EVANGELIO DEL DÍA

domingo, 17 de octubre de 2010

«Para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1, 1-4)

EVANGELIO DEL DÍA: 18/10/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



San Lucas, evangelista - Fiesta





Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,10-17.
Porque Demas me ha abandonado por amor a este mundo. El se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia.
Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos, porque me prestará buenos servicios.
A Tíquico lo envié a Efeso.
Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus obras.
Ten cuidado de él, porque se opuesto encarnizadamente a nuestra enseñanza.
Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león.

Salmo 145(144),10-11.12-13.17-18.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino :
tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre. El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad.

Evangelio según San Lucas 10,1-9.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'. 
Lc 10,1-9
Leer el comentario del Evangelio por 
Orígenes (hacia 185-253), presbítero y teólogo
Homilías sobre san Lucas, nº 1, 1-2
«Para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1, 1-4)
     «Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros... Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, querido Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1,1-4).

     En otro tiempo, entre los judíos, muchos pretendían tener el don de profecía, pero algunos eran falsos profetas... Igualmente ha ocurrido en tiempos del Nuevo Testamento, en que muchos «han intentado» escribir unos evangelios, pero no todos han sido aceptados... Estas palabras «han intentado» contienen una escondida acusación contra los que, sin poseer la gracia del Espíritu Santo, se han lanzado a la redacción de evangelios. Mateo, Marcos, Lucas y Juan no han «intentado» escribir sino que son ellos los que, llenos del Espíritu Santo, han escrito los verdaderos evangelios...

     La Iglesia posee, pues, cuatro evangelios; los herejes tienen gran cantidad de ellos... «Muchos han intentado escribir», pero solamente cuatro evangelios han sido aprobados; y es de éstos que debemos sacar, para ponerlo a la luz, lo que hay que creer de la persona de nuestro Señor y Salvador. Sé que existe un evangelio que llaman «según Tomás», otro «según Matías», y todavía leemos algunos otros para no dar la impresión, frente a los que se imaginan saber alguna cosa cuando conocen estos textos, de ser ignorantes. Pero en todo ello no aprobamos más que lo que aprueba la Iglesia: sólo se deben admitir cuatro evangelios. Esto es lo que se puede decir sobre el texto del prólogo de san Lucas: «Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros».

« So that you may realize the certainty of the teachings you have received» (Lk 1,4)

DAILY GOSPEL: 18/10/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Saint Luke, evangelist - Feast


Second Letter to Timothy 4:10-17.
For Demas, enamored of the present world, deserted me and went to Thessalonica, Crescens to Galatia, and Titus to Dalmatia.
Luke is the only one with me. Get Mark and bring him with you, for he is helpful to me in the ministry.
I have sent Tychicus to Ephesus.
When you come, bring the cloak I left with Carpus in Troas, the papyrus rolls, and especially the parchments.
Alexander the coppersmith did me a great deal of harm; the Lord will repay him according to his deeds.
You too be on guard against him, for he has strongly resisted our preaching.
At my first defense no one appeared on my behalf, but everyone deserted me. May it not be held against them!
But the Lord stood by me and gave me strength, so that through me the proclamation might be completed and all the Gentiles might hear it. And I was rescued from the lion's mouth.

Psalms 145(144):10-11.12-13.17-18.
All your works give you thanks, O LORD and your faithful bless you.
They speak of the glory of your reign and tell of your great works,
Making known to all your power, the glorious splendor of your rule.
Your reign is a reign for all ages, your dominion for all generations. The LORD is trustworthy in every word, and faithful in every work.
You, LORD, are just in all your ways, faithful in all your works.
You, LORD, are near to all who call upon you, to all who call upon you in truth.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 10:1-9.
Jesus appointed seventy-two other disciples whom he sent ahead of him in pairs to every town and place he intended to visit.
He said to them, "The harvest is abundant but the laborers are few; so ask the master of the harvest to send out laborers for his harvest.
Go on your way; behold, I am sending you like lambs among wolves.
Carry no money bag, no sack, no sandals; and greet no one along the way.
Into whatever house you enter, first say, 'Peace to this household.'
If a peaceful person lives there, your peace will rest on him; but if not, it will return to you.
Stay in the same house and eat and drink what is offered to you, for the laborer deserves his payment. Do not move about from one house to another.
Whatever town you enter and they welcome you, eat what is set before you,
cure the sick in it and say to them, 'The kingdom of God is at hand for you.' 
Lc 10,1-9
Commentary of the day 
Origen (c.185-253), priest and theologian
Homilies on Saint Luke, no. 1,1-2 (cf. SC 87, p. 99)
« So that you may realize the certainty of the teachings you have received» (Lk 1,4)
      «Many have undertaken to compile a narrative of the events that have been fulfilled amongst us... I too have decided, after investigating everything accurately anew, to write it down in an orderly sequence for you, most excellent Theophilus, so that you may realize the certainty of the teachings you have received» (Lk 1,1-4)

