De Corazón a corazón: Am 9,11-15 ("Yo reconstruiré el resto de mi Pueblo... los plantaré en su tierra"); Mt 9,14-17 ("Cuando se les arrebate el esposo, entonces ayunarán")
Contemplación, vivencia, misión: El Señor está siempre dispuesto al perdón. Sus palabras son siempre actuales: "mi Pueblo". Como cuando Jesús decía: "mi Iglesia", "mis ovejas", "mis hermanos", "mi viña"... El sentido de "desposorio" cruza toda la historia de salvación. Ningún texto de la Escritura tiene sentido al margen de los latidos del Corazón de Cristo, Esposo y Amigo, que convive y comparte. Cuando se encuentra a Jesús en cada palabra de la Escritura, todo es armónico porque él lleva todo a su perfección y cumplimiento (cfr. Mt 5,17).
*En el día a día con la Madre de Jesús: El evangelio sigue aconteciendo en nuestra vida. Jesús , como "consorte" (que comparte la misma "suerte"), vive conmigo las circunstancias de mi vida de hoy, porque son su misma vida. María en las bodas de Caná invita escuchar a Cristo para "compartir" esponsalmente la vida con él.