EVANGELIO DEL DÍA

jueves, 8 de julio de 2010

"Without cost you have received; without cost you are to give"

DAILY GOSPEL: 08/07/2010
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68



Thursday of the Fourteenth week in Ordinary Time


Book of Hosea 11:1-4.8-9.
When Israel was a child I loved him, out of Egypt I called my son.
The more I called them, the farther they went from me, Sacrificing to the Baals and burning incense to idols.
Yet it was I who taught Ephraim to walk, who took them in my arms;
I drew them with human cords, with bands of love; I fostered them like one who raises an infant to his cheeks; Yet, though I stooped to feed my child, they did not know that I was their healer.
How could I give you up, O Ephraim, or deliver you up, O Israel? How could I treat you as Admah, or make you like Zeboiim? My heart is overwhelmed, my pity is stirred.
I will not give vent to my blazing anger, I will not destroy Ephraim again; For I am God and not man, the Holy One present among you; I will not let the flames consume you.

Psalms 80:2.3.15-16.
Shepherd of Israel, listen, guide of the flock of Joseph! From your throne upon the cherubim reveal yourself
to Ephraim, Benjamin, and Manasseh. Stir up your power, come to save us.
Turn again, LORD of hosts; look down from heaven and see; Attend to this vine,
the shoot your right hand has planted.

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Matthew 10:7-15.
As you go, make this proclamation: 'The kingdom of heaven is at hand.'
Cure the sick, raise the dead, cleanse lepers, drive out demons. Without cost you have received; without cost you are to give.
Do not take gold or silver or copper for your belts;
no sack for the journey, or a second tunic, or sandals, or walking stick. The laborer deserves his keep.
Whatever town or village you enter, look for a worthy person in it, and stay there until you leave.
As you enter a house, wish it peace.
If the house is worthy, let your peace come upon it; if not, let your peace return to you.
Whoever will not receive you or listen to your words--go outside that house or town and shake the dust from your feet.
Amen, I say to you, it will be more tolerable for the land of Sodom and Gomorrah on the day of judgment than for that town. 
 Mt 10,7-15
Commentary of the day 
Saint Gregory the Great (c.540-604), Pope, Doctor of the Church
Homilies on the Gospels, no.5 (Migne no.6; ©Cistercian studies)
"Without cost you have received; without cost you are to give"
       You too, if you wish it, can deserve the exalted quality of the name of God's angel. Each one of you, in so far as he can, in so far as he receives an inspiration from on high, if he recalls his neighbor from his wickedness, takes care to encourage him to do good, proclaims the eternal kingdom or eternal punishment to one astray - each one of you is truly an angel of Jesus' holy words. No one should say, I am unable to give counsel, I am not qualified to encourage anyone. Do as much as you can, lest you be tormented for having badly kept what you received. He who was given only one talent was more eager to hide it than to distribute it (Mt 25,14f.)...
      
Draw others as far as you consider you have advanced; desire to have comrades on your way toward God. If any of you, my friends, is going to the market, or perhaps to the public baths, he will invite someone whom he sees to have nothing else to do to come with him. That earthly kind of action is habitual among you. So, if you are going toward God, take care not to go to him alone. The one who has already received in his heart a word of heavenly love may also return to his neighbors an external word of encouragement.

                    

Thursday, 08 July 2010

St. Edgar the Peaceful (c.943-975)



SAINT EDGAR THE PEACEFUL
KING OF ENGLAND
(c.943 - 975)
        Although few people have heard of him, King Edgar is regarded as the first ruler of a consolidated England.
        Father of Saint Edward the Martyr and great-grandson of Alfred the Great, Edgar was born to king Edmund the Magnificent and St Elfgiva.
        He was efficient, peaceful, and unusually tolerant of local customs. He supported his friend Saint Dunstan, who served as his counselor.
        England underwent a religious revival in his reign, and he is venerated at Glastonbury.

«Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis»

EVANGELIO DEL DÍA: 08/07/2010

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



Jueves de la XIV Semana del Tiempo Ordinario


Libro de Oseas 11,1-4.8-9.
Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos.
¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba.
Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer.
¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel? ¿Cómo voy a tratarte como a Admá o a dejarte igual que Seboím? Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura:
no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.