      In former times many among the Jews claimed to have the gift of prophecy but some were false prophets... It was the same at the time of the New Testament, when many «have tried» to write gospels but not all have been accepted... The words «have tried» contain a hidden accusation against those who set about composing gospels without the grace of the Holy Spirit. Matthew, Mark, John and Luke did not «try» to write but, filled with the Holy Spirit, were those who wrote the true gospels...

            Thus the Church possesses four gospels; the heretics have any number of them... «Many have tried to write» but only four gospels have been recognised, and it is from those that we must draw what we need to know about our Lord and Savior's person if light is to be thrown on it. I know there is a gospel called «according to Thomas» and another «according to Matthias», and we are reading some others also lest we give the impression of ignorance before those who think they know a thing or two when they know these texts. But in all this we only approve what the Church approves: we should only recognise four gospels. This, then, is what can be said about the text of Saint Luke's prologue: «Many have tried to compile a narrative of the events that have been fulfilled amongst us."


Monday, 18 October 2010

St. Luke, Evangelist - Feast




SAINT LUKE
Evangelist
(Feast)
        St. Luke, a physician at Antioch, and a painter, became a convert of St. Paul, and afterwards his fellow-laborer. He is best known to us as the historian of the New Testament. Though not an eye-witness of our Lord's life, the Evangelist diligently gathered information from the lips of the apostles, and wrote, as he tells us, all things in order.
        The acts of the Apostles were written by this Evangelist as a sequel to his Gospel, bringing the history .of the Church down to the first imprisonment of St. Paul at Rome. The humble historian never names himself, but by his occasional use of "we" for "they" we are able to detect his presence in the scenes which he describes. We thus find that he sailed with St. Paul and Silas from Troas to Macedonia; stayed behind apparently for seven years at Philippi, and, lastly, shared the shipwreck and perils of the memorable voyage to Rome.
        Here his own narrative ends, but from St. Paul's Epistles we learn that St. Luke was his faithful companion to the end. He died a martyr's death some time afterwards in Achaia.


Lives of the Saints, by Alban Butler, Benziger Bros. ed. [1894]

Cabo de Palos: Ser verdaderamente libres

Cabo de Palos: Ser verdaderamente libres

«Orar siempre sin desanimarse»

EVANGELIO DEL DÍA: 17/10/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


XXIX Domingo del Tiempo Ordinario


Libro del Exodo 17,8-13.
Después vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim.
Moisés dijo a Josué: "Elige a algunos de nuestros hombres y ve mañana a combatir contra Amalec. Yo estaré de pie sobre la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios".
Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas. Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte.
Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec.
Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.
De esa manera, Josué derrotó a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.

Salmo 121(120),1-2.3-4.5-6.7-8.
Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
El no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita él guardián de Israel.
El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha:
de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida.
El te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.

Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 3,14-17.4,1-2.
Pero tú permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente convencido: tú sabes de quiénes la has recibido.
Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús.
Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino:
proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.

Evangelio según San Lucas 18,1-8.
Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
"En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,
pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?". 
 Lc 18,1-8
Leer el comentario del Evangelio por 
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Nadie tiene amor más grande
«Orar siempre sin desanimarse»
     Ama orar. Siente a menudo la necesidad de orar a lo largo del día. La oración dilata el corazón hasta que éste sea capaz de recibir el don de Dios que es él mismo. Pide, busca, y tu corazón se ensanchará hasta el punto de recibirle, de tenerle en ti como tu bien.

