De Corazón a corazón: Is 6,1-8 ("Santo Santo, Santo… Heme aquí, envíame"); 1Cor 15,1-11 ("No soy digno de ser llamado apóstol… Por la gracia de Dios, soy lo que soy"); Lc 5,1-11 ("Enseñaba a la muchedumbre desde la barca… Guía mar adentro… No soy digno… Serás pescador de hombres… Lo dejaron todo y lo siguieron")
Contemplación, vivencia, misión: La cercanía y proximidad de Jesús es una presencia que parece ausencia. Habla y parece que calla. Él es el "Verbo", la Palabra pronunciada en un silencio eterno, y es presencia de "Dios con nosotros". Por esto, también la vida cristiana es siempre un ir "más allá" de los dones de Dios, hasta encontrar al mismo Dios que se da tal como es por medio de sus dones. Entonces la pobreza de la realidad humana se deja sentir más fuerte; pero él está ahí purificando y transformando la debilidad en fuerza suya. Dios elige instrumentos de barro para transformarlos en instrumentos vivos y eficaces.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Se necesita la fe de María para aceptar la realidad de Cristo, muerto y resucitado, que se muestra siempre sorprendente, más allá de la lógica y de los proyectos humanos. Quienes en Nazaret le rechazaron, le calificaron como "carpintero, hijo de María" (Mc 6,3). Los discípulos que le seguían participaron de su misma suerte.
AÑO DE LA FE: "Vivir por la fe significa reconocer la grandeza de Dios y aceptar nuestra pequeñez, nuestra condición de criaturas, dejando que el Señor la llene de su amor y así crezca nuestra verdadera grandeza" (Benedicto XVI, Catequesis 6 febrero 3013)