Salmo 80,2.3.15-16.
Escucha, Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que tienes el trono sobre los querubines,
resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés; reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso.

Evangelio según San Mateo 10,7-15.
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
No lleven encima oro ni plata, ni monedas,
ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.
Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies.
Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad. 
Mt 10,7-15
Leer el comentario del Evangelio por 
San Gregorio el Grande (hacia 540-604), papa, doctor de la Iglesia
Homilías sobre los evangelios, nº 6
«Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis»
     También vosotros, si lo queréis, podéis merecer este bello nombre de mensajero de Dios. En efecto, si cada uno de vosotros, según sus posibilidades y en la medida en que ha recibido del cielo la inspiración, saca a su prójimo del mal, cuida de conducirlo al bien, si recuerda al extraviado el Reino o el castigo que le esperan en la eternidad, evidentemente que es un mensajero de las palabras santas de Jesús. Y que nadie venga diciendo: Soy incapaz de instruir a los otros, de exhortarles. Por lo menos debéis hacer lo que podáis, a fin de que un día no se os pida cuenta del talento recibido y mal guardado. Porque si el que prefirió guardar su talento antes que hacerlo trabajar no recibió más de un talento, ése tampoco. (Mt 25,14s)...

     Procurad que los otros os acompañen; que sean vuestros compañeros en el camino que conduce a Dios. Cuando, yendo por la plaza o los baños públicos, encontréis a uno desocupado, invitadle a acompañaros. Porque vuestras mismas acciones cotidianas sirven para uniros a los otros. ¿Vais a Dios? Procurad no llegar solos. Que aquel que en su corazón ha escuchado ya la llamada divina saque de ella una palabra de aliento para su prójimo.

                    


jueves 08 Julio 2010

Santos Aquila y Priscila (Prisca)



Santos Aquila y Priscila (Prisca)
Lo poco que sabemos sobre Aquila y Priscila procede de la Sagrada Escritura. Ambos eran discípulos de San Pablo. Como su maestro, viajaron mucho y cambiaron con frecuencia de lugar de residencia. 

La primera vez que nos hablan de ellos los Hechos de los Apóstoles (18:1-3), acababan de partir de Italia, pues el emperador Claudio había publicado un decreto por el que prohibía a los judíos habitar en Roma. 

Aquila era un judío originario del Ponto. Al salir de Italia, se estableció en Corinto con su esposa, Priscila. San Pablo fue a visitarlos al llegar de Atenas. Al ver que Aquila era, como él, fabricante de tiendas (pues todos los rabinos judíos tenían un oficio), decidió vivir con ellos durante su estancia en Corinto. 

No sabemos si San Pablo los convirtió entonces a la fe o si ya eran cristianos desde antes. Aquila y Priscila acompañaron a San Pablo a Efeso; ahí se quedaron, en tanto que el Apóstol proseguía su viaje. Durante la ausencia del Apóstol, instruyeron a Apolo, un judío de Alejandría "muy versado en las Escrituras", que había oído hablar del Señor a unos discípulos del Bautista. 

Durante su tercer viaje a Efeso, San Pablo se alojó en casa de Aquila y Priscila, donde estableció una iglesia. El Apóstol escribe: "Saluda a Priscila y Aquila y a la iglesia de su casa." Y añade unas palabras de gratitud por todo lo que habían hecho: "Mis colaboradores en Jesucristo, que expusieron la vida por salvarme. Gracias les sean dadas, no sólo de mi parte, sino de parte de todas las iglesias de los gentiles." 

Estas palabras se hallan en la epístola de San Pablo a los romanos, lo cual prueba que Aquila y Priscila habían vuelto a Roma y tenían también ahí una iglesia en su casa. Pero pronto volvieron a Efeso, pues San Pablo les envía saludos en su carta a Timoteo. 

El Martirologio Romano afirma que murieron en Asia Menor, pero, según la tradición, fueron martirizados en Roma. Una leyenda muy posterior relaciona a Santa Priscila con el "Titulos Priscae", es decir, con la iglesia de Santa Prisca en el Aventino.