EVANGELIO DEL DÍA

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cristo volverá con gran gloria

EVANGELIO DEL DÍA: 25/11/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario


Apocalipsis 18,1-2.21-23.19,1-3.9.
Después vi que otro Angel descendía del cielo con gran poder, mientras la tierra se iluminaba con su resplandor.
Y gritó con voz potente: "¡Ha caído, ha caído Babilonia, la grande! Se ha convertido en refugio de demonios, en guarida de toda clase de espíritus impuros y en nido de aves impuras y repugnantes.
Y un Angel poderoso tomó una piedra del tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: "Así, de golpe, será arrojada Babilonia, la gran Ciudad, y nunca más se la verá".
Ya no se escuchará dentro de ti el canto de los que tocan el arpa y de los músicos, de los flautistas y de los trompetistas; ya no se encontrarán artesanos de los diversos oficios, ni se escuchará el sonido de la rueda del molino.
No volverá a brillar la luz de la lámpara, ni tampoco se escuchará la voz de los recién casados. Porque tus comerciantes eran los grandes de la tierra, y con tus encantos sedujiste a todos los pueblos.
Después oí algo parecido al clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos. El ha condenado a la famosa Prostituta que corrompía la tierra con su lujuria, y ha vengado en ella la sangre de sus servidores".
Y volvieron a decir: "¡Aleluya! La humareda de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos".
Después el Angel me dijo: "Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero". Y agregó: "Estas son verdaderas palabras de Dios".

Salmo 100,2.3.4.5.
Sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios: él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

Evangelio según San Lucas 21,20-28.
Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima.
Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.
Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación". 
Lc 21,20-28
Leer el comentario del Evangelio por 
Catecismo de la Iglesia católica
§668 – 671
Cristo volverá con gran gloria
     «Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos» (Rm 14,9). La Ascensión de Cristo al cielo significa su participación, en su humanidad, en el poder y en la autoridad de Dios mismo. Jesucristo es Señor: posee todo poder en los cielos y en la tierra. Él está «por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación» porque el Padre» bajo sus pies «sometió todas las cosas» (Ef 1, 20-22). Cristo es el Señor del cosmos y de la historia. En él la historia de la humanidad e incluso toda la Creación encuentra su recapitulación (Ef 1,10), su cumplimiento trascendente.

     Como Señor, Cristo es también la cabeza de la Iglesia que es su Cuerpo (Ef 1,22). Elevado al cielo y glorificado, habiendo cumplido así su misión, permanece en la tierra en su Iglesia... «La Iglesia, o el reino de Cristo presente ya en misterio «constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra» (Vaticano II: LG 3,5). Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación. Estamos ya en la «última hora» (1Jn 2,18).

     «El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado «con gran poder y gloria» (Lc 21,17) con el advenimiento del Rey a la tierra. Este Reino aún es objeto de los ataques del poder del mal, a pesar de que estos poderes hayan sido vencidos en su raíz por la Pascua de Cristo. Hasta que todo le haya sido sometido (1C 15,28), y «mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa. Ella misma vive entre las criaturas que gimen en dolores de parto hasta ahora y que esperan la manifestación de los hijos de Dios» (LG 48; Rm 8,19.22). Por esta razón, los cristianos piden, sobre todo en la Eucaristía, que se apresure el retorno de Cristo cuando suplican: «Ven, Señor Jesús» (1C 16, 22; Ap 22,17.20).


jueves 25 Noviembre 2010

Santa Catalina de Alejandría



  Santa Catalina de Alejandría


En el Sinaí el recuerdo de santa Catalina casi ha eclipsado el de Moisés, y el antiquísimo monasterio ortodoxo de esta región que lleva el nombre de la santa, cuyas reliquias se veneran allí.


Nada de ello es obstáculo para que Catalina no haya existido jamás, o al menos eso dicen los sabios hagiógrafos, que atribuyen su historia a un tardío relato de fines edificantes.


Es posible, no hay pruebas históricas de que existiera nuestra Catalina, pero es una de las santas que más hondo ha calado en la sensibilidad religiosa de Oriente y de Occidente. En su vida, popularizada por ingenuos pormenores como el de la rueda en que sufrió tormento, y cuyas cuchillas acabaron hiriendo a los verdugos - la rueda Catalina que ha pasado al lenguaje moderno - hay el testimonio valiente de la verdad que culmina en el martirio, cuando el mártir se hace etimológicamente testigo.


Pero tal vez lo más atrayente del personaje, según lo describe su pasión, no es tanto la muerte a manos de infames sicarios, sino su ansiosa búsqueda de la verdad en el ambiente blando y cosmopolita, corrompido y ecléctico de la Alejandría de su época. Catalina, cuya verdad histórica se pone en duda, fue en su leyenda una apasionada e incansable buscadora de verdades.


Insatisfecha con las ideas comúnmente admitidas, fluctuantes, acomodaticias, un poco de Platón, unas gotas de panteísmo, algo de misticismo barato, los Evangelios adaptados, residuos de la enseñanza pagana, todo bien aderezado, estudia, investiga, y una vez bautizada confunde en un debate público a los teólogos a la moda y muere por lo que cree.


Si Catalina no existió, hubiera debido existir entonces y ahora, sin conformarse con la mezcla impura que casi todos dan por buena, y pagar con su vida la proclamada Verdad.



