EVANGELIO DEL DÍA

viernes, 22 de octubre de 2010

«A ver si dará fruto»: imitar la paciencia de Dios

EVANGELIO DEL DÍA: 23/10/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Sábado de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario



Carta de San Pablo a los Efesios 4,7-16.
Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido.
Por eso dice la Escritura: Cuando subió a lo alto, llevó consigo a los cautivos y repartió dones a los hombres.
Pero si decimos que subió, significa que primero descendió a las regiones inferiores de la tierra.
El que descendió es el mismo que subió más allá de los cielos, para colmar todo el universo.
El comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros.
Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.
Así dejaremos de ser niños, sacudidos por las olas y arrastrados por el viento de cualquier doctrina, a merced de la malicia de los hombres y de su astucia para enseñar el error.
Por el contrario, viviendo en la verdad y en el amor, crezcamos plenamente, unidos a Cristo. El es la Cabeza,
y de él, todo el Cuerpo recibe unidad y cohesión, gracias a los ligamentos que lo vivifican y a la acción armoniosa de todos los miembros. Así el Cuerpo crece y se edifica en el amor.

Salmo 122(121),1-5.
Canto de peregrinación. De David. ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la Casa del Señor"!
Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus, las tribus del Señor -según es norma en Israel- para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.

Evangelio según San Lucas 13,1-9.
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios.
El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás?
Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.
¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?
Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera".
Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró.
Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'.
Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré.
Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'". 
Lc 13,1-9
Leer el comentario del Evangelio por 
San Cipriano (hacia 200-258). Obispo de Cartago y mártir
Los beneficios de la paciencia, 7
«A ver si dará fruto»: imitar la paciencia de Dios
     Queridos hermanos, Jesucristo, nuestro Señor, no se contentó con enseñar la paciencia de palabra, sino que la enseño sobre todo en sus actos... En la hora de la Pasión y de la cruz ¡cuántos sarcasmos ofensivos escuchados pacientemente, cuántas burlas injuriosas no soportó hasta el punto de recibir salivazos, él, que con su propia saliva había abierto los ojos a un ciego (Jn 9,6)...; coronado de espinas, él, que corona a los mártires con flores eternas; golpeado su rostro con la palma de las manos, él, que otorga las verdaderas palmas a los vencedores; despojado de sus vestiduras, él, que reviste a los otros de inmortalidad; alimentado con hiel, él, que da una alimento celestial; dándole a beber vinagre, él, que hace participar de la copa de la salvación. Él, el inocente, el justo, o mejor dicho, la misma inocencia y la misma justicia, puesto en la hilera de los criminales; falsos testimonios aplastan a la Verdad; se juzga al que ha de juzgar; la Palabra de Dios, callada, es conducida al sacrificio. Después, cuando se eclipsan los astros, cuando los elementos se perturban, cuando tiembla la tierra... él no habla, no se mueve, no revela su majestad. Hasta el final lo soporta todo con una constancia inagotable para que la paciencia plena y perfecta encuentre su término en Cristo.

     Después de todo eso, todavía acoge a los homicidas, si se convierten y vuelven a él; gracias a su paciencia..., a nadie cierra su Iglesia. Sus adversarios, los blasfemos, los eternos enemigos de su nombre, no sólo los admite a su perdón si se arrepienten de su falta, sino que incluso les concede la recompensa del Reino de los cielos. ¿Podría alguien citar a alguno más paciente, más benévolo? El mismo que derramó la sangre de Cristo es vivificado por la sangre de Cristo. Así es la paciencia de Cristo, y si no fuera tan grande, la Iglesia no poseería al apóstol Pablo



sábado 23 Octubre 2010

San Juan Capistrano




San Juan Capistrano



Juan nació en Capistrano, cerca de Aquila (Abruzzos), estudió Leyes en Bolonia, y hacia los treinta años, cuando estaba encarcelado por razones políticas, descubrió su vocación; el hecho es que en Perugia ingresó en la orden de San Francisco en 1386. Era ya una personalidad importante - jurista eminente y primer magistrado de Perusa.


Luego de un noviciado en el que hubo de pasar grandes humillaciones, estudió teología en compañía de Santiago de la Marche, bajo la dirección de Bernardino de Siena, que comunicó a sus dos discípulos su propio amor al Nombre de Jesús. Fue ordenado de sacerdote hacia el 1425 y comenzó a predicar por toda Italia, suscitando en todas partes el entusiasmo por su palabra y sus milagros.


Los papas le encargaron difíciles misiones, tanto en Europa como en Tierra Santa. En el interior de la familia franciscana, Juan trabajó también por la reforma de los Conventuales y de las Señoras Pobres en Italia y Francia. Pasaría los cinco últimos años de su vida por los caminos de Alemania, Austria, Polonia, Bohemia, Moravia, luchando contra la herejía hussita. Tras la caída de Constantinopla (1453), como la amenaza turca pesara sobre Hungría, emprendió la predicación de la Cruzada.


Contribuyó poderosamente en la defensa de Belgrado junto a Juan Hunnyada (14 de julio de 1456). Tres meses más tarde moría Juan de Capistrano agotado por la fatiga en el convento de llck (Croacia).


Su nombre evoca tierras muy lejanas cuya misma existencia él ignoraba, la misión que fundaron los franciscanos en California, al sur de Los Ángeles, pero en el mundo entonces conocido fue uno de los frailes más viajeros y universales de toda la Edad Media.


