution of their project. Then they turned to the Vicar of Jesus Christ, and placed themselves under his obedience. This was the beginning of the Society of Jesus. Our Lord promised St. Ignatius that the precious heritage of his Passion should never fail his Society, a heritage of contradictions and persecutions.
        St. Ignatius was cast into prison at Salamanca, on a suspicion of heresy. To a friend who expressed sympathy with him on account of his imprisonment, he replied, "It is a sign that you have but little love of Christ in your heart, or you would not deem it so hard a fate to be in chains for His sake. I declare to you that all Salamanca does not contain as many fetters, manacles, and chains as I long to wear for the love of Jesus Christ."
        St. Ignatius went to his crown on the 31st July, 1556.


Precursor en su vida y en su muerte

EVANGELIO DEL DÍA: 31/07/2010

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



Sábado de la XVII Semana del Tiempo Ordinario


Libro de Jeremías 26,11-16.24.
Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: "Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos".
Pero Jeremías dijo a los jefes y a todo el pueblo: "El Señor es el que me envió a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído.
Y ahora, enmienden su conducta y sus acciones, y escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal con que los ha amenazado.
En cuanto a mí, hagan conmigo lo que les parezca bueno y justo.
Pero sepan que si ustedes me hacen morir, arrojan sangre inocente sobre ustedes mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque verdaderamente el Señor me ha enviado a ustedes para decirles todas estas palabras".
Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios".
Sin embargo, Ajicám, hijo de Safán, protegió a Jeremías e impidió que fuera entregado en manos del pueblo para ser ejecutado.

Salmo 69(68),15-16.30-31.33-34.
Sácame del lodo para que no me hunda, líbrame de los que me odian y de las aguas profundas;
que no me arrastre la corriente, que no me trague el Abismo, que el Pozo no se cierre sobre mí.
Yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja:
así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias;
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.

Evangelio según San Mateo 14,1-12.
En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes,
y él dijo a sus allegados: "Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos".
Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe,
porque Juan le decía: "No te es lícito tenerla".
Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta.
El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes
que prometió bajo juramento darle lo que pidiera.
Instigada por su madre, ella dijo: "Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran
y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre.
Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús. 
Mt 14,1-12
Leer el comentario del Evangelio por 
San Pedro Damián (1007-1072), ermitaño, después obispo, doctor de la Iglesia
Sermones 24-25
Precursor en su vida y en su muerte
     Juan fue Precursor de Cristo por su nacimiento, por su predicación, por su bautismo y por su muerte... ¿Se puede encontrar una sola virtud, un género de santidad, que el Precursor no haya tenido en su más alto grado? Entre los santos ermitaños ¿cuál se ha impuesto jamás por regla no comer otra cosa que miel silvestre o esa comida incomible: los saltamontes? Algunos renuncian al mundo y huyen de los hombres para vivir santamente, pero Juan es todavía un niño... cuando se adentra en el desierto y escoge, resueltamente, habitar en la soledad. Renuncia al derecho de sucesión del sacerdocio de su padre para poder anunciar, con toda libertad, al verdadero y soberano Sacerdote.  Los profetas han anunciado por adelantado la venida del Salvador, los apóstoles y los demás que enseñan en la Iglesia dan testimonio de que esta venida realmente tuvo lugar, pero Juan lo muestra ya presente entre los hombres. Son muchos los que han guardado virginidad y no han manchado la blancura de sus vestidos (cf Ap 14,4), pero Juan renuncia a toda compañía humana a fin de arrancar las apetencias de la carne hasta sus mismas raíces, y, lleno de fervor espiritual, habita entre las bestias salvajes.