     Deseamos mucho orar, pero después, fracasamos. Es entonces cuando nos desanimamos y renunciamos. Si quieres orar mejor, debes orar más. Dios acepta el fracaso, pero no quiere el desánimo. En la oración cada día más quiere que seamos como niños, cada vez más humildes, cada vez más llenos de agradecimiento.  Quiere que tengamos presente que todos pertenecemos al cuerpo místico de Cristo, en el que la oración es perpetua.

     En nuestras oraciones debemos ayudarnos unos a otros. Liberemos nuestros espíritus. No hagamos largas oraciones, que no se acaban nunca, sino más bien breves, llenas de amor. Oremos por los que no oran. Acordémonos que el que quiere poder amar, debe poder orar.

                    


domingo 17 Octubre 2010

San Ignacio de Antioquía




San Ignacio de Antioquía


San Ignacio de Antioquía firmaba el 24 de agosto la carta que escribía, hacia el año 110, a los cristianos de Roma, a la Iglesia «que preside en la caridad», suplicándoles que no hicieran valer su dignidad para alejarle del martirio:

«Dejadme que reciba la luz pura. Mi deseo terreno ha quedado crucificado, y ya no queda en mí sino un agua pura que murmura: Ven hacia el Padre», «Contentaos con pedir que tenga fuerza, a fin de que sea cristiano no sólo de nombre, sino en la realidad».


Al tratar de Ignacio de Antioquía no es que se hable de él, se le escucha, puesto que confió a las páginas que escribió camino de su martirio uno de los más hermosos cantos que jamás hayan salido de un espíritu humano.


Himno de amor a Cristo y a su Iglesia; Ignacio nunca separa ambas cosas. Para él la señal infalible del amor de los bautizados hacia el Señor y la presencia del Espíritu en ellos consiste en la unidad de cada una de las Iglesias en torno a su obispo, y la de todas ellas en la única Iglesia:

«No tenéis que tener sino un solo sentir con vuestro obispo», escribe a los Efesios.


Les felicita, por otra parte, pues se encuentran estrechamente unidos, «como la Iglesia lo está con Jesucristo y Jesucristo con su Padre, dentro de la armonía de la unidad universal.».


Muy famoso entre los primeros mártires, quizás sirio de origen, probablemente discípulo de los apóstoles, y el cristiano de mayor reputación en tierras de Oriente después de la muerte de san Juan. Por eso debió de ser llamado como obispo a la sede de Antioquía, que había presidido el propio san Pedro.


La verdad de san Ignacio no está en esta identificación, sino en el hecho bien documentado de su largo viaje hasta la muerte, después de su condena, desde Antioquía a Roma, pasando por las costas de Asia Menor y Grecia, con una parada en Esmirna.


Su destino era morir en el circo romano para celebrar los triunfos del emperador Trajano en la Dacia, y en el curso de la navegación escribe cartas que son uno de los testimonios más impresionantes de la fe ante el martirio que nos ha legado la Iglesia primitiva; en especial la que dirige a los fieles de Roma, pidiéndoles que no intercedan por él a fin de que «nada me impida ahora alcanzar la herencia que me está reservada».


Custodiado por feroces guardias, «los diez leopardos», como él dice, Ignacio, sin alardes de jactancia ni gestos estoicos, ve la vida y la muerte como cosas entregadas, que casi no le pertenecen.




Oremos


Dios todopoderoso y eterno, que has querido que el testimonio de los mártires sea el honor de todo el cuerpo de tu Iglesia, concédenos que el martirio de San Ignacio de Antioquía, que hoy conmemoramos, así como le mereció a él una gloria eterna, así también nos dé a nosotros valor en el combate de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

"Pray always without becoming weary"

DAILY GOSPEL: 17/10/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Twenty-ninth Sunday in Ordinary Time


Book of Exodus 17:8-13.
At Rephidim, Amalek came and waged war against Israel.
Moses, therefore, said to Joshua, "Pick out certain men, and tomorrow go out and engage Amalek in battle. I will be standing on top of the hill with the staff of God in my hand."
So Joshua did as Moses told him: he engaged Amalek in battle after Moses had climbed to the top of the hill with Aaron and Hur.
As long as Moses kept his hands raised up, Israel had the better of the fight, but when he let his hands rest, Amalek had the better of the fight.
Moses' hands, however, grew tired; so they put a rock in place for him to sit on. Meanwhile Aaron and Hur supported his hands, one on one side and one on the other, so that his hands remained steady till sunset.
And Joshua mowed down Amalek and his people with the edge of the sword.

