De Corazón a corazón: Heb 10,11-18 (Cristo Sacerdote: "Una sola oblación"); Mc 4,1-20 ("Les enseñaba en parábolas… Salió un sembrador a sembrar").
Contemplación, vivencia, misión: La "buena semilla" (Mt 13,24), que es la Palabra personal de Dios (el Verbo), quiere encontrar "tierra buena" (Lc 8,15), es decir, "un corazón bueno" (ibídem) como el de María (cfr. Lc 2,19.51). El nuevo pacto de amor realizado por la "oblación" de Jesús, realiza y resume todo el mensaje divino del Antiguo y del Nuevo Testamento. Dios no quiere ser un adorno ni una reliquia, sino Él mismo como donación, que pide y hace posible nuestra donación.
*En el día a día con la Madre de Jesús: La vocación cristiana es una llamada personal y comunitaria a la santidad y a la misión. "En íntima unión con Cristo, María, la Virgen Madre, ha sido la criatura que más ha vivido la plena verdad de la vocación, porque nadie como Ella ha respondido con un amor tan grande al amor inmenso de Dios" (Juan Pablo II, PDV 35)
AÑO DE LA FE: "La fe es un acto personal: es la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela a sí mismo" (Catecismo Iglesia Católica, n. 166).