(Misa del día): Hech 2,1-11 ("Todos quedaron llenos del Espíritu Santo… Todos oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios"); Rom 8,8-17 ("El Espíritu de Dios habita en vosotros"); Jn 14,15-16.23-26 ("Os enseñará todo")
Contemplación, vivencia, misión: Se recibe el Espíritu Santo, enviado por Jesús de parte del Padre, como fruto pascual de su muerte y resurrección. La vida nueva del Espíritu es presencia, luz y acción transformadora, que reclama fidelidad de relación, de apertura y de entrega generosa. Un nuevo Pentecostés acontece continuamente en el caminar eclesial, en las nuevas situaciones, para suscitar nuevo fervor de los apóstoles, nueva cercanía a los más pobres entre los pobres. ¿Cómo discernir y seguir la acción del Espíritu Santo? Él lleva siempre hacia el "desierto" (Lc 4,1), hacia los "pobres" (Lc 4,18), hacia el "gozo" oblativo de la Pascua (Lc 10,21). El encuentro contemplativo con Cristo se hace comunión de hermanos y entrega gozosa a la misión.
*En el día a día con la Madre de Jesús: La preparación y la celebración de todo "nuevo Pentecostés" consiste siempre en orar armónicamente y responsablemente "con María la Madre de Jesús".
AÑO DE LA FE: "Maríaha invocadoel Espíritucon los Apóstoles enel Cenáculo; también nosotros, cada vez que nosreunimosen oración, nos sostienela presencia espiritual dela Madre de Jesús, para recibirel don delEspírituy tener la fuerzapara dar testimonio deJesús resucitado" (Papa Francisco, 28 de abrilde 2013)