Psalms 121(120):1-2.3-4.5-6.7-8.
A song of ascents. I raise my eyes toward the mountains. From where will my help come?
My help comes from the LORD, the maker of heaven and earth.
God will not allow your foot to slip; your guardian does not sleep.
Truly, the guardian of Israel never slumbers nor sleeps.
The LORD is your guardian; the LORD is your shade at your righthand.
By day the sun cannot harm you, nor the moon by night.
The LORD will guard you from all evil, will always guard your life.
The LORD will guard your coming and going both now and forever.

Second Letter to Timothy 3:14-17.4:1-2.
But you, remain faithful to what you have learned and believed, because you know from whom you learned it,
and that from infancy you have known (the) sacred scriptures, which are capable of giving you wisdom for salvation through faith in Christ Jesus.
All scripture is inspired by God and is useful for teaching, for refutation, for correction, and for training in righteousness,
so that one who belongs to God may be competent, equipped for every good work.
I charge you in the presence of God and of Christ Jesus, who willjudge the living and the dead, and by his appearing and his kingly power:
proclaim the word; be persistent whether it is convenient or inconvenient; convince, reprimand, encourage through all patience and teaching.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Luke 18:1-8.
Then he told them a parable about the necessity for them to pray always without becoming weary. He said,
There was a judge in a certain town who neither feared God nor respected any human being.
And a widow in that town used to come to him and say, 'Render a just decision for me against my adversary.'
For a long time the judge was unwilling, but eventually he thought, 'While it is true that I neither fear God nor respect any human being,
because this widow keeps bothering me I shall deliver a just decision for her lest she finally come and strike me.'"
The Lord said, "Pay attention to what the dishonest judge says.
Will not God then secure the rights of his chosen ones who call out to him day and night? Will he be slow to answer them?
I tell you, he will see to it that justice is done for them speedily. But when the Son of Man comes, will he find faith on earth?" 
Lc 18,1-8
Commentary of the day 
Blessed Teresa of Calcutta (1910-1997), founder of the Missionary Sisters of Charity
A Simple Path
"Pray always without becoming weary"
     If you want to set out in search of God without knowing how to go about it, learn to pray: force yourself simply to pray every day. You can pray anywhere, anytime. There's no need at all to be in a chapel or church. You can pray while working: work doesn't put a stop to prayer, nor prayer to work. If you feel in need of help, you can ask advice of a priest or pastor.

     Try to talk directly to God. Speak to him; tell him everything, spontaneously, directly, just as it comes. He is the Father of us all. Whatever our religion might be, we have all been created by him and are his children. We can trust him, love him, believe in him, work for him. When we pray, our problems are resolved to the degree that it is good for us.

     Without prayer I could not fulfil the work it is mine to do, not even for half an hour. I draw my strength from God by prayer.

                    

Sunday, 17 October 2010

St. Ignatius of Antioch, Bishop & Martyr († c. 107)



SAINT IGNATIUS OF ANTIOCH
Bishop and Martyr
(† c. 107)
        St. Ignatius, Bishop of Antioch, was the disciple of St. John. When Domitian persecuted the Church, St. Ignatius obtained peace for his own flock by fasting and prayer. But for his part he desired to suffer with Christ, and to prove himself a perfect disciple.
        In the year 107, Trajan came to Antioch, and forced the Christians to choose between apostasy and death. "Who art thou, poor devil," the emperor said when Ignatius was brought before him, "who settest our commands at naught?" "Call not him 'poor devil,'" Ignatius answered, "who bears God within him." And when the emperor questioned him about his meaning, Ignatius explained that he bore in his heart Christ crucified for his sake. Thereupon the emperor condemned him to be torn to pieces by wild beasts at Rome. St. Ignatius thanked God, who had so honored him, "binding him in the chains of Paul, His apostle."
        He journeyed to Rome, guarded by soldiers, and with no fear except of losing the martyr's crown. He was devoured by lions in the Roman amphitheatre. The wild beasts left nothing of his body, except a few bones, which were reverently treasured at Antioch, until their removal to the Church of St. Clement at Rome, in 637.
        After the martyr's death, several Christians saw him in vision standing before Christ, and interceding for them.