     Juan, en el centro del coro escarlata de los mártires, incluso lo preside como maestro de todos: combatió valientemente y murió por la verdad. Llegó a ser el jefe de todos los que combaten por Cristo, y fue el primero de todos a ir a plantar en el cielo el estandarte triunfal del mártir.



sábado 31 Julio 2010

San Alfonso Rodriguez




Alonso significa: "pronto para hacer el bien"
(del germano al: el bien.  Ons: prontitud)
Religioso
(1531-1617)
En su preciosa Autobiografía escribe con sencillez y tratando de dulcificar los acíbares más amargos: «Estaba ya absorbido en los negocios, cuando Dios me mandó algunos trabajos, por medio de los cuales vine en conocimiento de mi mala vida pasada y de la miseria del mundo».
Alfonso nace en Segovia por el año 1533. Sus padres, que poseen un modesto telar, se llaman Diego Rodríguez y María Gómez. Fue el segundo de once hermanos, siete varones y cuatro hembras.
Cuando todavía era muy niño llegan por vez primera a Segovia dos padres jesuitas para ejercer el apostolado. Ellos dejaron huella en el alma de Alfonso, ya que se hospedaban en su casa y le enseñaron el catecismo. Recordará siempre con gran afecto cuántas cosas buenas le decían estos jesuitas.
Su hermano mayor y él son enviados por su padre al colegio que dirigen los jesuitas a Alcalá. Allí reciben el contratiempo de que ha muerto su padre. La madre decide que continúe estudiando el hermano mayor y que Alfonso vuelva a casa para hacerse cargo del modesto negocio de tejidos. Parece que esto no era el fuerte de Alfonso y las cosas van mal. Se casa con María Juárez y el Señor les concedió dos hijos. Los caminos del Señor no son nuestros caminos. Va a dirigir a Alfonso por otras vías. Para ello la desgracia parece que se ceba en su casa. En poco tiempo muere su esposa, su madre y uno de sus hijos. Emulando el gesto de Dña. Blanca de Castilla, dice al Señor en un arrebato de generosidad: «Señor, si mi hijo ha de ofenderte el día de mañana, llévatelo a tu gloria». Al poco tiempo muere el hijo. Ahora ha quedado solo Alfonso. Ya nada le ata a este mundo. Hace una confesión general, se retira al desierto, a la soledad, y se entrega de lleno a la oración y mortificación de su cuerpo.
El Señor comienza a regalarle con muchas gracias sobrenaturales que le acompañarán durante toda su vida. También le visita con gran afecto la Virgen María a la que ama más que a sí mismo.
Hace renuncia de sus bienes a favor de sus hermanas y marcha a Valencia para ponerse a disposición de su padre Confesor. Él quiere ingresar en la Compañía. Los superiores ven que no está preparado para escalar el sacerdocio por falta de estudios y por su edad ya madura. Pide ser admitido como Hermano Coadjutor. Titubea un día y así se lo hace saber al Padre confesor. Éste le dice: «Hermano, me temo que os perdáis, porque veo que queréis hacer vuestra propia voluntad. Esto de ir a vivir en la soledad y retiraros del mundo ¿no será que os buscáis a vos mismo y huís de la cruz que el Señor os tiene preparada?». Se postra ante su Confesor y le dice: «Padre, si esto es así, yo os prometo que renuncio de ahora para siempre a mi propia voluntad».
Por fin el 31 de enero de 1571 fue admitido a formar parte de la Compañía. El P. Provincial al aceptarlo dirá que le admite «para que sea santo y para que con sus oraciones y penitencia ayude y sirva a todos». No se equivocó el P. Antonio Cordeses. El 10 de agosto de aquel mismo año llegaba a Montesión de Palma para empezar el Noviciado. Éste será el escenario de toda su vida. Aquí emitió sus votos y aquí se desgastó día a día en el servicio del Señor y de sus hermanos. La portería será la palestra donde se santificará.
Un día subía la «cuesta del sudor». Hacía un calor canicular. Iba pensando en la belleza de la Virgen. Estaba sudando y agotado por el peso de cuanto había recogido pidiendo limosna. Se le aparece la Virgen, limpia su sudor y le pregunta si la ama. Y así tres veces. Alfonso la ama más que a sí mismo. Sirvió a los colegiales y superiores con enorme caridad. Se gastó por sus hermanos. Escribió cosas muy bellas. Gozó del amor de Jesús y de María. Expiró el 1617.