La suya no es una estampa de franciscano seráfico de los que conmueven por su ternura, y Dios le habrá puesto entre sus arcángeles guerreros que saben cumplir bélicamente su misión.




Oremos



Señor Dios nuestro, que suscitaste a San Juan de Capistrano, para que confortara a tu pueblo en las adversidades, haz que nosotros nos sintamos siempre seguros bajo tu protección y conserva constantemente en paz a tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

"It may bear fruit in the future" : imitating God's patience

DAILY GOSPEL: 23/10/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Saturday of the Twenty-ninth week in Ordinary Time

Letter to the Ephesians 4:7-16.
But grace was given to each of us according to the measure of Christ's gift.
Therefore, it says: "He ascended on high and took prisoners captive; he gave gifts to men."
What does "he ascended" mean except that he also descended into the lower (regions) of the earth?
The one who descended is also the one who ascended far above all the heavens, that he might fill all things.
And he gave some as apostles, others as prophets, others as evangelists, others as pastors and teachers,
to equip the holy ones for the work of ministry, for building up the body of Christ,
until we all attain to the unity of faith and knowledge of the Son of God, to mature manhood, to the extent of the full stature of Christ,
so that we may no longer be infants, tossed by waves and swept along by every wind of teaching arising from human trickery, from their cunning in the interests of deceitful scheming.
Rather, living the truth in love, we should grow in every way into him who is the head, Christ,
from whom the whole body, joined and held together by every supporting ligament, with the proper functioning of each part, brings about the body's growth and builds itself up in love.

Psalms 122(121):1-5.
A song of ascents. Of David. I rejoiced when they said to me, "Let us go to the house of the LORD."
And now our feet are standing within your gates, Jerusalem.
Jerusalem, built as a city, walled round about.
Here the tribes have come, the tribes of the LORD, As it was decreed for Israel, to give thanks to the name of the LORD.
Here are the thrones of justice, the thrones of the house of David.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 13:1-9.
Some people told Jesus about the Galileans whose blood Pilate had mingled with the blood of their sacrifices.
He said to them in reply, "Do you think that because these Galileans suffered in this way they were greater sinners than all other Galileans?
By no means! But I tell you, if you do not repent, you will all perish as they did!
Or those eighteen people who were killed when the tower at Siloam fell on them --do you think they were more guilty than everyone else who lived in Jerusalem?
By no means! But I tell you, if you do not repent, you will all perish as they did!"
And he told them this parable: "There once was a person who had a fig tree planted in his orchard, and when he came in search of fruit on it but found none,
he said to the gardener, 'For three years now I have come in search of fruit on this fig tree but have found none. (So) cut it down. Why should it exhaust the soil?'
He said to him in reply, 'Sir, leave it for this year also, and I shall cultivate the ground around it and fertilize it;
it may bear fruit in the future. If not you can cut it down.'" 
Lc 13,1-9
Commentary of the day 
Saint Cyprian (c.200-258), Bishop of Carthage and martyr
The good of patience, 6, 7-8 (©The Fathers of the Church); cf. SC 291, p.199 rev.)
"It may bear fruit in the future" : imitating God's patience
This, beloved brethren, Jesus Christ, our Lord and our God, did not teach by words only but he also fulfilled by his deeds... In the very hour of his passion and cross... what violent abuses he listened to with patience, and what shameful insults he endured! He was even covered with the spittle of his revilers when, but a short time before, with his own spittle he had cured the eyes of the blind man(Jn 9,6)... He who now crowns the martyrs with eternal garlands was himself crowned with thorns; he who now gives true palms to the victors was beaten in the face with hostile palms; he who clothes all others with the garment of immortality was stripped of his earthly garments; he who has given us the food of heaven was fed with gall; he who has offered us the cup of salvation was given vinegar to drink. He the innocent, the just, nay rather, Innocence itself and Justice itself, is counted among criminals, and Truth is concealed by false testimonies. He who is to judge is judged, and the Word of God, silent, is led to the cross. And although the stars are confounded at the crucifixion of the Lord, the elements are disturbed and the earth trembles... yet he does not speak, nor is he moved, nor does he proclaim his majesty, even during the suffering itself. He endures all things even to the end with constant perseverance so that in Christ a full and perfect patience may find its realization.

       And after such sufferings, he even still receives his murderers if they are converted and come to him, and with a patience instrumental in saving man, this kind Master closes his Church to no one. Those adversaries, those blasphemers, those persistent enemies of His name, provided they do penance for their offense, provided they acknowledge the crime committed, he not only receives and pardons, but admits to the reward of the kingdom of heaven. What can be called more patient, what more kind? Even he who shed the blood of Christ is given life by the blood of Christ. Such is the wonderful patience of Christ. And unless it were so wonderful, the Church would not have Paul the great Apostle.

                    

Saturday, 23 October 2010

St. John of Capistrano, Priest (1386-1456)



Saint John of Capistrano
Priest
(1386 – 1456)
        St. John of Capistrano was born in 1386. He had a vison while a prisoner of war that made him long to enter religion.

        In 1416 he joined the Franciscan Order and was ordained in 1420. He began to preach throughout Italy. He was several times vicar general of the Order.
        He preached in various countries of Eastern Europe against the Hussite heresy, with great success, until the Turks captured Constantinople in 1453. He raised an army to fight the Turks in Hungary, and defeated them in 1456. He died later that year, of the plague.
        He was canonized in 1690 by Pope Alexander VIII.