De Corazón a corazón: Ex 32,7-11.13-14 ("Se han hecho un becerro fundido"); 1Tim 1,12-17 ("Encontré misericordia…Jesucristo vino al mundo a salvar a los pecadores"); Lc 15,1-32 ("Cuando la encuentra – a la oveja perdida – la pone contento sobre sus hombros")
Contemplación, vivencia, misión: Las tres parábolas de la misericordia (oveja descarriada, dracma perdida, hijo pródigo) tienen la misma dinámica: Dios Amor busca al hombre para colocarlo dentro de su corazón. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, nos lo ha contado con latidos de su corazón: busca hasta que la encuentra, se alegra del encuentro, quiere que se haga fiesta esponsal en familia… Y la compasión del padre del hijo pródigo se expresa con ternura de madre, porque es su hijo quien vuelve al hogar. San Pablo, al recordar este mensaje, se califica como "el primero de los pecadores" (perdonado y amado tiernamente). Toda persona es recuperable.
*En el día a día con la Madre de Jesús: La Iglesia es madre de misericordia con María. Cuando no aparece la misericordia, es que no se vive el evangelio de Jesús. Quien ha experimentado la misericordia, queda contagiado de la ternura esponsal y maternal de Dios.
AÑO DE LA FE: "La fe cristiana es fe en la encarnación del Verbo y en su resurrección en la carne; es fe en un Dios que se ha hecho tan cercano, que ha entrado en nuestra historia" (Lumen Fidei, n.18). Para la Virgen Dolorosa: ver Año Litúrgico (María, Dolorosa)