  Oremos  


Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de Santa Catalina de Alejandría, concédenos la ayuda de sus méritos, ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


Dios eterno y omnipotente, que conservaste invencible a Santa Catalina en la virginidad y en el martirio por tu pueblo, concédenos que, por su intercesión, fortalezcamos nuestra fe y constancia y hay que podamos trabajar incesantemente por la unidad de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Christ will come again in glory

DAILY GOSPEL: 25/11/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68

Thursday of the Thirty-fourth week in Ordinary Time
Book of Revelation 18:1-2.21-23.19:1-3.9.
After this I saw another angel coming down from heaven, having great authority, and the earth became illumined by his splendor.
He cried out in a mighty voice: "Fallen, fallen is Babylon the great. She has become a haunt for demons. She is a cage for every unclean spirit, a cage for every unclean bird, (a cage for every unclean) and disgusting (beast).
A mighty angel picked up a stone like a huge millstone and threw it into the sea and said: "With such force will Babylon the great city be thrown down, and will never be found again.
No melodies of harpists and musicians, flutists and trumpeters, will ever be heard in you again. No craftsmen in any trade will ever be found in you again. No sound of the millstone will ever be heard in you again.
No light from a lamp will ever be seen in you again. No voices of bride and groom will ever be heard in you again. Because your merchants were the great ones of the world, all nations were led astray by your magic potion.
After this I heard what sounded like the loud voice of a great multitude in heaven, saying: "Alleluia! Salvation, glory, and might belong to our God,
for true and just are his judgments. He has condemned the great harlot who corrupted the earth with her harlotry. He has avenged on her the blood of his servants."
They said a second time: "Alleluia! Smoke will rise from her forever and ever."
Then the angel said to me, "Write this: Blessed are those who have been called to the wedding feast of the Lamb." And he said to me, "These words are true; they come from God."

Psalms 100:2.3.4.5.
Worship the LORD with cries of gladness; come before him with joyful song.
Know that the LORD is God, our maker to whom we belong, whosepeople we are, God's well-tended flock.
Enter the temple gates with praise, its courts with thanksgiving. Give thanks to God, bless his name;
good indeed is the LORD, Whose love endures forever, whose faithfulness lasts through every age.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 21:20-28.
When you see Jerusalem surrounded by armies, know that its desolation is at hand.
Then those in Judea must flee to the mountains. Let those within the city escape from it, and let those in the countryside not enter the city,
for these days are the time of punishment when all the scriptures are fulfilled.
Woe to pregnant women and nursing mothers in those days, for a terrible calamity will come upon the earth and a wrathful judgment upon this people.
They will fall by the edge of the sword and be taken as captives to all the Gentiles; and Jerusalem will be trampled underfoot by the Gentiles until the times of the Gentiles are fulfilled.
There will be signs in the sun, the moon, and the stars, and on earth nations will be in dismay, perplexed by the roaring of the sea and the waves.
People will die of fright in anticipation of what is coming upon the world, for the powers of the heavens will be shaken.
And then they will see the Son of Man coming in a cloud with power and great glory.
But when these signs begin to happen, stand erect and raise your heads because your redemption is at hand." 
Lc 21,20-28
Commentary of the day 
Catechism of the Catholic Church
§668 – 671
Christ will come again in glory
"Christ died and lived again, that he might be Lord both of the dead and of the living" (Rm 14,9). Christ's Ascension into heaven signifies his participation, in his humanity, in God's power and authority. Jesus Christ is Lord: he possesses all power in heaven and on earth. He is "far above all rule and authority and power and dominion" (Ep 1,20-22), for the Father "has put all things under his feet." Christ is Lord of the cosmos and of history. In him human history and indeed all creation are "set forth" and transcendently fulfilled (Ep 1,10).

As Lord, Christ is also head of the Church, which is his Body (Ep 1,22). Taken up to heaven and glorified after he had thus fully accomplished his mission, Christ dwells on earth in his Church... "The kingdom of Christ (is) already present in mystery", "on earth, the seed and the beginning of the kingdom" (Vatican II : LG 3; 5). Since the Ascension God's plan has entered into its fulfilment. We are already at "the last hour" (1Jn 2,18)...

Though already present in his Church, Christ's reign is nevertheless yet to be fulfilled "with power and great glory" (Lk 21,27) by the King's return to earth. This reign is still under attack by the evil powers, even though they have been defeated definitively by Christ's Passover. Until everything is subject to him," (1Co 15,28), until there be realized new heavens and a new earth in which justice dwells, the pilgrim Church, in her sacraments and institutions, which belong to this present age, carries the mark of this world which will pass, and she herself takes her place among the creatures which groan and travail yet and await the revelation of the sons of God" (LG 48; Rm 8,19.22). That is why Christians pray, above all in the Eucharist, to hasten Christ's return by saying to him: Maranatha! "Our Lord, come!" (1Co 16,22 ; Rv 22,17.20).


Thursday, 25 November 2010

St. Catherine of Alexandria, Virgin & Martyr († c. 307)



SAINT CATHERINE OF ALEXANDRIA
Virgin and Martyr
(† c. 307)
        Catherine was a noble virgin of Alexandria. Before her Baptism, it is said, she saw in vision the Blessed Virgin ask her Son to receive her among His servants, but the Divine Infant turned away. After Baptism, Catherine saw the same vision, when Jesus Christ received her with great affection, and espoused her before the court of heaven.
        When the impious tyrant Maximin II came to Alexandria, fascinated by the wisdom, beauty and wealth of the Saint, he in vain urged his suit. At last in his rage and disappointment he ordered her to be stripped and scourged. She fled to the Arabian mountains, where the soldiers overtook her, and after many torments put her to death. Her body was laid on Mount Sinai, and a beautiful legend relates that Catherine having prayed that no man might see or touch her body after death, angels bore it to the grave.